La distancia que separa al ajedrez masculino del femenino siempre ha sido motivo de controversia. El Elo no es el único baremo para medirla, porque la mezcla de jugadores de ambos sexos todavía es pequeña y el ejemplo excepcional de Judit Polgar ya forma parte del pasado. El torneo Tata Steel Chess, que está a punto de terminar en Holanda, ha supuesto una oportunidad excelente para poner a prueba a la campeona del mundo, la china Hou Yifan. A falt de una ronda, ha cumplido, como mínimo.
La actuación de Hou Yifan, que solo tiene 20 años, puede valorarse de muchas maneras, en un torneo del más alto nivel, contra otros trece grandes maestros de primera fila. Solo dos de ellos, Van Welly y Saric, tenían menos Elo que ella. A falta de dos rondas, ambos van por detrás, además de un desconcertante Baadur Jovaba, un ajedrecista de gran talento que ocupa la última posición, destacado, después de perder en la última partida precisamente contra la chica. Es verdad que en el final ella se encontró con el regalo inesperado de una pieza, en una posición no tan fácil de ganar. Si no hubiera sido por esta partida, le habría sido difícil puntuar. De hecho, se le puede acusar de haber sido demasiado conservadora en muchas fases de las partidas, algo que por otro lado es comprensible, aunque sabe lo que es competir a gran nivel desde que era adolescente.
Durante dos décadas, Judit Polgar era la única ajedrecista que se medía con frecuencia con sus colegas del otro sexo. La húngara, de hecho, apenas participó a lo largo de su carrera en competiciones exclusivamente femeninas, aparte de las Olimpiadas, en las que defendió con éxito a la selección de su país junto a sus hermanas. Fue una más de las claves de su éxito. Hou Yifan alterna toda clase de competiciones y aunque no teme enfrentarse a los hombres, no está tan acostumbrada como la menor de las Polgar, a la que también ha derrotado alguna vez. Sus estilos tampoco se parecen nada. Judit era la reina de la táctica. Yifan no es tan valiente, pero su ajedrez es cada vez más consistente.
Contra Magnus Carlsen, campeón del mundo, jugó una partida meritoria. Perdió después de 54 jugadas. Después de los primeros 30 movimientos, el noruego no había conseguido la menor ventaja, pero luego aplicó su método «constrictor» y meneó un árbol que sabía más débil hasta que empezó a caer la fruta, aparentemente sin hacer nada. No se puede culpar a la china, porque incluso excampeones del mundo masculinos han caído en la misma trampa y no han sabido cómo oponerse al estilo pedregoso de Magnus.
Habrá que ver cómo sigue progresando la mejor ajedrecista del planeta, pero si porfía en sus enfrentamientos en «torneos con bigote» seguro que su juego se verá reforzado. Quien sabe si, como Judit Polgar, será capaz de ganar a los mejores del mundo y colarse entre los primeros de la clasificación. De momento, ocupa el número 70 en la clasificación absoluta y tiene a su alcance el primer puesto femenino, que ocupa la húngara desde 1989, cuando solo tenía 12 años. Y ahí sigue todavía, después de su reciente retirada.
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