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Blogs Fahrenheit 451 por Pablo Delgado

Una bestia para la soledad

La editorial Blackie Books recupera en castellano todo un clásico de los años 70 realizado por el gran ilustrador francés Tomi Ungerer

Una bestia para la soledad
Pablo Delgado el

Los humanos hemos estigmatizado durante mucho tiempo la soledad. Se la ha considerado como un inconveniente, algo que debe evitarse, un castigo, un reino de solitarios. La ciencia a menudo lo ha alineado con resultados negativos. Sigmund Freud, llegó a relacionar la soledad con la ansiedad, señalando que «en los niños las primeras fobias relacionadas con situaciones son las de oscuridad y soledad». Y en eso tiene mucha razón, ya que los niños experimentan una sensación de desamparo, de fragilidad ante lo desconocido, pero que a lo largo de sus vidas, en su mayoría va despareciendo. Cuando se llega a la edad adulta, momentos de soledad pueden llegar a ser imprescindibles y muy necesarios para el desarrollo personal. Pero, ojo, cuando llegan a ser continuados, puede incluso dañar nuestra salud física.

Hay gente que disfruta en todo momento de tener compañía con la que intercambiar impresiones, pero hay otras que necesitan soledad. Una soledad que las hacen conectar con su entorno. Cada vez más científicos se acercan a la teoría de que la soledad es algo que, cuando se persigue por elección, puede resultar terapéutico. Es decir, cuando las personas se alejan del contexto social de sus vidas, están en mejores condiciones para ver cómo ese contexto que les da forma y desemboca en su mayoría en una tranquilidad.

Una tranquilidad en la que poder disfrutar, por ejemplo, de la lectura. Uno de esos momentos, en los que no hay que luchar, sino dejarse llevar por las palabras que emergen de las páginas de un buen libro. Aceptado por lo que es. Dejando que emerja tranquila y sinceramente y sin resistencia una historia que otro ha escrito y nos transmite. Como la genial historia de «La bestia del señor Racine» escrita en 1971 por Tomi Ungerer (1931-2019) y rescatada por Blackie Books.

Una pequeña gran historia dirigida principalmente a los más pequeños, pero que puede ser leída también por los adultos, en la que muestra a un señor Racine, para el que lo más importante del mundo es su tranquilidad. Y las peras que cultiva en su huerto. Grandes frutos que no están en venta, ya que no necesita más para sentirse dichoso. Hasta que un día ¡todas las peras desaparecen! Sin saber quién ha sido, descubre finalmente que fueron devoradas por una bestia. No se parece a los animales domésticos a los que estamos acostumbrados. Pero hay algo que tiene y es su carácter dócil y juguetón. Muy pronto se hacen buenos amigos compartiendo momentos, por lo que la soledad del señor Racine ya no es tal, pero sí su tranquilidad, hasta que descubre el secreto que esconde su pequeña bestia que es demasiado grande para permanecer oculto… «La bestia no podía compararse con ningún otro ser vivo. Sus tejidos corporales carecían de vida, no tenía hueso alguno y todo su cuerpo era como una informe masa de harapos viviente».

Una genial historia con muchos detalles visuales ocultos a la vista en cada uno de sus dibujos (como por ejemplo, un dedo del pie asomándose de una bolsa ensangrentada). Un clásico de los años 70 es Ungerer en su mejor expresión subversiva. Para leer en tranquilidad, hoy en esta sociedad hiperconectada, que cada vez se está devaluando más de lo que ha estado en mucho tiempo, por las prisas, por la ausencia de dicha tranquilidad, por la soledad. Estamos más conectados que nunca pero más faltos de relaciones humanas cercanas entre nosotros. Y que las cosas son más sencillas y más fáciles de lo que parecen.

Por tanto, Ungerer muestra a lector que lo más hermoso no son la materialidad de las cosas -que a día de hoy parece que es lo único que vale-, sino las experiencias vividas y compartidas. Que la soledad prolongada no es algo bueno y que la vida hay que tomársela con tranquilidad y con un gran sentido del humor, como el que expresa el señor Racine. Una obra cómica muy recomendable para ese público infantil, excesivamente conectado a las pantallas, en la que podrá experimentar que el sentido de la vida es vivirla, compartiendo, experimentando la buena amistad, y sobre todo, como he dicho antes con un magnífico sentido del humor.

Las obras de Ungerer se caracterizaron por ese humor, que se proyecta en las figuras que dibuja con narices prominentes y sonrosadas en donde la sátira encaja a la perfección, destacando en ellas una crítica hacia el contexto político y social, y particularmente, a las complejas relaciones franco-alemanas y su influencia en la vida de Alsacia en dónde vivió parte de su infancia. En los 50, Ungerer se instaló en Estados Unidos y colaboró en publicaciones como The New York Times, Esquire, Life, Harper’s Bazaar y The Village Voice. Desde entonces, destacó igualmente su creación de ilustraciones de denuncia, dejando más de 140 libros infantiles y para adultos traducidos a más de treinta idiomas.

En 2014, Ungerer recibió uno de los honores más distinguidos en Francia, Commandeur de l’Ordre National du Mérite. Este premio fue otorgado en reconocimiento a su continua lucha de por vida contra los prejuicios artísticos y políticos, y en reconocimiento a su trabajo para mejorar las relaciones franco-alemanas. La prolífica obra de un autor entregado a la literatura, para quien el trabajo era, según sus propias palabras: «un refugio. Me siento eufórico al trabajar en un libro, al enviarlo a imprenta. Tal y como he dicho algunas veces, el trabajo me mantiene cuerdo».

«La bestia del señor Racine» // Tomi Ungerer // Traducción: Miguel Azaola // Blackie Books // 2019 // 14,90 euros

 

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