No sé tú pero yo estoy agotado de esa matraca emocional de que para desarrollarnos personalmente hay que ‘salir de nuestra zona de confort’. Creo que se sale del confort simplemente cuando hace frío, hace calor o hay que levantarse para ir a trabajar así que es fácil que nos digamos a nosotros mismos ‘pero qué zona de confort ni qué leches, mi zona de confort es mí sofá y mi batamanta y de eso solo tengo diez minutos al día’. Quizás estamos pensando que tendremos alguna respuesta trascendental pasando por experiencias épicas o extremas, pero es muy probable que la relación entre esfuerzo y recompensa sea muy desequilibrada. Hace tiempo leí una lista de acciones que te podían ayudar a adentrarte en territorios nada confortables sin necesidad de comenzar una aventura digna de un programa de Calleja; como suele ocurrir con esas enumeraciones algunas me sonaron a chorrada y en otras entendía su sentido. He aquí algunas ideas para aumentar tu resiliencia y capacidad de adaptación a la dificultad, pero lo mejor sería que hagas tú la tuya propia, porque salir a correr, por decir algo, puede ser una tortura para algunas personas y para otras un momento de relajación absoluta.
1- Prueba una afición de la que poco o nada sepas y no tengas a priori especial habilidad para ella.
Puede ser cualquier cosa como cocinar, bailar, pintar, nadar, tocar un instrumento o hacer ganchillo. Al margen de que puede que encuentres algo para lo que vales sin que se te hubiese pasado por la cabeza, enfrentarte a la torpeza y desconocimiento inicial supondrá un desafío y mejorará tu respuesta a la adversidad.
2- ¿Llevas años de vida sedentaria y quieres empezar a hacer ejercicio? Prueba una clase de CrossFit
Mucha gente quiere ponerse en forma pasando por una especie de proceso de adaptación progresivo de duración indeterminada. Suele ser una excusa para quitarse presión si van dos días al gimnasio y no volver en un mes. Si quieres dar un giro a tu salud, pon manos a la obra. Aunque no te lo pueda parecer, el CrossFit es un sistema de entrenamiento que hace gala de poder adaptar la rutina más dura al nivel de cualquier persona sea cual sea su estado de forma o edad. El momento de cruzar la puerta de un box de CrossFit supone un reto más emocional que físico, pero romperá muchas barreras de golpe. Tantas que igual cambia tu vida.
3- Haz una ruta de montaña.
Hablo de una ruta seria, no de diez mil pasos por una pradera verde, que está muy bien, pero no te va a sacar de ninguna zona de confort. Testarte tanto física como mentalmente al hecho de llegar a lo alto de una montaña es una experiencia muy particular. Para flipados y flipadas, no estoy hablando de ir al Himalaya, eso es alto rendimiento y no es salir de una zona de confort sino jugarse la vida.
4- Haz planes sin que necesariamente te acompañe nadie
Muchas personas solo van a probar algo si encuentran alguien que les acompañe. Enfréntate en solitario a la experiencia, no pasa nada si en tu primera clase de yoga no llevas un compañero igual de torpe que tú. Tampoco pasa nada por ir solos al cine y mucha gente viaja sola en todo el planeta sin que nada malo ocurra, más bien al contrario.
5- Levanta la mano cuando se pide un voluntario
Da igual que sea contar una anécdota personal en una apestosa reunión de trabajo o que un entrenador pida un voluntario en una clase colectiva para enseñar algo. Lánzate a ser el primero o primera y con ese pequeño gesto aumentará la frontera entre lo que te atreves a hacer y lo que no.
6- Prueba con esa barra o esa mancuerna a la que siempre le has tenido miedo
Hazlo con supervisión y sin sacrificar la técnica. Solo estoy diciendo que descubras qué ocurriría. Son muchísimas las personas que si se dejaran aconsejar por sus entrenadores se llevarían una sorpresa con los pesos que son capaces de manejar. Una vez más, esto romperá muchas de tus barreras de lo que eres o no eres capaz de hacer.
7- Prueba algo que hasta el momento hayas evitado o incluso rechazado
El otro día llevé mi físico a límites insospechados escuchando una canción entera de reguetón, me forcé a aguantar hasta el final. Creo que reventé mi zona de confort ya que prefiero bañarme con una anguila cabreada a pasar de nuevo por ese trance. Aunque la experiencia no ha cambiado mis gustos, ahora soy más duro y puedo llegar a disfrutar con un disco entero de Luis Miguel simplemente recordando esos cuatro minutos de basura machacona. Este principio es aplicable a la lectura, al cine, al entrenamiento o a la cocina. A lo que quieras.
8- Asiste a un evento o una fiesta en la que no sabes qué demonios pintas allí
No puedo dejar de pensar en esa sensación tan maravillosa de entrar en un sitio donde todo son caras desconocidas y además el raro eres tú. Que gozada. Ser capaz de desenvolvernos con éxito en un momento así es todo un aprendizaje, hay auténticos profesionales en gestionar estas circunstancias adversas. No lo asimiles como un accidente que te ha ocurrido sin remedio, incluso busca voluntariamente que se produzca, intenta conocer gente nueva, grupos donde las conversaciones y los gustos nada tienen que ver con lo tuyo.
9- Rompe con tus rutinas fijas
Cada cual tiene la suya. Para algunas personas hacer deporte en la hora en la que ven la tele será todo un reto, pero para el que sale sí o sí a correr decirse un día ‘hoy voy a quedarme a leer este libro que tengo pendiente’, también puede suponer un desafío. De vez en cuando haz un cambio drástico en tu rutina y entrena tu flexibilidad para saber alterar tus planes.
10- Intenta pasar tiempo con gente que ha tenido más éxito que tú
De todo se aprende. Se dice que somos la media de las cinco personas con las que más tiempo pasamos. Nunca sabes cuándo puedes sentirte inspirado y motivado para empezar algo más grande en la vida, pero desde luego hay más posibilidades de que ocurra si buscas rodearte con gente que pueda ser una referencia para ti y no lo contrario.
Las listas de diez cosas suelen ser un contenido al que estamos acostumbrados. Debería haberla hecho de siete, que es un número raro, posiblemente eso me hubiese sacado de mi zona de confort mental; tener que lidiar con esa sensación de incompleto. Por otro lado yo prefiero centrar mis esfuerzos en luchar contra mi tendencia natural a quedarme en la cama un poco más y, en lugar de ello, ir a hacer ejercicio a primera hora todos los días. Cuesta pero merece la pena. Si te quieres sumar al reto, te deseo lo mejor y que la fuerza te acompañe.
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