La semana pasada, Tenerife ha sido escenario del primer encuentro tricontinental de Gastronomía “En 3 Sabores”, organizado por el Cabildo Insular. Tres cocineros de tres continentes, Paco Roncero (LA TERRAZA DEL CASINO), Antoine Laval Heerah (Isla Mauricio, LA CHAMARRÉ en París) y Patricia Quintana (México, IZOTE en el D.F.), subieron al escenario en días consecutivos presentados respectivamente por Cristino Álvarez, Óscar Caballero y quien esto firma. Encuentro de enorme nivel, útil para acercar cocinas diferentes a los cocineros tinerfeños. Muy buena organización.
El encuentro me ha servido también para ponerme al día sobre el momento de la cocina tinerfeña del norte de la isla, donde empiezan a registrarse movimientos interesantes. El restaurante más sólido de los que he podido visitar ha sido EL DUENDE (La Higuerita, 41. 922 37 45 17), cerca del Puerto de la Cruz. Cocina asentada e ideas claras en la línea de respetar la raíz tinerfeña en recetas y productos pero poniéndola al día. Menú de 42 euros, con siete platos. A la carta, en torno a 40. Comedor agradable y recogido. Completa carta de vinos y servicio eficaz aunque confianzudo. Un gran detalle su surtido de buenos panes caseros. En el menú dos platos magníficos: la reinterpretación de las papas con costillas ahumadas, que lleva también millo (maíz) y mojo de cilantro; y la papita rellena de cherne con cilantro en sopa de pescado, receta de sabores poderosos. Muy buena idea también los lomos de caballa con mojo rojo, bubango hervido y papa bonita. Lástima que falle el punto de la caballa. Tendencia a pasar los pescados y las carnes que he encontrado en casi todos los sitios. Algún error más. Por ejemplo un milhojas de papas y morcilla que arruina el sabor de una carnita de cabra en adobo, por otra parte muy rica. Buen surtido de quesos canarios y dos postres sin interés. Para beber, CRÁTER 2004, para mí el mejor tinto tinerfeño.
La sorpresa positiva ha sido LA GAÑANÍA (Camino El Durazno, 71. 922 37 10 00), también en los alrededores del Puerto de la Cruz. Me lo ha descubierto Manuel Iglesias, subdirector de El Diario de Avisos y experto gastrónomo. Lo abrió hace unos meses el joven Pedro Rodríguez, que fue repostero en EL DUENDE. Localito acogedor, con vistas sobre el mar. Carta breve, de apenas quince platos incluyendo postres, y recomendaciones del día. Menú de cinco platos por 28 euros. Todos bien presentados, bien elaborados, con respeto al producto y clara raíz canaria. Para empezar, estupendas papas quinegua rellenas de millo (maíz) y costilla ahumada con un mojo verde muy ligero. Luego, un magnífico filete de caballa sobre un puré de batata blanca y mojo hervido. Seguimos con unas rodajas de papas (repetición de producto, aunque de una variedad distinta) con conejo al ajillo y cebollino, correcto sin más, y unas lentejas estofadas con chorizo casero picado y panceta, muy buenas, un toque de sabor casero. Excelente el primer postre, un surtido de frutas de temporada bien ligadas y con diversas texturas, plato refrescante que limpia las grasas del anterior. Nos puso un postre extra: una copa de leche con galletas y dulce de guayaba. Su origen, una costumbre de los niños tinerfeños que tomaban guayaba con galletas mojada en leche. Para mí gusto, exceso de galleta que asume el protagonismo del plato y lo hace pesado. Aún con este par de pegas, un sitio muy recomendable, con gran relación calidad-precio. Bebimos un blanco VIÑATIGO MARMAJUELO 2006 (D. O. Ycoden-Daute-Isora), vino agradable, con mejor boca que nariz.
Del resto, destacar el clasicismo de EL COTO DE ANTONIO (General Goded, 13. 922 27 21 05), el valor más sólido de la capital. Nada de innovaciones, platos de siempre puestos al día. Y la mejor materia prima. Extraordinarios mojos, tanto el rojo como el verde, buen pulpo a la canaria (cocido, con papas negras y mojo rojo); aceptables chipirones con mojo verde; y un puchero canario excelente,