Parece que la sociedad pide cambios. Pero parece que la misma sociedad no está dispuesta a cambiar. Pide cambios a quienes gobiernan pero no quieren salir de su zona de confort para ayudar a esos cambios. La historia son ciclos y todo parece indicar que estamos yendo de uno a otro. No estoy escribiendo ahora una columna sobre economía, lo estoy haciendo sobre antropología, sobre educación.
Siempre mantengo mi teoría de que para que una sociedad cambie lo primero que hay que modificar es la ley de educación. Urge que sea lo más cuidado por los políticos: por los que gobiernen, por los que estén en la oposición y por los que aspiran a estar. Y en ningún partido político he visto , todavía, deseos de cambiar nada. Un pacto de estado para no deshacer lo que hace el anterior, sería, además, necesario para no romper ese cambio que tanto necesitamos. Por supuesto, sería loable que dicha ley fuese idéntica para todo el territorio español.
En ese nuevo cambio de educación tendría que haber la enseñanza de los alumnos a pensar, a crear, a gestionar, a valerse por sí mismo. ¿De qué sirve saberse muchos conceptos de memoria si uno después no sabe ponerlos en práctica, aplicarlos, si no no sabe abrirse camino en el mercado laboral; pensar una idea, desarrollarla, defenderla, gestionarla, buscar quién te la financie…
¿Que tal si enseñamos en el colegio a los niños qué es un activo, qué es un pasivo, en qué consiste el interés compuesto? O cómo te afecta a lo largo de la vida el endeudarte o ¿que tal enseñar cómo el ahorro, bien encaminado, puede ser la base de tu fortuna? El “peligro” es que sabiendo eso en algún momento echarán cuentas y dirán, ¡caramba! con lo que me quitan de seguridad social para la jubilación yo me haría un plan que me permitiría jubilarme con 5 o 6 veces más de lo que me da el Estado; o dirían, ¡caramba!, si no me semiesclavizan a impuestos yo podría pagar mi salud y mi educación (la de mis hijos) y recibir mejores servicios a cambio ¿Es posible que no interese demasiado seguir ese modelo de educación? ¿Qué queremos que sepan, además de lengua, literatura, filosofía e historia? Porque esto también es muy importante.
No hay ninguna evidencia científica que demuestre que los españoles seamos más tontos que otros ciudadanos de países mucho más prósperos. Simplemente no nos han enseñado a gestionar bien nuestros recursos. Decía al comienzo de este escrito que vienen cambios y estos son radicales. Miren, ayer salieron los datos del paro y si bien mucha gente se alegró, otros vieron otra interpretación: que muchos empleos son precarios y muchos no son indefinidos.
Sobre el tema precario quisiera comentar que cobrar 300 euros al mes por 40 horas de trabajo semanales no es precario, directamente roza la esclavitud. Esto es, desde luego, inadmisible y ahí creo que todos estamos de acuerdo.
Sin embargo en lo que hay mucha división en es el tema contrato indefinido, fijo, para siempre. Ahí es a dónde quería llegar desde el principio.Eso ya no existe. O apenas existe y tiende a desaparecer. Debemos asumir que el modelo económico, laboral, productivo, ha cambiado. Debemos empezar a mirar con mejores ojos el autoempleo; es decir, pagarnos nuestra seguridad social y facturar a los demás como clientes. Esto, por supuesto, con una profunda reforma para los autónomos: pago de cuotas en función de ingresos, derecho a ponernos enfermos, vacaciones, paro…
Todo esto lo vengo pensando hace mucho tiempo y justamente el otro día leí en XL Semanal una interesante entrevista de alguien que sí es importante, al menos como para que sea entrevistado. Fue a Bill Aulet, (el señor de arriba, en la foto) el creador y director del Martin Trust Center, un centro del MIT para emprendedores. Bill Aulet empezó su carrera laboral en IBM de donde se marchó para empezar como emprendedor. Y al final consiguió buscar él solo 100 millones de dólares de financiación para una start-up. Más tarde llegaría el centro Martin Trust. En abril de 2013 recibió el Premio Monosson F. ADolf for Entrepreneurial del MIT
Hace unos meses publicó el libro Disciplined Entrepreneurship: 24 Steps to a Successful Startup, algo así como la disciplina de un emprendedor, los 24 pasos para crear una start up exitosa.
Básicamente viene a decir que nos olvidemos de cómo nos planteábamos las cosas antes: “El gobierno no creará nuevos puestos de trabajos, lo harán las start-ups. Ahí sí hay empleo, y España necesita crear puestos de trabajo” o “Entré en 1981 en IBM. Tardaban mucho en contratarte pero, si entrabas, tenías trabajo de por vida. Eso se ha acabado“
Esa es una de las claves más importantes. Creer que los empleos van a seguir siendo indefinidos es un error. Los trabajadores descargan, de esta manera, toda la responsabilidad de los impuestos en quién genera el empleo. Este empleador muchas veces se ve ahogado por los elevados impuestos y por la responsabilidad de contratar a alguien con sus garantías y no poder pagar si la empresa no factura lo suficiente. El modelo que propone Aulet es un modelo económico diferente que responsabiliza a cada uno de sí mismo. Tú eres tu propia empresa. Y créanme si les digo que es muchísimo más estimulante trabajar para uno que para los demás. Con el dinero que se ahorra una empresa en tus seguridad social tú puedes ganar más dinero, ser más autónomo y, sobre todo, mejorar la perspectiva de un campo laboral.
