Salvador Sostres el 25 feb, 2016 Ayer un grupo de indignados bloqueó durante 45 minutos los accesos al congreso de los móviles en Barcelona. A la vez que gritaban “congresistas go home”, acusándoles grotescamente de encarecer los precios de la ciudad, estos indignados reclamaban no sé cuántos servicios gratuitos; gratuitos para ellos, claro, lo que sin duda significa que quieren que se los paguemos los demás. Yo respeto que cada cual piense y sienta lo que quiera, y la libre y apasionada confrontación de ideas me parece el ejercicio más estimulante del mundo. Pero los planteamientos de los indignados de ayer no pueden en ningún caso formar parte de un debate serio. No es razonable reclamar servicios públicos e intentar al mismo tiempo cargarse lo que genera riqueza. No es posible de ninguna manera. El problema de la extrema izquierda, y de la izquierda en general, es que todo el día quiere gastar, pero no entiende cómo se crea la riqueza; y además tiene la vanidad, y la ignorancia, de despreciar a los que tendría que considerar sus principales aliados, que son los empresarios. Lo peor que podría pasarles a los indignados, y a sus vidas subvencionadas, es que algún día los suyos ganaran. Porque la mayor corrupción, la que más nos empobrece y la que más nos roba, es la incompetencia. Espero que los protestones no tengan nunca que comprobar lo terrible que sería un gobierno de su Podemos, sobre todo para los más dependen de la caridad Estatal, porque con la bancarrota a la que siempre lleva la extrema izquierda, serían los primeros en quedarse definitivamente sin nada, pero nada de nada, nada; pasando hambre y pidiendo por las calles. Otros temas Comentarios Salvador Sostres el 25 feb, 2016