Eduardo Redondo.
El viaje de esta semana nos lleva hasta el barrio de la Concepción, a un colegio con gran tradición deportiva. Una tradición que arrancó en los patios de la mano de tres pioneros: Padre Antonio Esparza, Padre Javier Sanz y Padre Vicente Elío. Tiempo después, en el año 1988 se creó la Agrupación Deportiva Obispo Perelló (ADOP) con el objetivo de hacer crecer el deporte escolar. Dos exalumnos, exjugadores, entrenadores y coordinadores dirigen hoy en día esta organización que suma más de 600 integrantes. Manuel Puche y José Luis Peñaranda son los padres de una gran familia que compite en los Juegos Deportivos de Escuelas Católicas de Madrid (ECM) desde sus orígenes. Esta semana nos trasladamos hasta el Colegio Obispo Perelló para conocer su historia, su manera de trabajar y de educar a través del deporte.

“Esta temporada hemos inscrito 21 equipos en la competición en las disciplinas de fútbol sala, baloncesto y voleibol. En la Agrupación Deportiva contamos con más de 600 jugadores. Un dato que para nosotros es muy satisfactorio porque demuestra el trabajo diario y un crecimiento año a año que tiene detrás mucho esfuerzo. Además de estos tres deportes ofertamos actividades de atletismo, patinaje, multideporte y zumba para padres. También tenemos un equipo de madres de vóley y varios equipos de futsal y baloncesto jugando en competiciones federadas. Estos equipos los componen alumnos de bachillerato o exalumnos que siguen queriendo practicar deporte con nosotros, algo que para nosotros también es un orgullo”, explica José Luis Peñaranda, responsable de baloncesto y director de la ADOP.

Desde hace décadas, el colegio Obispo Perelló utiliza el deporte como herramienta educativa. “La mayoría de nuestros equipos compiten en los Juegos Deportivos de Escuelas Católicas. Es una competición en la que confiamos y que creemos que representa los valores de nuestro centro. Además, estos valores son los que intentamos inculcar a todos los jugadores de la Agrupación Deportiva. Creo que esta competición sabe conjugar muy bien la idea de competir y de educar a través del deporte. Por estos motivos, pensamos que es la competición adecuada para nuestros alumnos y para nuestras familias”, asegura Manuel Puche, director de la ADOP.

“El ambiente que genera esta competición es sano y educativo y sirve de herramienta para ayudar al crecimiento personal de nuestros jugadores. Rara vez se ven actitudes o ambientes impropios en la grada como se ven en otras competiciones que no ayudan a educar. Creo que es una competición que merece la pena y en la que el deporte es una verdadera herramienta para conseguir una educación integral de los alumnos”, añade Puche.

Los inicios del deporte en el colegio Obispo Perelló se remontan casi a sus orígenes. “Somos un colegio con gran tradición deportiva. Fue en el año 1988 cuando se creó la Agrupación. Para Manuel y para mí el Padre Esparza fue nuestro mentor. Fue una de las personas que arrancó este proyecto junto al Padre Sanz y al Padre Elío, que tampoco hay que olvidarlos. Estas tres personas fueron los pioneros. Todos los sábados, a las 08.00 horas empezaban a montar las pistas, poner redes y colocar los banquillos para que empezaran los partidos. La Agrupación empezó a funcionar de manera activa en el año 2008/09. Lo que había antes eran ligas internas entre los alumnos del propio colegio. Se enfrentaban unas clases contra otras y los mejores de cada curso representaban a sus compañeros en lo que llaman las selecciones. Se creaba un equipo en cada categoría (alevín, infantil y cadete) y era un orgullo pertenecer a estos equipos”, recuerda Peña que en su etapa como alumno participó en estos equipos.

“La evolución del deporte y la demanda de las familias creció exponencialmente con el paso de los años y fue cuando se planteó en la temporada 08/09 abrir el deporte a todos los alumnos. Nosotros llevábamos unos años entrenando equipos y nos propusieron ser los coordinadores de fútbol sala y baloncesto. El Padre Esparza fue la persona que apostó por nosotros y que se encargaba, junto a Luis Baños, de organizar todo. Con los años, ellos lo dejaron y la dirección del centro, que por entonces era Francisco Simón, apostó por nosotros en la temporada 2010/2011. Fue una apuesta arriesgada porque era dejar la Agrupación Deportiva en manos de dos chavales de 24 o 25 años, pero nosotros somos exalumnos, conocíamos perfectamente los valores del colegio y ya teníamos una experiencia previa como jugadores y como entrenadores. Fue una gran apuesta y para nosotros una gran responsabilidad, pero estamos muy contentos y satisfechos con el trabajo. Cuando lo cogimos teníamos 165 deportistas y este año vamos a superar los 600. La evolución ha sido muy poco a poco, pero siempre firme y con la confianza de las familias” añade Manu.

