ABC
| Registro
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizABC
Blogs ABCNClase por ABCnClase

Club Deportivo Jesús María, un ejemplo de educación a través del deporte

Carlos Labrado y Javier Movilla, coordinadores del colegio, nos reciben en sus instalaciones para dar a conocer su proyecto deportivo, su manera de trabajar y de gestionar a los más de 350 alumnos que forman parte de sus equipos deportivos

Club Deportivo Jesús María, un ejemplo de educación a través del deporte
Más de 350 alumnos forman el Club Deportivo Jesús María.
Soporte Vocento el

Eduardo Redondo.

El segundo viaje de esta temporada nos lleva al centro de Madrid. Concretamente al número 13 de la Calle Juan Bravo, en pleno barrio de Salamanca. Allí se encuentra ubicado el Colegio Jesús María, un centro que se inauguró en el año 1927 y desde entonces no ha cejado en su empeño por educar en valores y formar a generaciones y generaciones de personas, más allá de la didáctica. Una labor que prolongan después del horario lectivo en el Club Deportivo que dirigen desde el año 2008 Javier Movilla, director deportivo, Carlos Labrado, coordinador de fútbol sala, Roberto Garcinuño, coordinador de baloncesto y Carlos del Prado, coordinador de la ‘escuelita’. Un trabajo encomiable que gestiona este equipo de apasionados del deporte y que apuesta por los Juegos Deportivos de Escuelas Católicas de Madrid (ECM) desde sus inicios. Esta semana nos reciben en sus instalaciones para dar a conocer su proyecto deportivo, su manera de trabajar y de gestionar a los más de 350 alumnos que forman parte de sus 33 equipos.

Más de 350 alumnos forman el Club Deportivo Jesús María.

“Esta temporada, en el club, tenemos unos 350 jugadores divididos en 33 equipos desde categoría prebenjamín a senior que compiten en tres secciones: fútbol sala, baloncesto y voleibol. 30 lo hacen en Escuelas Católicas y tres en la federación. El deporte estrella del colegio es el futsal, seguido de cerca por el baloncesto femenino. Tras varios años con una escuela de voleibol, este año hemos conseguido sacar dos equipos. El proyecto deportivo está enfocado en los alumnos del colegio y nuestra labor es fomentar el deporte y los valores del centro. Aquí cabemos todos, no se excluye a nadie. Nuestros equipos no se hacen por nivel y cada año es más difícil formarlos por el gran volumen que tenemos. Seguimos unos criterios que nunca tienen que ver con el nivel deportivo como los años de pertenencia al club, el curso o la edad”, explica Javier Movilla, director deportivo del Colegio Jesús María.

El club ofrece las modalidades deportivas de fútbol sala, baloncesto y voleibol.

Desde que el equipo tomó las riendas del proyecto la apuesta por los Juegos Deportivos de ECM ha sido clara. “Nosotros elegimos la competición de Escuelas Católicas porque se alinea con los valores de nuestro centro y con nuestra idiosincrasia. Tenemos los mismos valores y defendemos el mismo camino. Otra cosa que nos gusta destacar y que siempre comentamos con las familias es que todos los participantes son colegios católicos con nuestros mismos valores. También quiero reseñar el gran compromiso de las familias con los equipos. Uno de los motivos de peso para elegirnos es precisamente porque competimos en Escuelas Católicas”, asegura Carlos Labrado, coordinador de fútbol sala y representante del Club en ECM.

El futsal y el baloncesto femenino son los deportes más demandados.

“Además, a nivel deportivo compites de igual a igual con alumnos del mismo curso y de la misma generación. No contra una selección como sería si compitiéramos en federación contra clubes que seleccionan a los mejores jugadores para sus equipos. A nosotros nos gusta mantener los bloques formados para que haya una trayectoria formativa y una evolución. Por otro lado, a nivel de gestión, administrativo y burocrático nos resulta muy cómodo. Valoramos mucho que se adecúe al calendario escolar y se respeten las vacaciones y los puentes, aunque esta temporada hayamos vivido un caso excepcional en el inicio”, añade Movilla.

El segundo empezando por la derecha, de la file de abajo, es el ‘Cholito’, un claro ejemplo de los valores del Club.

