Nodirbek Abdusattorov, gran maestro uzbeko de 17 años, se ha proclamado campeón del mundo de ajedrez rápido después de derrotar a Ian Nepomniachtchi en las partidas de desempate. Tercero quedó Magnus Carlsen, con mejor coeficiente que Fabiano Caruana. El noruego no conseguirá repetir la triple corona, aunque todavía puede hacer el doblete si se impone en el Mundial de Ajedrez Relámpago, que empieza mañana.
La llegada de un nuevo astro del ajedrez siempre es una buena noticia. ‘Abdu’, además, es un gran maestro distinto. Destaca sobre todo por su increíble velocidad, lo que lo convierte en una bestia en los ritmos más rápidos. Tiene también un catálogo de recursos asombroso para salvarse en las posiciones más complicadas. Parece un trilero que mueve las manos a toda velocidad. Quizá haya que recurrir al VAR en alguna partida para comprobar que todas sus jugadas son legales. En este torneo gana la friolera de 77 puntos Elo en la modalidad rápida.
Nodirbek se proclamó gran maestro con 13 años, un mes y 11 días. Es el segundo ajedrecista más precoz de la historia en conseguir el título, solo superado por el ruso Sergey Karjakin. El pequeño genio de Uzbekistán es maestro FIDE desde los nueve años. En 2012 fue campeón del mundo sub 8 y en 2014, con nueve años, ganó por primera vez a dos grandes maestros, Andrey Zhigalko y Rustam Khusnutdinov. En ajedrez clásico, todavía no está entre los cien mejores del mundo, club en el que entrará sin llamar en los próximos meses.
En el Mundial de rápidas, solo perdió una partida, contra Korobov en la sexta ronda, pero luego encadenó cuatro victorias seguidas, para acabar con 9,5 puntos de 13. Caruana, Aronian y Carlsen fueron algunas de sus víctimas.
Burla de Nakamura
Cuando se disputaban las dos partidas de desempate, el estadounidense Hikaru Nakamura, que con sus tablas finales ante Carlsen lo privó de mantener la corona, escribió en Twitter un comentario bastante llamativo contra el formato de la competición: «Ver el Campeonato del Mundo bajar de 15 rondas a 13 ya es raro, pero ver estas reglas de desempate es más que risible».
Y burla aún peor de Nepo y Caruana
Más raro aún, sin embargo, fue ver las tablas entre Caruana y Nepo en solo seis jugadas, en la última ronda. La victoria les habría dado el título a cualquiera de ellos. Menos comprensible es la actitud del italoamericano, que por su mala puntuación de desempate no tenía opción ninguna de ganar. Ni siquiera le sirvió para lograr un puesto en el podio. Es dudoso que lo hiciera por el dinero. Si no hay ninguna razón oculta que lo justifique, la falta de combatividad de ambos merecería incluso una sanción. Al final, se hizo justicia con la victoria del niño prodigio, que practicó un ajedrez atractivo y sin especulaciones durante todo el torneo.
En el torneo femenino, ganó la rusa Alexandra Kosteniuk, con 9 puntos en 11 partidas. Segunda fue la sorprendente maestra internacional kazaja Bibisara Assaubayeva, y tercera la rusa Valentina Gunina.
David Antón, que por momentos se midió con los mejores, terminó en el puesto 39, con 7,5 puntos. Alexey Shirov, con medio menos, acabó en el 62. Jaime Santos, con 6,5 puntos, acabó en el 75. Con los mismos puntos terminaron Alvar Alonso (81) y el argentino Alan Pichot (73). En categoría femenina, Marta García hizo 5 puntos de 11 partidas, lo previsto por su Elo (ganó 5 puntos) y por su puesto: clavó el 65. Antón, el mejor de los españoles, ganó a Dubov e hizo tablas contra Giri, Nakamura y Rapport, antes de dejarse un truco contra Caruana que quizá le afectó en la recta final del torneo.
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