La mayoría de los entrenadores que ahora educan a las futuras generaciones llevan perteneciendo a la familia desde los tres años. Con una gran cantera de exalumnos, todos titulados por las federaciones, siguen ligados al colegio a través del deporte. “Me gustaría destacar el nivel humano de nuestros entrenadores. Todos son miembros de la familia Obispo Perelló, se han formado aquí, han sido jugadores, y en la edad de juveniles han empezado como entrenadores de prácticas hasta llegar a dirigir nuestros equipos. Todos ellos están formados y titulados por las federaciones de cada deporte. Cada año hacemos un esfuerzo para sufragar el coste de los cursos y, además, realizamos formación interna impartida por nuestros entrenadores más veteranos”, explica Puche.

“Los entrenadores son una representación de la Agrupación para los jugadores y las familias. Tienen que ser un ejemplo ya que son las personas que nos lideran cada fin de semana aquí y cuando visitamos otros colegios. Somos muy exigentes con este tema y tienen que ser los primeros que den ejemplo con la uniformidad, la puntualidad y una serie de aspectos básicos. Nuestra gente es el núcleo central de nuestra Agrupación. Somos los primeros que tenemos ese sentimiento de pertenencia al colegio porque lo hemos vivido desde pequeños y ahora lo transmitimos con orgullo. Es el futuro que buscamos, gente que lo haya vivido, que lo sienta como suyo y que sepa transmitirlo a las futuras generaciones”, añade José Luis.
Hablando de la competición y de su estructura, Puche y Peña coinciden en que una gran mejora sería aumentar el número de jornadas y comenzar antes. Además, proponen un sistema de competición más ambicioso, que tuviera su desenlace en un Playoff por el título. En cuanto al nivel arbitral, se muestran satisfechos. “Sabemos que la labor de los árbitros cada vez es más difícil porque se trata de un tema que afecta a toda la sociedad. Se ha perdido la educación y el respeto y por ello tratamos de concienciar a nuestras familias y entrenadores de que esto es un aspecto básico. Sabemos que cada vez hay menos árbitros porque su papel siempre está en duda. Entre todos tenemos que revertir esta situación, hacer ver que son una pieza fundamental para el deporte y que su trabajo es importantísimo, porque sin ellos sería imposible competir. Entre todos tenemos que conseguir que la figura del árbitro tenga el respeto que se merece y la autoridad necesaria para ser parte de la educación de los jugadores” enfatiza Puche.
El día de nuestra visita a las instalaciones de Obispo Perelló, desde su Agrupación deportiva habían organizado un mercadillo con material de otras temporadas para recaudar fondos. “Nosotros creemos mucho en los valores que aporta el deporte. Uno de ellos es la solidaridad y para dar ejemplo hoy hemos organizado un evento solidario. Solemos hacer dos o tres cada curso de diferente índole (recogida de alimentos, operación juguetes, apadrinar niños, etc.) Hoy hemos organizado un mercadillo solidario con material deportivo de otras temporadas para recaudar fondos que después donaremos. Creemos que este tipo de acciones son fundamentales para el desarrollo de todos nuestros jugadores. Todos podemos colaborar de una manera u otra y creo que esto también lo fomentamos desde el deporte. Por otro lado, para nosotros el respeto es un pilar fundamental: prójimo, compañero, entrenador, árbitro…”, expone Puche.
Una de las oportunidades que ofrece participar en los Juegos Deportivos de ECM es la de acudir en el mes de junio a los Juegos Nacionales Escolares EMDE. Desde hace más de 20 años, la ADOP es un fijo y no faltan a la cita por la experiencia que supone para sus jugadores participar en un campeonato nacional. “Obispo Perelló lleva más de 20 años participando de manera ininterrumpida en los Juegos EMDE. También lo hemos hecho en los Juegos FISEC a nivel internacional. Antes de que se disputaran en Torremolinos estuvimos en las ediciones de Valladolid y Madrid. Nos parece una experiencia fundamental para el desarrollo de los alumnos. Es una oportunidad única de practicar deporte en un ambiente seguro, fuera de Madrid y con compañeros de clase y de equipo. Te permite conocer gente de otras provincias de España y se convierte en otra forma de vivir el deporte en su estado más puro. Todos los jugadores que van vuelven mucho más maduros. Al final se trata de una concentración deportiva con todo lo que esto conlleva” coinciden Peña y Puche.

De una larga trayectoria al frente de la Agrupación, nuestros protagonistas de hoy destacan tres momentos únicos que lucen con orgullo como el Real Madrid luce sus quince Champions. Porque si en el fútbol profesional ganar la ‘Orejona’ es el mayor reconocimiento posible, en los Juegos Deportivos de ECM y en los Juegos EMDE ganar su orejona también lo es todo. Con una salvedad, este premio no se gana gracias a los méritos deportivos, se consigue demostrando que el deporte es una fuente de valores para la vida y siendo ejemplo de que ganar con respeto, con solidaridad, en equipo, con compromiso, con honestidad y con disciplina es posible. Nuestros protagonistas de hoy han sido galardonados con este premio en tres ocasiones (una de ellas en los Juegos EMDE del año 2011 donde recibieron el premio Valores Humanos). Con este gran currículum, del que pocos pueden presumir, este “matrimonio”, como se autodenominan, es la combinación perfecta para que el deporte en el Colegio Obispo Perelló siga creciendo y educando en valores a sus jugadores muchos años más.
En la cancha