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Conflictos en África

Conflictos en África
Jorge Cachinero el

La percepción de África como un continente traumatizado está muy extendida entre los propios africanos, desde que, en 1960, comenzaron los procesos de independencia de muchas de sus naciones.

Este sentimiento arraigó, aún más, durante las décadas de los años 80 y 90 del siglo pasado, a las que muchos pensadores africanos calificaron como las del neocolonialismo.

Los africanos fueron testigos del agravamiento de la separación entre el desarrollo del mundo y el de África y de una distribución de los recursos locales africanos, que se consideró injusta por muchos africanos, a lo largo de todos esos años.

Por su parte, los sistemas políticos y de gobernanza de los países africanos han adolecido, durante décadas, de vulnerabilidad y de inestabilidad, que se vieron acentuadas a partir de que, en 2011, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) destruyera el Estado de Libia.

Libia, 2011.

Los grupos islamistas, que allí operaban y que estaban fieramente ideologizados en torno al yihadismo más radical, se trasladaron hacia el sur, hacia el Sahel, donde encontraron un territorio fértil para la recluta de nuevos miembros para sus organizaciones.

El fallo en el funcionamiento de los sistemas políticos en África ha alimentado el escepticismo hacia la democracia en todo el continente.

Todo ello a pesar de que, desde su independencia, las naciones africanas hubieran albergado un sueño de ambiciones profundas para actuar en el mundo como una región perfectamente coordinada, que vino en llamarse panafricanismo.

Sin duda, el descreimiento hacia los valores democráticos no es, en estos momentos, singular de África, ya que este fenómeno se está extendiendo en otras partes del mundo, incluyendo Estados Unidos (EE. UU.).

Asimismo, la sucesión de golpes militares que se está produciendo en el continente africano no es un rasgo exclusivo de aquella geografía porque, en otros momentos de la historia y en otras latitudes, aquellos se propagaron en el sur de Asia o en Hispanoamérica, por citar dos ejemplos.

Un gran número de los países de África cuenta, desgraciadamente, desde su independencia, con una historia larga de golpes de Estado y de conflictos de todo tipo, a pesar de la importancia crítica que el mantenimiento de la paz tiene para garantizar el desarrollo económico de las naciones.

En primer lugar, muchos países de África están sometidos a conflictos interétnicos, dados sus caracteres multinacionales y multiétnicos.

El caso más dramático de este tipo de disputas fue el genocidio que tuvo lugar, en 1994, en Ruanda.

Elementos extremistas de la población mayoritaria hutu de Ruanda concibieron una campaña planificada de asesinatos en masa para acabar con la población minoritaria tutsi del país, que fue ejecutada en el transcurso de unos 100 días, entre abril y julio de aquel año.

Ruanda, 1994.

Los conflictos transfronterizos han estado, también, muy extendidos en África.

Las fronteras administrativas de los nuevos países africanos no coincidían con las separaciones físicas entre las distintas tribus que los habitaban, ya que fueron dibujadas aleatoriamente por las antiguas potencias colonizadoras, especialmente, Francia y el Reino Unido.

La combinación de los enfrentamientos étnicos y fronterizos han dado lugar, en muchos casos, al surgimiento de movimientos independentistas o separatistas y, por extensión, a los conflictos que éstos han generado a muchos países de África.

El rompecabezas de Camerún es un buen ejemplo de lo anterior.

Su resolución consistió, tras su independencia, en 1960, en unirse a Nigeria, como quería el norte de Camerún, también llamado británico, y en constituirse, de forma simultánea, en un país independiente, que fue lo que decidió el sur de Camerún, conocido como francés.

Los conflictos religiosos son endémicos en África al estar muy extendidas dos religiones de afiliaciones masivas, como son el cristianismo y el islamismo.

Además, el crecimiento y la extensión de las facciones más extremistas de este último están exacerbando las disputas de raíz religiosa en África.

El Estado Islámico (EI) y Al-Qaeda, franquicias de las dos organizaciones terroristas yihadistas más radicales del momento presente, están muy arraigadas en el continente africano.

El terrorismo, por cierto, se extiende a través de África de forma muy sofisticada, mediante el uso de las redes sociales, del cíber terrorismo o de los vehículos aéreos no tripulados (VANT) o drones.

Por último, los conflictos económicos y sociales son recurrentes en África, dado que ambos tipos de enfrentamientos tienen la pobreza y el expolio de los recursos naturales africanos en sus orígenes.

 

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