Por no darle muchas vueltas al tema, en cuestiones de entrenamiento físico el factor presencial es clave, de lo contrario ningún deportista de élite trabajaría en un centro de alto rendimiento junto a sus entrenadores y otros compañeros, lo harían virtualmente. Y no hay nada más práctico y basado en resultados que el deporte de competición. El tema de la digitalización aburre a las cabras, todo ha de ser digital para que ‘mole’. Es cierto que eso que ahora se llama reinventarse ha salvado la vida a muchos negocios o incluso ha multiplicado sus ventas, especialmente en tiempos de pandemia. En el terreno del ejercicio físico las clases online y/o las apps de entrenamiento han sido un salvavidas para muchas personas que lo han pasado realmente mal. Desde ese punto de vista no hay nada que objetar, el ejercicio bueno es el que se hace y no el que se planea hacer, pero hay que tener muchísima fuerza de voluntad para encender un móvil o una tele y darlo todo en soledad siguiendo unas pautas o vídeos didácticos. Y creo que muchos programas online, al igual que muchas cadenas de gimnasios, cuentan con que hay una importante tasa de abandono, pero poco importa si ya se ha pagado o si se sigue pagando mes a mes la cuota. Aunque los productos a distancia, ya sea vía app, vía web o directos, cada vez están más cuidados y eliminan muchas barreras, no hay nada que pueda sustituir al contacto físico con un buen entrenador o entrenadora y estos son los motivos:
- La necesidad del contacto con otras personas. Incluso los que se consideraban más antisociales se han dado cuenta de que no lo eran del todo. Nada tiene que ver elegir estar solos en determinados momentos o lugares a estarlo por obligación. Nada puede sustituir el vernos cara a cara e incluso los que mejor se han sentido teletrabajando han acabado por añorar el reunirse físicamente al menos de vez en cuando. Que un entrenador te vea en persona le da muchísima información relevante para hacer mejor su trabajo.
- Las correcciones técnicas. Hay entrenadores que dentro de su servicio de atención personalizada revisan vídeos de sus clientes para posteriormente pasarles correcciones. Con este sistema se pueden obtener buenos resultados, pero recuerda que normalmente este tipo de atención no será barata tampoco. Independientemente de este punto, hay algunas correcciones que pueden necesitar de contacto físico para que surtan efecto, no es nada raro que una indicación directa (aprieta abdomen, activa escápulas, saca pecho…) sea difícil de seguir por el simple hecho de que todos tenemos partes del cuerpo con mayor o menor control. Sentir el contacto de la palma de la mano o de un dedo allí donde hay que corregir algo puede ser muy útil.
- La información emocional o anímica. No somos máquinas, todos tenemos un día en el que no hemos dormido, o hemos discutido con un ser querido o que ha sido especialmente duro en el trabajo. Una app no lo va identificar, te entregará lo que te toca según el plan. Un buen entrenador con el que has construido una relación estrecha va a saber identificar estas cosas nada más verte y, sobre la marcha, aplicará modificaciones o ajustes en tu entrenamiento porque sabe que lo necesitas ese día.
De cualquier manera hay tantos perfiles como personas, si en tu caso personal te has descargado una App o sigues unas rutinas online con las que te sientes perfectamente bien y se ajustan a lo que necesitas, perfecto, no hay más que hablar. Pero si vas arrastrando algunas dudas en cuanto a si lo haces bien o mal, notas molestias al hacer algún ejercicio, que te estancas o se te hace tan aburrido que sabes que así no seguirás mucho tiempo… no lo dudes, es hora de pasar a una cita presencial con un profesional o, por lo menos, acudir a una de las opciones personalizadas que suelen ofrecerse como un plus en este tipo de productos. La personalización marca muchas diferencias, entre un producto generalizado y uno hecho a medida, tengámoslo claro, no hay color. El sobrecoste merece y mucho la pena. Pruébalo y que la fuerza te acompañe.
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