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Blogs Fahrenheit 451 por Pablo Delgado

El libro de ideas para el diseño

El libro de ideas para el diseño
Pablo Delgado el

En el ser humano hay un estímulo que le anima a realizar una determinada labor, que puede ser de carácter creadora y que la experimenta a través del arte o la ciencia. Ese estímulo se llama inspiración. La inspiración es necesaria para poder realizar tareas que requieran cierta creatividad para aplicarlas a un campo determinado, como por ejemplo la ciencia, la arquitectura o el diseño. Pero, ¿se nace con la inspiración? ¿debemos encontrarla? y ¿cómo?

En el diseño gráfico como en el arte la inpiración llega a formar parte de ello, pero no es algo determinante, ya que a esta se llega a través del estudio y el trabajo. No existe eso de que “la inspiración me vino cuando estaba en la ducha”, nada de eso, si le llegó la inspiración en ese momento es que antes hubo un conocimento previo, un trabajo sobre aquello que queremos resolver de forma creativa y diferenciadora, por ello, es importantísimo adquirir ese conocimiento. Un saber que se adquiere a través de la experiencia y sobre todo del estudio y de la lectura a través de los libros. En el diseño es muy importante conocer qué es lo que están haciendo los demás, ver, observar, conocer a aquellos que en su momento aportaron diferenciación.

El libro editado por Blume llamado “El libro de ideas para el diseño gráfico. Inspiración de la manos de 50 maestros”, es un claro ejemplo para llegar a la inspiración a través de trabajos que marcaron un hito en la historia del diseño gráfico. Este libro no garantiza trascendencia ni innovación. De hecho, las probabilidades de auténtica innovación, de crear algo nunca visto, son muy pocas. Lo que este libro ofrece es una guía (subjetiva) sobre las diversas ideas, enfoques y temas que los diseñadores han utilizado y utilizan para realzar la calidad y la eficacia de sus trabajos. El objetivo es experimentar, no copiar los ejemplos que se ofrecen, sino que tenga conocimiento de su existencia, abriendo así puertas para aquellos que todavía no han entrado en contacto con los grandes diseñadores y un repaso para poner en orden unas ideas de aquellos que llevamos mucho tiempo en la profesión.

Con diseño de cubierta del premiado estudio Pentagram y escrito por Steven Heller, una de las voces más importantes en el mundo del diseño gráfico a nivel mundial, que ya lleva en su haber más de un centenar de libros sobre diseño y cultura popular; y por la diseñadora y docente Gail Anderson, aportan cultura visual al diseñador. Un diseñador que reúne y ordena herramientas existentes para transmitir mensajes de manera creativa. Para llegar a ser un gran diseñador su imaginación debe transcender dichas herramientas a fin de crear oportunidades de innovación.

Apartados como experimentar con el diseño, jugar con el tipo y la imagen, explorar medios y técnicas, tomar ideas de la historia del diseño, transmitir un mensaje. Ayudarán sobre todo al nuevo diseñador, o aquel que quiera convertirse en uno, a entender la inspiración y el trabajo que lleva a conseguirla. El diseño gráfico es esencialmente plano y unidimensional, a menos que contenga una ilustración con profundidad y altura. Los diseñadores que trabajan en el campo de las ideas tienden a pensar los conceptos en exceso o muy poco, cuando lo ideal sería lograr un equilibrio entre la forma y el contenido.

La profesión de diseñador gráfico debemos tomarla más en serio de lo que se hace. Es un oficio con muchos años de antigüedad que requiere una formación combinada con grandes dósis de creatividad. Es muy importante en la sociedad actual rodeada de estímulos, porque posee la capacidad de dar órdenes, proponer, educar… De obligar al espectador a cambiar sus sentimientos y su conducta. Puede resultar difícil explicarlo de cara a una sociedad con una cultura visual que aunque esté subiendo sigue siendo algo escasa, ya que se mueven por emociones, por el me gusta o no me gusta, y por ello el diseñador debe estar preparado para afrontar estas situaciones en las que puede resultar difícil implantar un diseño cargado de significado, pero cuando el concepto y la forma consigue que se integren en uno, el público recibirá un regalo cognitivo pensado para facilitar la comprensión. El gran diseño implica grandes dósis de energía con improvisación, tanto antes como después de decidir una dirección visual concreta. El buen diseño consistirá en ejercer la licencia creativa a través de la libertad del diseñador.

Lograr sorprender nunca es fácil, ya que el diseño requiere planificación, organización y clasificación, lo que elimina invariablemente la causalidad del proceso. Un diseñador puede copiar a los grandes maestros como método para pulir sus habilidades y determinar cómo, qué hicieron y por qué lo hicieron, otra cosa muy distinta es robar las ideas que ya se han materializado para obtener beneficios creativos o económicos de la propiedad intelectual.

“El libro de ideas para el diseño gráfico” ayudará a los más jóvenes a no caer en esa tentación y a admirar a algunos de los grandes maestros del diseño, en una lectura ágil, amena y rápida, es ideal para conocer de forma clara y concisa parte de esa historia del diseño gráfico que ha marcado tendencia en generaciones posteriores y actuales de diseñadores gráficos, e invitar a seguir conociendo a estas grandes figuras que aparecen aquí reúnidas.

“El libro de ideas para el diseño gráfico. Inspiración de la manos de 50 maestros” // Editorial Blume // Steven Heller y Gail Anderson // 14,90 euros // Primera edición en español. 2016

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