Salvador Sostres el 12 jun, 2015 Esta formidable sensación de que la vida arranca. Vuelve a arrancar. Con los trucos del mago aún todos por estrenar. Con el encanto del amor reciente que aún no se ha acostumbrado a ti y se te acerca con una mezcla de fascinación y miedo que tensa la belleza de cada instante. La vida en primera instancia, con el nuevo horizonte por escrutar. Hay una amabilidad de fondo y una recuperada confianza en la Humanidad. Hay alguien que vela cuando todo el mundo duerme, alguien que sueña primaveras libres. Este alegre despertar en una nueva casa, el aprendizaje de volver a medir distancias. Ahora me ruboriza haber escrito que nunca he cambiado, y haberlo pensado. He cambiado porque he mejorado y quien no mejora es porque no aprende y si no aprendes la vida no vale nada. Claro que he cambiado. Claro que he mejorado. Claro que llevo escritas las heridas en la piel, para que todos puedan leer mis sueños. Mi vida no tendría sentido si yo fuera el mismo que hace diez años. Los inmovilismos siempre son tribales. Lentamente comienza el canto. Lentamente, la sombra de los años. Esta formidable sensación de volver a empezar. La tierra es fértil y el cielo está abierto. Poder trabajar con la máxima dedicación. Mantener viva la fantasía de que en este mundo quebradizo e imprevisible nos vamos haciendo fuertes. Poder domesticar a los fantasmas. Estar bien. Tener suerte y paraíso. La vida arranca. Yo quería escribir la canción más bonita del mundo. Otros temas Comentarios Salvador Sostres el 12 jun, 2015