Álex Romero es un profesional del póker atípico. Empezó relativamente tarde, mucho más cerca de los 30 años que de los 20. Trabajaba como fisioterapeuta en un colegio para niños con discapacidad, pero en 2022 se proclamó vencedor en la tercera edición del concurso Top Shark y consiguió un puesto en su equipo, además de una ‘beca’ de 50.000 euros. El colchón creció cuando en mayo llegó a la mesa final del EPT de Montecarlo, un resultado fantástico para casi un novato.
La conversación con el jugador de Guadix, conocido en las mesas virtuales por el nombre de And1ero, tuvo lugar durante el abierto de Bratislava. De vuelta a España, aprovechamos que este fin de semana se celebra en Aranjuez la primera etapa del circuito Winamax Poker Tour. Empezamos por sus comienzos, poco habituales y marcados por la pandemia:
«Yo veía algún video, porque el póker me llamaba la atención, pero no jugaba nada. Me entretenía, igual que otros ponen el fútbol. Ni siquiera pensaba en empezar a jugar. No era ni una opción. Entonces llegó la pandemia y en la primera parte seguía viendo cosas, pero claro, tenía más tiempo. Y veía que lo que hacían los buenos se parecía más a lo que yo pensaba. Entonces me dije: voy a probar. Y lo hice por entretenerme, con la suerte de que las primeras veces que jugué ya me fue bien. Quedé segundo en un torneo y gané mil y pico euros, desde mi casa, que era lo que yo ganaba en un mes. Empecé a jugar uno o dos días por semana, tres como mucho. Era mi hobby, pero iba a más».
Lo siguiente fue apuntarse a una escuela de póker para seguir mejorando (Mentopoker), «pero siempre como hobby». «Aunque empezaba a ser rentable y a darme ingresos, no como para vivir de esto, pero un extra además de mi trabajo. Empecé a mejorar, porque yo nunca había estudiado, y di un salto de calidad. Cuando me apunté a la Top Shark, me dije: me lo voy a tomar en serio. Es la cosa a la que más ilusión y ganas le he puesto en mi vida, con mucha diferencia, mucho más que la carrera».
–Si no hubieras participado y ganado en la Top Shark, ¿crees que estarías jugando ahora en serio?
–Puede ser, pero creo que la esencia sería la misma que antes. No habría dejado mi trabajo anterior y no podría estar jugando cinco días en semana, ni estudiando tres horas al día. El tiempo que le puedes dedicar es mucho menor cuando tienes otra ocupación. Ahora mi rutina es empezar a estudiar un par de horas o tres antes de comer, luego descanso un poco y a las cuatro o cinco me pongo a jugar, hasta que termina. Hay días que a las doce de la noche ya prácticamente has terminado y otros estás hasta las tres.
–¿Cuál es tu estilo de juego?
–Yo pienso que el dinero en el póker está en ser agresivo y en jugar muchas manos. Sin miedo. Tienes que adaptarte a los otros, pero hay que ser agresivo.
–¿Cuántos torneos juegas a la vez?
–Con 12 ya voy justillo. Hasta nueve creo que juego igual que con dos mesas y de 9 a 12 me cuesta más, pero a veces merece la pena perder un poco de concentración para meter más volumen e intentar jugar más.
–¿Haces vide de equipo? ¿Cómo es tu trato con los otros jugadores?
–Hacemos vida de equipo cuando viajamos. Solemos quedar para la cena,, aunque en el póker en general no puedes hacer muchos planes. Simplemente, el hecho de escucharlos ayuda. Y si tienes dudas en alguna mano, les puedes preguntar cualquier cosa. Todos están abiertos a hablar contigo. Aunque lleven 12 años y sean de los mejores del mundo, la sensación es que estamos de igual a igual y tenemos la confianza de poder hablar de cualquier cosa.
–Una vez en el equipo, tuviste fortuna con los resultados.
