Nuestros cuerpos dependen de una buena circulación para distribuir oxígeno y sangre. La circulación lleva la sangre a nuestros músculos, el color a nuestra piel, enfoque a nuestro cerebro y elimina toxinas y ácido láctico. En definitiva, tener una buena circulación es fundamental para nuestra vitalidad. Lamentablemente, muchos de nosotros pasamos horas sentados a diario; coche, puesto de trabajo, la tele, el móvil, los videojuegos o hasta incluso leer un libro, que es muy bueno para la mente pero no tanto para tus piernas. Todo este contexto hace más importante que nunca dedicar algo de tiempo a diario para estimular nuestra circulación.
He aquí algunos puntos básicos bien fáciles de seguir que van a ayudar a que tu flujo sanguíneo se mantenga en el mejor estado posible:
¡Muévete!
La actividad física es con diferencia la forma más efectiva y beneficiosa de aumentar la circulación. Haz lo que puedas, aunque sea poco es mejor que nada. Me encantaría proponer un mínimo ejercicio efectivo diario basado en entrenamiento de fuerza, pero como eso le suena mal a mucha gente, vamos con otras recomendaciones mucho más fáciles de digerir: date un paseo, apúntate a una clase grupal de mantenimiento físico, practica yoga, monta en bici, juega al pádel, juega con tu perro, con tu sobrino, con tu nieto… Haz lo que te venga en gana con tal de que no pase un día en el que no hayas realizado algo de actividad física.
Come bien
La gran pregunta es qué es comer bien, porque no se trata de comer un poco de todo con moderación. Al margen de objetivos deportivos y/o adelgazantes, vigila que tu alimentación contenga alimentos buenos para tu circulación como los cítricos, ricos en vitamina C, y los ricos en hierro. Ojo con la sal y los ultraprocesados, posiblemente esto ya te lo han contado.
Date un masaje
Un buen masaje en tu musculatura favorece la circulación de la sangre por todo tu cuerpo, ayuda a que sus músculos liberen ácido láctico y los oxigena. Puedes acudir a un terapeuta o bien formarte un poco para poder hacerte a ti mismo un buen masaje con la ayuda de una pelota de lacrosse o un rodillo de foam.
Duchas de contrastes
Alternar agua fría y caliente en la ducha puede reactivar la circulación. El cambio de la temperatura del agua hace que se produzca un cambio en dónde pone el cuerpo más ‘atención’ a la hora de enviar mayor torrente sanguíneo. Debemos permanecer un rato en el frío, no vale sentir el primer chorro de agua fría y pasar de nuevo al calor.
Presta atención a tu manera de respirar
Si alguna vez has realizado una respiración profunda, sabrás que se siente una sensación de alivio. La mayoría de nosotros respira superficialmente, pero respirar profundamente aumenta la cantidad de oxígeno que circula por nuestro cuerpo. Si somos capaces de pasar más horas al día siendo conscientes de nuestra respiración nos sentiremos menos estresados, más relajados e incluso pensando con más claridad.
Especia tu vida
Los chiles, la cayena y el jengibre, entre otras especias, aumentan el flujo sanguíneo y la circulación general. La cúrcuma, es una raíz también conocida por sus cualidades antiinflamatorias y que fácilmente se puede agregar a todo tipo de platos para darle sabor. Recursos sencillos, baratos y apetitosos que encima contribuirán de manera positiva a tu salud.
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