El gobierno iranà cree que la dinámica nueva que se está creando en el Próximo Oriente en torno a sus retos de seguridad regional está directamente relacionada con dos acontecimientos.
Por un lado, la retirada de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos (EE. UU.) de la región, especialmente, de Iraq y de Afganistán, se ha convertido en:
- una escuela acelerada para que las potencias regionales en el Próximo Oriente aprendan de la experiencia de cómo los estadounidenses abandonan a sus aliados en el momento que más les convenga y
- una oportunidad para que los actores regionales y locales hagan sentir su presencia y su influencia de forma más destacada.
Por otra parte, la crisis en Ucrania, que enfrenta a las grandes potencias globales, ofrece un espacio nuevo para que los poderes regionales, dado el vacÃo de poder creado por las grandes potencias al estar tan ocupadas en Europa, reivindiquen con asertividad su liderazgo:
- económico, en el caso de TurquÃa,
- energético, en el de Arabia SaudÃ, o
- geopolÃtico, que es como Irán se ve a sà mismo en este panorama.
Asimismo, el gobierno de Teherán está persuadido de que ésta es una oportunidad no sólo para la competencia, sino, también, para la cooperación -Irán reconoce el interés simultáneo y creciente de Omán, de Qatar y de Arabia Saudà para entenderse mejor con sus autoridades-, dado que ambas pulsiones podrÃan convivir en el Próximo Oriente sin fricciones y con naturalidad.
El acuerdo, propiciado por China y anunciado en PekÃn el 10 de marzo de 2023, para que Arabia Saudà e Irán restablezcan relaciones diplomáticas es la prueba de que estas dos potencias regionales apuestan por la cooperación entre ellas.
En definitiva, Irán observa cómo el dominio del bloque occidental sobre el Próximo Oriente se desvanece y cómo éste no es necesariamente sustituido por el de las potencias globales enfrentadas a Occidente.
Para Irán, el proceso para la emergencia de un orden nuevo en el Próximo Oriente no estará dirigido por consideraciones geoestratégicas globales, sino, más bien, por los intereses económicos y energéticos de las potencias regionales.
En este contexto, Irán tiene la esperanza de que el proceso para alcanzar un nuevo acuerdo nuclear no se haya evaporado para siempre, a pesar del parón actual.
Teherán, además, cuenta con que sus relaciones con Rusia crecerán y se profundizarán en el futuro, no sólo por intereses respectivos inmediatos provocados por la crisis en Ucrania, sino porque existe un interés profundo, que viene de lejos, para que ambas partes incrementen su cercanÃa polÃtica, diplomática, económica y militar.
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