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Javier Gil: “A todos los jugadores les digo siempre que no olviden las tres violetas que llevan en el pecho y que representan la humildad, la sencillez y la modestia”

El coordinador de deportes del colegio Maristas Chamberí nos abre las puertas del centro para dar a conocer su exitoso proyecto deportivo que cuenta con una dilatada trayectoria en los Juegos Deportivos de Escuelas Católicas de Madrid (ECM)

Javier Gil: “A todos los jugadores les digo siempre que no olviden las tres violetas que llevan en el pecho y que representan la humildad, la sencillez y la modestia”
Equipo de categoría Benjamín Mixto de futsal que ha ganado la medalla de oro en los XXXVI Juegos Deportivos de ECM.
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Eduardo Redondo.

¡Última parada! Maristas Chamberí. Hasta este colegio nos trasladamos esta semana para poner punto final a nuestro viaje. En el corazón del emblemático barrio madrileño se ubica un colegio centenario que cuenta con un exitoso proyecto deportivo y con un club con solera. El coordinador deportivo es Javier Gil que llegó al centro en la temporada 1989/1990. Tres años más tarde tomó las riendas de un proyecto que hoy continúa dirigiendo con las mismas ganas y la misma vitalidad que el primer día. Aunque confiesa que el compromiso de los jugadores y sus familias ha cambiado, tiene claro que los valores maristas continúan intactos y aprovecha cualquier ocasión para recordar a sus jugadores el significado de las tres violetas.

Javier Gil, director deportivo y coordinador de Maristas Chamberí.

El club ha contado esta temporada con 30 equipos, 18 de baloncesto y 12 de fútbol sala, de los cuales cinco han competido en la XXXVI edición de los Juegos Deportivos de Escuelas Católicas de Madrid (ECM). Aunque parezca mentira después de tantos años, por primera vez en su historia un equipo de Maristas ha conseguido ganar una medalla de oro. Concretamente ha sido el equipo Benjamín Mixto de fútbol sala que se proclamó campeón con tan sólo una derrota en toda la temporada.

Escudo del colegio diseñado por Víctor Escorial, jugador de baloncesto.

El club lo fundó Víctor Escorial que fue jugador de baloncesto de equipos como Estudiantes, Barcelona, Joventut y la Selección Española. Además, fue el que diseñó nuestro escudo. Yo entré aquí en la temporada 1989-1990 como entrenador y, a los tres años, el hermano Javier Cotorro me propuso ser el director deportivo del club. Hice dos cursos de formación en Zaragoza y Barcelona de dirección deportiva y, a día de hoy, sigo aquí como presidente y como director de deportes”, explica Javier Gil, coordinador de Maristas Chamberí.

El equipo campeón recibe órdenes de su entrenador.

El proyecto deportivo se encuentra muy asentado y cuenta con una trayectoria envidiable. “En nuestro colegio el deporte es muy potente y nuestro gran problema es el espacio. Nos encontramos en el centro de Madrid y disponemos sólo de cinco pistas. Casi 500 familias del colegio forman parte del club. Para el próximo curso, por primera vez, hemos diseñado tres turnos de horarios para entrenar y que todos los equipos tengan más espacio. Se trata de dar un servicio de mejor calidad y que los entrenamientos tengan el nivel que se merecen”, asegura el director del club.

Primera camiseta con la que compitió Maristas Chamberí.

Hablando de educación y de valores, el día a día es fundamental. “Desde las clases fomentamos mucho los deportes colectivos. Pensamos que en los equipos es donde mejor se transmiten los valores. Desde muy pequeñitos les inculcamos la sencillez, la modestia, la humildad, la ayuda al compañero o el respeto. Para terminar cada temporada, nosotros damos un premio al mejor jugador y al mejor equipo del año, pero nunca desde un punto de vista deportivo. Nosotros valoramos las notas, el trabajo en el día a día y el respeto a los valores del colegio. Los ganadores reciben el aplauso de todo el colegio y es un premio muy bonito que todos los alumnos quieren ganar”, asevera Javier.

La manera de trabajar es clara. “Nosotros tenemos un coordinador por deporte que se encarga de dirigir a sus entrenadores. Además, tenemos el manual de buenas prácticas Maristas que todos firman a principio de curso. Es muy importante que se den cuenta de dónde están, independientemente del nivel deportivo. Aquí tenemos una serie de normas que están por encima del deporte y que buscan educar a los jugadores”, recuerda Gil.

Entrenamiento de fútbol sala.