Por supuesto también está el caballo de Troya de los españoles: no querer desplazarse. “El emprendedor, dice Aulet, toma el control de su propio destino y si pierdo mi trabajo en Boston y me traes a Madrid, ¡crearé un trabajo para mí y para otros! Si me llevas a Nueva Zelanda, lo mismo. Y eso es lo que los jóvenes buscan hoy día: controlar su destino” Luego está el tremendo problema de los españoles y su casi nulo dominio de otros idiomas.
Obviamente no puede seguir este modelo el 100% de la población. Pero sí la gran mayoría. Es una cuestión de cambio de mentalidad, es la mejor manera, al menos desde mi punto de vista y por lo que parece de grandes gurús. Ganarse la vida controlando tú mismo tu gestión empresarial. Pero claro, para eso te tienen que enseñar de pequeño o tener la mente lo suficientemente abierta para hacerlo de mayor. Mucha gente puede estar leyendo esto y pensar que dónde se van los derechos de los trabajadores. Pues bien, siguen ahí pero gestionados de manera diferente. Es decir, como más arriba he dicho, con una modificación de las leyes que permitan que ser autónomo no sea tan caro, que se pague en función de ingresos. Y, desde luego los horarios de trabajo deben seguir siendo los mismos aunque, ya se sabe, la gente que trabaja para sí misma, no mira horarios. Ojo que esto tampoco quiere decir que sea más productivo pero sí es verdad que siempre está pensando ideas nuevas que poner en práctica.
Es realmente estimulador y sí, va en contra de dejar en manos de otro toda la asunción de responsabilidades del empresario que, por cierto, también es un ciudadano al que nadie cuida y sin ellos no habría empleo. En realidad mi forma de ver esto me impide ver la mentalidad de antes como algo que logre riqueza y prosperidad. Creo que esa forma de pensar está muy ligada a una infantilización de la sociedad, pasamos de poner nuestras cargas en nuestros padres a hacerlo sobre nuestros empleadores. Y estos no son el Estado, no son Emilio Botín, el pequeño y mediano empresario también genera muchísimo empleo y también tiene que pagar su casa y dar de comer a sus hijos. Generar empleo debe ser sencillo, no una carga inasumible. Es hora de espabilarse, es una necesidad acuciante cuando hemos visto que lo que hasta ahora funcionaba, ha caducado. Toca ponerse las pilas.
En realidad Bill Aulet propone un radical cambio en sociedades como la española. En USA hace mucho que ese modelo de economía funciona. Y una cosa que me parece fundamental en su discurso es la meritocracia. Es decir, ganar más dinero, ser más productivo o llegar más alto en los puestos de trabajo en función de tus méritos. Ni siquiera da importancia a los resultados académicos que aplicado en este país sería mucho más complicado. Hoy día que nos levantamos con tantos casos de corrupción de personas colocadas a dedo en las empresas por ser familiares o amigos de un político, blogs escritos por personas que son conocidas por haberse casado con alguien, personas que alcanzan la fama por haberse acostado con alguien…todo eso es lo contrario a la meritocracia que es el verdadero impulso de una sociedad bien engrasada que funciona y donde las desigualdades, si se dan, no es porque unos hayan nacido en una familia rica o en una pobre, sino porque uno se ha espabilado en ver cuáles son sus capacidades y desarrollarlas al máximo. Si es que no hace falta que seamos todos ingenieros, de verdad. Los fontaneros también son imprescindibles y un buen fontanero que se gestiona a así mismo puede crear empleo.
Desde luego los cambios legales vienen de la clase política. La creación de empresas hoy día sigue siendo algo pesado, caro, arduo…mientras que en otros países con una economía más, digamos, liberal, dan muchas más facilidades para el emprendedor. Pero es que además de todo eso, vuelvo a recordar, hace falta un cambio en la mentalidad y eso sólo se consigue cambiando la forma que tenemos de educar. Me parece básico enseñar en el colegio cómo se hace un plan de negocios, o cómo se gestiona un plan de viabilidad empresarial. No todo el mundo va a estudiar empresariales, no te digo un MBA, así que al menos enseñar durante unos cuantos años lo básico que se necesita para montarse uno por su cuenta, haga lo que quiera haga porque ese será su modo de vida para siempre.
Desterrar las formas anteriores nos vendrá bien a todos. Todo está en permanente cambio y así debe ser. Dejar de una vez esas tremendas frases de: pero es mejor que ganes este poquito que es seguro y estás empleado fijo que…La crisis nos ha demostrado que las torres más altas también se caen.
En fin que me parece que hoy he soñado demasiado pero quería darle una vuelta al tema y compartirla con ustedes a ver qué les parece.
educaciónemprendedor