–Siempre lo digo: he tenido mucha suerte desde el principio, porque cuando empiezo justo quedo segundo en un torneo y gano dinero, que no es lo normal y no fue por mi habilidad. Algo influiría, pero es un golpe de suerte. Y siempre que he intentado subir de nivel o a jugar torneos un poco más caros, he empezado ganando. Por ejemplo, cuando empecé a jugar torneos de 50 euros, el segundo día quedé segundo en uno y gané 3000 y pico. Eso te da la facilidad de poder establecerte en el nivel. Lo más normal es tener que bajar otra vez .A mí me ha ido todo muy rodado.
–El Top Shark se acaba. ¿Tienes planes para después?
–Sí, se me está pasando por la cabeza mudarme a otro país así.. Yo todavía quiero disfrutar este año y el que viene veremos. En enero o febrero decidiré si quiero dar algún cambio o seguir igual.
–¿Por qué se van casi todos los buenos jugadores?
–No es solo por Hacienda. Si quiero subir de nivel y jugar torneos más grandes y contra los mejores del mundo, en España no se puede.
–¿Por qué?
–Porque estamos capados a un máximo de 250 € por torneo. Si quieres jugar uno de 500 o simplemente volver a entrar en uno de 250 en el que te han eliminado, no puedes, como sí hacen los franceses contra los que juegas, por ejemplo. Es una gran desventaja. No tenemos las mismas reglas. Por otro lado, fuera se juegan torneos con más gente y mucha más cantidad de torneos. Si aquí en un día puedes jugar 20 o 30 torneos, fuera son 60. Tienes más posibilidades de tener buenos resultados.
–La gente recela de las personas que ganan mucho dinero y se van a Andorra o a Malta, aunque los jugadores también emigran a países que deberían tener una legislación parecida, como Portugal, al Reino Unido y Alemania.
–España seguramente es el peor país de Europa para jugar al póker. No los conozco todos, pero por la relación entre la cantidad de gente que juega y el nivel que tenemos, España es el peor. Porque tenemos un nivel tremendo y el 95% de los profesionales buenos se han ido. No les ha quedado más remedio. Es como si eres el Real Madrid y te dicen que solo puedes jugar en Segunda B. Con Hacienda, el problema sería que ganara un torneo muy importante, de medio millón o más, porque se lleva la mitad. Pero bueno, bendito problema. Entiendo que es abusivo en comparación con otros países, pero si me voy, más que por la tasa es por poder jugar más salas, más torneos y contra todo el mundo.
–¿Tienes esperanzas de que la situación cambie?
–No, va a cambiar a peor, seguro, porque todas las decisiones que se están tomando últimamente van en la línea contraria. Hace poco prohibieron la publicidad. A nosotros nos perjudica porque en un ‘stream’ el simple hecho de regalar un ticket para que la gente juegue ya no lo puedes hacer y en el resto del mundo sí se puede. Prohibiendo este tipo de cosas parece que nos están excluyendo, que parezca que hacemos cosas que no están bien.
–Por otro lado, no eres ajeno a los riesgos que conlleva el juego y a los problemas que origina la ludopatía. En los barrios humildes, por ejemplo, se han abierto una cantidad exagerada de casas de apuestas.
–Claro, pero es contradictorio. Entiendo que haya gente adicta, pero también hay muchísima gente adicta al tabaco y no lo prohíben. ¿Por qué? Porque deja mucho dinero.
–El póker dejaría mucho si no echaran a los mejores jugadores.
–Sí, pero es impopular. Hay un poco de populismo en esto.
–En tu caso, ¿cómo fue afrontar con tu familia el giro que dio tu vida?
–Ellos lo han entendido muy bien desde el principio. Es verdad que cuando se lo dije a mi madre, se extrañó mucho. ¿Vas a dejar tu trabajo? ¿Qué que pasa? ¿Por qué? Luego, cuando ha ido viendo cómo es este mundo y la repercusión que tiene lo que hago, ya lo ha descubierto. Al final es por desconocimiento. Yo he tenido el buen respaldo de que siempre han confiado en mí y sabían que lo que yo decidiera era por algo, que no era un cabra loca.
