El orden gana, los cretinos se hunden. Se consolidan los partidos de los propietarios. Cada comunidad tiene un partido que es el de los dueños. En Cataluña era Convergència. En Andalucía es el PSOE. En Galicia es el PP y en Euskadi el PNV. Gana el orden y se desmorona el tarambana. Volvemos a ser una gran familia. En Galicia, el Partido Popular ha revalidado, ampliándola, la mayoría absoluta. En el País Vasco el PNV se impone con claridad, mejora su resultado y Urkullu podrá elegir socio para gobernar. Pedro Sánchez se hunde, con especial escarnio en Euskadi, pero también en Galicia le superan los desharrapados.
Lo esperanzador del 25-S es que los partidos que representan la idea del orden no sólo ganan sino que crecen, y podrán gobernar sin problema. Las chachas querían tomar nuestros aviones y tendrán que continuar yendo en autobús. Bien. Es reconfortante que España vaya recuperando la normalidad mental y moral, y que lo hayamos conseguido en poco tiempo y sin demasiados daños que quepa lamentar. Si estar un año sin gobierno sirve para extirpar el cáncer populista, sea. Tal como están las cosas en el mundo, es un precio razonable.
También es positivo que al PP ya no le crecen los enanos por la derecha y que Ciudadanos ni esté ni se le espere ni en Galicia ni en Euskadi. Los populares están barriendo con eficacia su parte de la casa.
Hablando de populismos barridos, es sin duda una magnífica noticia que Podemos, En Marea y Bildu hayan quedado tan lejos de la victoria. Han ganado posiciones pero sin importancia. Y el mensaje que tanto gallegos como vascos le mandan a Pedro Sánchez es demoledor, durísimo hasta resultar sádico.
Lo que a Cataluña le ha pasado a Convergència con Esquerra es lo que a Sánchez le está pasando en toda España. Los que crean que el PSOE tiene suficiente consistencia para aguantar lo que le echen, que piense en lo que los socialistas tenían hace sólo cinco años, y que se fijen también en lo que ha quedado de CiU en Cataluña por separarse del camino del orden, de la seriedad, de la estabilidad y del centro derecha pragmático y pactista: ese espacio al que muy inteligentemente el PNV ha regresado para volver a ganar.
Lo más deprimente de la jornada de ayer es que muy probablemente no tendrá ninguna incidencia en el proceder nefasto del líder socialista, que en su afán por salvarse está destrozando a su partido favoreciendo que la peor gentuza de la política española se haga con la hegemonía de la izquierda. Lamentable.
España empieza a despertar de su pesadilla barriobajera, pero el PSOE en su profunda irresponsabilidad continúa alimentando unas enfermedades que ya podrían estar erradicadas.
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