Muchos son los valores que la práctica deportiva aporta a las personas. Por este motivo, desde el propio colegio fomentan la participación de sus alumnos en los equipos del colegio. “Nosotros partimos de la idea de que el deporte, a parte de ser una actividad física, es una escuela de la vida en la cual se forjan muchos valores: respeto, compañerismo, disciplina, juego limpio… Estos valores son los que intentamos inculcar a los alumnos en las aulas, en las clases de Educación Física y, por su puesto, en los equipos. Nos gusta hablarles mucho del respeto. Del respeto al compañero, al rival, a los árbitros y que esto se canalice hacia sus familias”, especifica Carlos.

Este año, por primera vez, el Club ha conseguido sacar dos equipos de voleibol.

La idea parece calar en los alumnos y Santiago Jiménez, jugador del equipo Jesús María ‘C’ de categoría Infantil de fútbol sala, lo tiene claro. “Los entrenadores nos enseñan la importancia del respeto, tanto a los compañeros, como a los rivales y al árbitro. Siempre nos dan consejos y nos ayudan a crecer. Desde pequeños, en clase, nos inculcan la importancia del respeto y en los equipos nos enseñan a competir desde el respeto. Lo que más me gusta es despertarte el sábado sabiendo que tenemos un partido importante y que vamos a poder vivir emociones, nervios y una gran rivalidad, como he dicho, desde el respeto”, asegura el “Cholito”, como le llaman sus compañeros y amigos.

El primero por la izquierda es Gonzalo, segundo entrenador del equipo que sueña con llegar a tener un equipo propio.

En este sentido, se vuelve fundamental el papel de los entrenadores y su ejemplo. “Dentro de nuestro proyecto nos honra poder decir que con el paso de los años hemos creado una cantera de entrenadores que primero fueron alumnos y jugadores. Estos antiguos alumnos han pasado por todas las categorías, conocen de primera mano lo que nosotros exigimos: saber estar, saber competir y dignificar con orgullo y honradez el nombre de Jesús María. Esta es nuestra forma de trabajar y la experiencia nos dice que es una fórmula de éxito, de éxito a nivel de valores. Hay generación que compiten y ganan y otras que no, pero todas se llevan los mismos valores. Todos reciben una educación que proporciona el deporte a nivel emocional, de salud mental o de descarga”, reconoce Javier. 

Un ejemplo de esta fórmula de éxito es Gonzalo González, segundo entrenador del Cadete ‘B’ de Jesús María. “Desde pequeño me han enseñado que cada pieza del equipo tiene un papel clave en el desarrollo de los entrenamientos y de los partidos. Aquí los equipos son pequeñas familias en las que todos tenemos nuestra importancia. Empecé como entrenador porque quería enriquecerme como persona, saber lo que es tener un trabajo y una responsabilidad. Además, quiero devolver al colegio todo lo que me han enseñado a mí. Desde pequeño he jugado al fútbol sala y conozco el gran ambiente que se vive en los partidos de Escuelas Católicas. Desde que estoy entrenando he descubierto lo maravilloso que es ser responsable de un equipo y mi objetivo es llegar a ser primer entrenador”, confiesa muy emocionado Gonzalo.

30 equipos han formado esta temporada.

La forma de proceder es sencilla. Los alumnos de 4º de la ESO, 1º y 2º de bachillerato trabajan como ayudantes de los entrenadores, a cada uno se le asigna un entrenador de referencia con el que comparten tres años de formación. Cuando alcanzan la mayoría de edad y desde el colegio opinan que cumplen con los requisitos, se les concede un equipo como primer entrenador. 

Hablando de los orígenes del club y de su evolución con el paso de los años y de las temporadas, Carlos y Javier coinciden en que el único secreto para llegar hasta donde han llegado es una gran vocación por el deporte y por la educación. “Yo soy profesor del colegio desde hace 36 años. Empezamos este proyecto en el año 2008 cuando le ofrecieron a mi compañero Javier Movilla ser el director deportivo y el me propuso a mi el cargo de coordinador. El secreto de esto es mucho trabajo y una gran vocación”, recuerda Carlos.

