Salvador Sostres el 10 ago, 2017 Impar Hotel Princesa Sofía Cocina: 8 Sala: 8 Servicio: 9 Hay cocineros con mucho talento y cocineros muy inteligentes y los que poseen una virtud suelen carecer de la otra. La semana pasada dimos cuenta de Ever Cubilla (Kru) y de su portentoso talento, a la vez que de su escasa capacidad para comprender las evidentes consecuencias de su imperdonable dejadez. En el otro extremo estaría el inventor de McDonald’s con su inteligencia prodigiosa y su recetario de una decidida pobreza gastronómica. Carles Tejedor (Tarrassa, 1975) es uno de los pocos cocineros del mundo que reúne las dos virtudes en grado superlativo y a la vez que su cocina es brillante, gustosa y sexy su inteligencia empresarial es una de las más potentes de Europa en su sector. En Via Veneto demostró que era capaz de estilizar la cocina clásica, de darle personalidad y profundidad y además sin vanidad y casi desde el anonimato en una casa donde los protagonistas son sus dueños. En El Nacional atiende cada día a 3.500 personas, manteniendo unos estándares de calidad que parecen imposibles para tal volumen. Y ahora en el renovado hotel Princesa Sofía ha empezado por estrenar Impar, la propuesta informal de la casa. De vocación mediterránea con acentos -que no exactamente fusiones- de otras cocinas del mundo, este restaurante alegre, amable, de servicio atento y cariñoso, resume el espíritu Tejedor de preservar la calidad sea cual sea el formato del restaurante -en este caso muy extensa-, porque como él mismo dice, “es lo único que perdura”. En este tipo de restaurantes de hotel, con la pretensión de satisfacer a todo el mundo, hemos visto a grandes establecimientos de muy elevado precio naufragar en lo inane cuando no en lo vulgar, en lo mediocre cuando no en lo deleznable. Es de un muy notable mérito que Carles Tejedor haya logrado mantener su estilo sin estridencias, su personalidad sin aspavientos, su calidad sin pasarse en el precio. Cada vez es más aburrido, y más deprimente, hablar o tratar con personas poco inteligentes, que hay muchas, y demasiadas en cargos y con responsabilidades importantes. Por eso cuando supe que Carles Tejedor se encargaría de la restauración integral del Sofía pensé que el hotel había aprendido la lección de su decadencia y que se había propuesto, con acierto, enmendarla para que no se volviera a repetir. A lo largo del otoño, Tejedor abrirá también Beso, su restaurante gastronómico para 30 personas, basado en el producto y en el modo más sutil de tratarlo. Un imponente bar con una sensacional barra circular será otro atractivo del nuevo Sofía que el chef no tardará en presentar. Barcelona será siempre algo en el mundo, por mucho que hayamos elegido a una alcaldesa demencial, mientras nuestras mejores inteligencias y talentos tengan plaza para poder trabajar. Y será esta inteligencia y este talento los que nos van a hacer felices, prósperos y libres, y no absurdas promesas de duros a cuatro pesetas que nadie está dispuesto a sostener con su vida ni siquiera a pagar el precio que nos van a costar Otros temas Comentarios Salvador Sostres el 10 ago, 2017