La ropa técnica deportiva, maravillosa por su ligereza y transpirabilidad, tiene su punto flaco en un olor muy característico que aparece antes o después con su uso. Además, fastidia bastante porque en ningún caso supone que él o ella no sea una persona higiénica y que la prenda esté sucia, de hecho está lavada y huele bien en el cajón, pero solo con romper a sudar uno se convierte en una peste andante. Si a esto le añades que hablamos de una camiseta que te encanta por su diseño, te queda bien, te costó una pasta y no hay nada más cómodo para hacer ejercicio… es un fastidio real. Hoy os traigo dos sencillos trucos caseros que todos podemos utilizar para quitar ese desagradable olor que sí, con el tiempo llega, pero también se puede conseguir que lo haga más tarde.
¿Se puede conseguir que no aparezca el olor?
Con fibras sintéticas, a largo plazo, yo diría que es difícil pero sí que hay dos cuestiones a tener en cuenta que retardan la aparición de malos olores. La primera es seguir las instrucciones de lavado de la prenda, algo aparentemente sencillo pero que poca gente cumple y puede arruinar sus propiedades, especialmente su transpirabilidad con el uso del suavizante. La segunda es posiblemente la más dañina en términos de aparición del olor y ésta sí que puede tener difícil solución. No es otra cosa que dejar tu ropa deportiva metida en una mochila o bolsa durante horas y empapada en sudor. Y esto es un problema porque puede que en tu caso el gimnasio es lo primero del día y hasta bien entrada la tarde la ropa pasa horas «macerándose» tan ricamente. Siempre que puedas, saca cuanto antes la ropa deportiva y que se airee. Ojo, la típica cesta de la ropa sucia sin ventilación y cerrada, donde vas echando todo hasta que está repleta y pones la lavadora, es igual de peligrosa.
Lo malo es que es difícil ser perfectos y no tarda en llegar el día en el que nos hemos dejado la ropa empapada en una bolsa más tiempo del debido o, simplemente, con el uso repetido llega un día en el que la ropa, pese a lavarse, huele mal a los pocos minutos de llevarla puesta ¿Qué podemos hacer?
Remedio casero 1
Utiliza el típico barreño para lavar la ropa a mano e introduce esas prendas malditas que ya huelen que apestan casi sin empezar ni a sudar. No cargues mucho el recipiente, como no sé el tamaño del tuyo, digamos que puedas remover lo que introduzcas sin dificultad ni resistencia. Le añades agua fría y vinagre ¿Cuánto vinagre? No tengo ni idea, el suficiente como para que el olor que desprenda ese barreño sea tan desagradable que tengas que sacarlo a una ventana o dejarlo encerrado en un baño. Puede ser vinagre de limpieza o de mesa. Deja las ropa 24 horas reposar y tras ello quitas el agua y lavas normalmente en la lavadora, respetando las indicaciones de la prenda aunque si has llegado hasta este punto supongo que la prenda ya está machacada y da igual lo que hagas con ella en la lavadora.
Que no te asuste el olor a vinagre, con el lavado se va sin ningún problema. Normalmente este sencillo truco sale bastante bien, pero hay otro alternativo.
Remedio casero 2
Realiza la misma operación pero en lugar de añadir vinagre, pon bicarbonato ¿cuánto? De nuevo no lo sé, pero no debes pensar en la cantidad que te pondrías para reparar una mala digestión, hay que ser generosos. Bastante. Volvemos a dejar la ropa a remojo un día en esta solución y lavamos normalmente después. Si el olor de las prendas es muy fuerte, puede que necesites repetir dos veces el ciclo, ya sea con vinagre como con bicarbonato
Las malas noticias.
Siempre o casi siempre las hay. Estos remedios normalmente funcionan, pero su efecto dura poco, aproximadamente dos o tres usos y el olor vuelve a salir, puede que tarde algo más si la prenda no es muy vieja. Pero hay una realidad que tenemos que tener en cuenta, todo tiene una duración y aunque una camiseta esté impoluta en términos de color o de integridad de la tela, si es tejido técnico sintético, puede haber perdido sus propiedades y que sea hora de renovar tu vestuario. Si aplicando cualquiera de estos remedios no notas absolutamente nada, o cambias la camiseta o asumes que serás un «ambientador de amoníaco» andante.
Las alternativas comerciales.
En cualquier supermercado puedes encontrar productos que se anuncian para quitar el olor de prendas deportivas. He de decir con total claridad que yo he probado muchos y que ninguno me ha dado mejor resultado que los «remedios de abuela» que os he puesto antes, aunque eso sí, es mucho más cómodo y dejan la ropa con un olor a limpio muy marcado y agradable. La pena es que ese olor no necesariamente sigue presente al romper a sudar.
Digan lo que digan sus etiquetados, no os recomiendo que de buenas a primeras realicéis los primeros lavados utilizando estos productos con una prenda que os acabáis de comprar. La posibilidad de cargarte alguna sus propiedades, es alta. También aprovecho para comentar que, en estos tiempos de covid, las virtudes higienizantes/desinfectantes que pueda tener un producto para eliminar un virus, nada tiene que ver con el inconfundible aroma de una axila tras una horita de machaque deportivo.
Todo este lío hace que mucha gente vuelva a los clásicos y elija prendas cien por cien algodón para hacer deporte. Si por ejemplo eres montañero, entenderás perfectamente que no es una opción, dado que una prenda empapada de sudor, ante un cambio climatológico repentino, es un riesgo que no te puedes permitir. Si en tu caso, el único inconveniente es que vas a estar corriendo o haciendo una clase colectiva con una camiseta que pesa un kilo por la cantidad de humedad que acumula, pero con menos riesgo de oler a sudor, igual lo prefieres. Al final, son decisiones personales. Que la fuerza te acompañe.
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