Con una trayectoria tan amplia al frente del deporte de Maristas y de la educación de los jugadores, por las manos de Javier han pasado decenas de generaciones. “Desgraciadamente, en los tiempos que vivimos, el deporte y la educación cada vez conviven menos. En 33 años que llevo en el colegio he conocido tres tipos diferentes de colegio. El centro es el mismo y su exigencia académica no ha bajado. Sin embargo, su exigencia disciplinaria sí. Aquí entra también el deporte porque es una disciplina más del ámbito académico. Hace 20 años los chavales se comían las baldosas del patio de las ganas que tenían. Ahora la palabra compromiso se ha perdido. Este problema viene de casa porque la educación ha cambiado. Aquí vemos como la asistencia a los partidos baja en cuanto llega el buen tiempo. El compromiso con el equipo que había antes ya no existe. Incluso en las inscripciones vemos como hay familias que piden que sus hijos no compitan los fines de semana. Si este es el espíritu queda todo dicho. La competición te enseña valores, te enseña a ganar y a perder, se trabaja la frustración… Pero este problema no es sólo de Maristas, es un problema de la sociedad en general”, lamenta con resignación.

Como veterano de la competición, Javier tiene una visión completa de los Juegos Deportivos de ECM. “Hablando de niveles deportivos, se solía decir que las competiciones federadas eran las que más nivel tenían, Escuelas Católicas un nivel intermedio y las municipales las más flojas. Sin embargo, yo no comparto esta opinión y hay muchos equipos en esta competición que tienen más nivel que algunos equipos de federación, sobre todo en baloncesto. Mi labor como coordinador consiste en ofrecer a cada uno de mis 30 equipos la mejor competición según el nivel de cada uno. Por este motivo elegimos cada año los Juegos Deportivos de Escuelas Católicas y mi idea para el año que viene es meter aún más”, asegura.

Placa de Escuelas Católicas junto al escudo del colegio

Por otro lado, hablando de educación, el deporte te enseña una serie de valores para el resto de tu vida. Los valores de está competición coinciden totalmente con el espíritu del colegio y sus tres violetas: humildad, sencillez y modestia. Las tres violetas Maristas, que son el símbolo del colegio, defienden tres valores que casan a la perfección con la idea de competición que promueve Escuelas Católicas. A todos los jugadores les digo siempre que no olviden las tres violetas que llevan en el pecho. Si un alumno sale del colegio con estos tres valores, significa que hemos hecho las cosas bien”, añade.

Tener tantos equipos y participar en varias competiciones te permite conocer a la perfección el deporte base y sus posibilidades. “Una de las cosas que valoro mucho comparando las tres competiciones de las que hemos hablado anteriormente, es la proximidad de los organizadores de Escuelas Católicas. Los coordinadores de esta competición pasan los fines de semana a supervisar los partidos, levantas el teléfono con un problema y rápidamente te ayudan, la atención personalizada y el trato son aspectos que tengo muy en cuenta. En los Juegos Municipales tienes un promotor dependiendo del distrito y esto no existe y, en Federación, más de lo mismo”, explica.

Celebración del título de liga.

En cuanto mejoras de los Juegos, Javier cambiaría pocas cosas. “Es muy complicado mejorar la competición. El tema del calendario es muy complicado porque se tiene que ajustar al calendario escolar. Muchas familias comparan el calendario de Escuelas Católicas con el de Federación y nos demandan empezar antes, pero sabemos que en esta competición es algo difícil. Quitando este tema, creo que el esfuerzo que se ha hecho este curso para salvar la competición y poder jugar todos los partidos aplazados ha sido muy grande. Ha sido un año muy lluvioso y el trabajo ha sido doble o triple. Se ha conseguido solventar el problema y terminar todas las competiciones. A nivel arbitral también se ha mejorado muchísimo, sobre todo en baloncesto. Me gusta ver como los árbitros aprenden y evolucionan de una temporada a otra. Esta idea también se la transmito a mis entrenadores: aquí estamos todos para aprender, incluido yo. En general, hay poco que mejorar, yo estoy muy contento con el funcionamiento de la competición”, asegura Javier Gil.

Partido de entrenamiento.

La temporada 2024/2025 ha quedado grabada a fuego en la historia de Maristas Chamberí. “Por primera vez en la historia del club hemos conseguido ganar una medalla de oro en los Juegos Deportivos de ECM. Tenemos multitud de premios, medallas y trofeos de esta y otras competiciones, pero nunca habíamos conseguido un oro. El equipo Benjamín Mixto ha hecho historia y son un equipo muy bueno. Tan sólo han perdido un partido en todo el año y, además, representan muy bien los valores Maristas. El equipo recibió el aplauso de todo el colegio en nuestro torneo y todos nos alegramos mucho por ellos”, concluye.

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