Ha aparecido en las redes sociales un foto del Diego Pablo Simeone jugando al ajedrez, o algo parecido, con su hijo Gio. A muchos les ha faltado tiempo para reírse de la posición y sus protagonistas: el tablero está mal colocado y, lo que es peor, el fotógrafo no ha tenido la piedad de ocultar que el ‘Cholo’ juega sin rey. Una cosa es segura: así nunca recibirá jaque mate.
Llueve sobre mojado. Hace un par de años, otro de los hijos del entrenador del Atlético de Madrid subió otra estampa reveladora. El tablero estaba entonces bien colocado, con una casilla blanca en la esquina inferior derecha –las estadísticas a veces se cumplen–, pero la extraña agrupación de las piezas del mayor de los Simeone era bastante reveladora.
Cierto es que jugar sin rey al ajedrez es mucho más que un ataque republicano. La Federación Internacional de Ajedrez, muy atenta, se apresuró a responder a la publicación de la imagen: «Por favor, decidles que cuando regresen a Madrid estaremos encantados de ofrecerles un cursillo acelerado de ajedrez e invitarles a visitar el Torneo de Candidatos, que se está celebrando estos días en la ciudad».
Bromas aparte, las dos fotos revelan a un padre que quiere a sus hijos y permite quedar él como el palo de la película, en este caso de la partida. Aparte de la insólita desaparición de su monarca, en los dos duelos está en una posición claramente inferior, pese a lo cual se deja retratar.
En lo que se refiere al postureo, la comunidad ajedrecística debería sentirse orgullosa de que otros recurran al noble juego para parecer mejores. La publicidad lo hace constantemente, con parecidos errores.
Y por último: más allá del respeto que merece cualquier persona y de lo feo que es reírse de los demás, no es así como se consiguen adeptos. Nos quejamos por la falta de atención del ajedrez y luego nos burlamos de los que intentan acercarse. En las mesas de póker ocurre a menudo algo parecido: un jugador habitual insulta a un novato porque le ha ganado una mano con suerte. Los buenos jugadores saben que esos principiantes son una bendición para el ecosistema. Por supuesto, ganarán muchas veces por azar. Esa ventaja tiene el naipe sobre los tableros.
Celebremos por tanto la fotografía de los Simeone. Y que vengan muchas más. Tampoco es el primero en hacerlo. Al magnate Richard Branson le han pillado en unas cuantas parecidas.
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