–¿Has jugado en clubes más o menos clandestinos, fuera de los casinos?
–No, no me llaman los sitios privados. Tampoco veo un por qué. ¿Qué me aportan? Yo creo que nada.
–¿Y por qué existen?
–No lo sé. Imagino que las cantidades de dinero que se manejan son mayores, pero tampoco lo sé porque no he estado. Y supongo que habrá peores jugadores. Si además la cantidad de dinero es más alta, ese será el incentivo, imagino.
–Háblame un poco de tu trabajo con niños.
–Trabajaba en un colegio de niños con discapacidad, desde cinco años hasta 21. Tenían problemas de todo tipo. Yo me centraba más en los motores, en los niños con problemas para andar. Me encantaba el trabajo. Empecé por casualidad y son superagradecidos. Cuando ves cambios en un niño que se caía andando y de repente ya no se cae, es muy gratificante. Ahora ya no me queda tiempo.
–Es tu vida y tu decisión, pero habrá gente que considere que tu trabajo actual es más egoísta.
–Hay trabajos más bonitos y menos bonitos, pero un administrativo, por poner un ejemplo, tampoco ayuda. Yo intento seguir vinculado, pero son etapas y creo que después de casi ocho años esa la disfruté mucho y ahora estoy empezando una nueva etapa. No sé cómo irá. Lo mismo vuelo.
–¿Estás preparado para dar marcha atrás?
–Hombre, si no funciona, claro que daré marcha atrás sin problemas, pero mi intención es seguir con esto mucho tiempo.
–¿Vamos a tener alguna vez un porcentaje de jugadoras razonable?
–No creo que el número de jugadoras aumente significativamente. Hablo desde el desconocimiento y habría que preguntarle más a ellas, pero creo que tenemos un componente genético y tenemos más predisposición a que nos guste el póker a los hombres. Creo que es por la aversión al riesgo. Aunque no se puede generalizar, la mujer tiene más aversión al riesgo. No creo nunca que se supere un 15 por ciento de mujeres.
–A pesar de que luego en el equipo tienes a varias.
–Sí, sí, y de gran nivel. Eso no tiene nada que ver. Tienen toda la capacidad. Lo difícil es que les guste igual.
–¿Qué porcentaje de jugadores crees que son ganadores o que al menos no pierden dinero?
–Todo el que se lo propone.
–¿Cualquier persona está capacitada?
–Cualquiera que tenga unas capacidades. Por ejemplo, para mí es muy importante ser frío. Es decir, si a ti te afecta mucho perder una mano o perder dos semanas 20 torneos porque has tenido mala suerte y eso te hace jugar peor, es muy complicado que seas de los mejores. Para mí el componente mental es muy, muy importante, y para eso tienes que tener cierta capacidad innata, pero cualquier persona con eso y que se lo curre y meta horas, puede ser ganador. Es el único deporte en el mundo en el que los profesionales juegan contra aficionados todos los días. Volviendo al ejemplo del fútbol, es como si tú y yo, que jugamos un partido a la semana, todos los fines de semana fuéramos a jugar el Real Madrid o el Barcelona. No tendría ningún sentido, ¿verdad? Pues en el póker pasa y hay que aprovecharse de eso, porque va a seguir ocurriendo toda la vida.
–¿Notas diferencias con jugadores que han empezado más jóvenes?
–No, pero sí que noto, aunque no creo que sea algo de la edad., que hay mucha gente a la que yo considero muy muy buena, pero no tienen fortaleza mental. Pierden una mano y se cabrean y en la hora de la cena no paran de hablar de eso. Yo pienso: déjalo, que te va a hacer jugar mal. En efecto, a las dos horas vuelven porque los han eliminado. Pues claro, si no te quitabas eso de la cabeza. La fuerza mental es imprescindible. El cálculo y todo es importante, pero lastra más la debilidad mental que no saber jugar bien una mano concreta, que lo puedes consultar luego. Si te cabreas y bajas tu nivel, es mucho peor.
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