“En mi caso, llevo 22 años en el centro y he sido tutor de primaria durante 20. Los dos últimos estoy con los mayores en Secundaria y desde este curso soy el director de pastoral del colegio, además de mis funciones dentro del club. Mi secreto es la confianza. La confianza en mi capacidad y la confianza en mi gran equipo. En el club tengo un gran staff técnico y tengo confianza plena tanto en Carlos, como en Roberto, como en el otro Carlos. Todos formamos un gran equipo. Nosotros tenemos una serie de criterios establecidos en cuanto a horarios, partidos, entrenamiento, usos de instalaciones, trato con las familias, etc. y, al igual que enseñamos a los niños lo que es el respeto, nosotros también nos respetamos. Todos sabemos cuáles son nuestras funciones y las desempeñamos de la manera más eficaz posible para que la convivencia sea la adecuada”, asegura un orgulloso Javier por tantos años de exitoso trabajo.

Cada verano, los equipos de Jesús María participan en los Juegos EMDE.

Una oportunidad que ofrecen los Juegos Deportivos de Escuelas Católicas es la de participar y representar a la Comunidad de Madrid en los Juegos EMDE que se celebran en la ciudad de Torremolinos. Cada verano, se dan cita en la ciudad malagueña deportistas llegados desde diferentes provincias. El colegio Jesús María, gracias a sus resultados deportivos, es un habitual de la competición nacional. “Los Juegos EMDE aportan un gran aprendizaje a los jugadores. Durante una semana viven en una concentración deportiva muy parecida al deporte profesional. Duermen, comen, entrenan y compiten con sus compañeros de clase y de equipo. Creo que se trata de una experiencia maravillosa y de una suerte para los alumnos que tienen la oportunidad de participar”, reconoce Labrado.

“Para nosotros, Torremolinos es una motivación extra que tienen durante todo el año los chicos. A nosotros nos sirve para canalizar la energía durante el curso y, de alguna manera, para fomentar un comportamiento ejemplar durante el año para poder participar. Para nosotros esta oportunidad es un valor añadido. Nuestra primera participación fue con un equipo de fútbol 7 porque nos costaba quedar entre los tres primeros de Madrid y conseguir plaza directa. Desde entonces intentamos no faltar porque se trata de un broche de oro a cada curso académico. El torneo está muy bien montado y el trabajo que realizan los organizadores es increíble. Nuestros alumnos sueñan con poder participar”, añade Movilla.

Un equipo unido y bien estructurado es el secreto del éxito.

El Club Deportivo Jesús María representa el deporte formativo en estado puro. Una comunión perfecta entre deporte y educación. “Lo que más nos satisface no son los resultados deportivos, que también, sino ver hasta dónde hemos llegado después de tantos años, la gran participación de alumnos en el deporte y que quieran seguir en el club después de vivir toda su historia deportiva desde prebenjamín hasta juvenil, siendo entrenadores o jugando en los equipos senior de futsal y baloncesto. Para nosotros es un orgullo ver como después de sus carreras deportivas, los exalumnos devuelven toda esa formación a las futuras generaciones”, finaliza Carlos Labrado.

Educar a través del deporte es una realidad. Como demuestra el Colegio Jesús María.

El deporte educa, enseña y es la mejor escuela de la vida. Ganar, perder, levantarte y avanzar. Nosotros hemos vivido esta filosofía como deportistas y ahora tratamos de transmitirla como educadores y como responsables del club deportivo. Nos gusta decir que los equipos son una extensión más del colegio donde los alumnos conviven, comparten, se conocen y se divierten. Una compañera siempre nos dice que el club deportivo es un colegio dentro de un colegio y es cierto porque desde la ampliación de las instalaciones hicimos una apuesta por la competición de Escuelas Católicas, la filosofía de que los entrenadores deben ser antiguos alumnos que conocen nuestros valores y cada vez crecemos más porque todas las familias quieren pertenecer al Club deportivo. Por este motivo, para mí y para mis compañeros es un orgullo poder gestionarlo. Cada temporada es un reto nuevo y la clave de todo es el valor humano de las personas que estamos aquí: familias, coordinadores, entrenadores, organizadores de la competición y todos los colegios que formamos parte de ella. Al final esto es una gran familia que cada fin de semana se reúne para practicar deporte”, concluye Javier Movilla.

 

Otros temas
Soporte Vocento el

Entradas más recientes