Salvador Sostres el 15 mar, 2016 Ayer vi a una chica robando en Primark. La descubrieron y la retuvieron. Es humillante que te retengan en Primark, pero no por haber robado, sino por haber robado en Primark. Yo entiendo que tú sólo puedas comprarte la ropa en Primark, ¿pero robar? ¡Robar puedes robar donde te plazca! ¡Deja volar tu imaginación! ¡Piensa en grande, sé princesa por un dÃa! ¿Por qué robar en Primark cuando podrÃas robar en tiendas de marcas tan extraordinarias? Pequeña ladrona mÃa, ¿por qué estás tan triste que has acabado robando Primark? Piensa que además, en las grandes boutiques, hay muchos menos controles de seguridad que en Primark, donde dada la procedencia de sus clientes es normal extremen los mecanismos de de defensa. Comer o no comer -Manolo Vázquez Montalbán lo decÃa- es cuestión de dinero, pero comer bien o comer mal no es cuestión de dinero, sino de cultura. La chica de Primark no es pobre por vestir en Primark, es pobre por robar en Primark. Es pobre por no tener imaginación, ni deseo de mundo mejor, y eso no hay moneda que lo arregle. ¡Seamos preciosos, apuremos la vida y su maravilla! Si somos prÃncipes, multipliquemos el esplendor de cada palacio. Si somos piratas, surquemos todos los mares hasta hallar la isla del tesoro. VÃstete donde puedas, corazón. Pero puestos a robar, sé la capitana de todos los abordajes, y que hable por ti lo que te incauten si finalmente te pillan. Ayer vi a una chica robando en Primark. Ella creÃa que robaba una camiseta, cuando en realidad, lo que tratando de birlar aquel andrajo sustraÃa, era su propia, pisoteada alegrÃa. Otros temas Comentarios Salvador Sostres el 15 mar, 2016