La construcción de edificios es parte fundamental del desarrollo de la civilización. Desde la antigüedad siempre se ha buscado un desarrollo y mejora en la construcción principal del ser humano, su casa. Tener un techo dónde cobijarse. Según han pasado los siglos, el hombre ha conseguido profundizar, desarrollar, planificar y ejecutar, edificios que han cambiado el paisaje natural. Construcciones que han llegado a ser el fiel reflejo de una época concreta de la humanidad. Por ejemplo, las pirámides de Egipto, los castillos medievales, las construcciones aztecas, etc. Todas son sÃmbolos de un desarrollo arquitectónico que marca una época.
Por lo tanto, creo que no podrÃamos vivir sin arquitectura. Tal vez la arquitectura pueda reivindicarse como algo necesario para nuestra vida, no solo como funcional para nuestro vivir, sino en un sentido en el que pueda ser como la poesÃa, la pintura o la literatura. Dotarla de un aura de transmisión de sensaciones, de elementos que transmiten algo más que un cobijo. En su dÃa el arquitecto y periodista Paul Goldberger dijo que «la arquitectura es lo que pasa cuando la gente construye con al conciencia de estar haciendo algo que va al menos un poco más allá de lo práctico». Es decir, los detalles tan nimios como el de pintar una pared de un color determinado, poner una moldura en un sitio concreto, son matices que pueden aportar algo más que al hecho de darnos cobijo. Está claro que una buena arquitectura nos hace la vida mucho mejor, de ahà su gran importancia.
A Frank Lloy Wright le gustaba decir que la arquitectura comenzó cuando él empezó a construir sus casa desperdigadas por el campo norteamericano; Mies van der Rohe, decÃa que el origen de la arquitectura estaba en la primera vez que «dos ladrillos se pusieron bien». Por lo que, hacer buena arquitectura es algo que está estrechamente ligado a la conciencia de que los edificios infundan en nosotros reacciones fÃsicas y psÃquicas. La arquitectura puede llegar a transmitir esto cuando ofrece deleite, perplejidad, sobrecogimiento; o lo contrario, hostilidad, preocupación o temor. Las construcciones pueden llegar a hacer todo esto y más: representan épocas de la civilización, ideas sociales e incluso declaraciones polÃticas, además de poder convertirse en iconos culturales.
Los edificios constituyen una prueba del poder de la memoria, no solo por lo que han llegado -o lo siguen haciendo- a representar, sino también para aquellos que los han vivido. La arquitectura forma parte de la vida diaria para todo el mundo, de ahà su importancia de conocerla, de estudiarla y disfrutarla. Un magnÃfico libro da muestras de ello: Arquitectura del siglo XX (Taschen) ofrece una genial visión de conjunto de la arquitectura tan importante que se desarrolló en este siglo y sobre sus creadores. Un siglo de grandes edificios que se distingue por su asombrosa diversidad. Del mismo modo que el choque de lo puramente estético con lo comercial produjo una feliz simbiosis, las visiones puristas y otras más experimentales, la estéticas monumentales y otras más pintorescas se encontraron cara a cara. Desde los grandes arquitectos estrella hasta nombres internacionales menos conocidos, esta panorámica cronológica nos transporta hasta el corazón de las ideas, tendencias y cambios que han definido el siglo XX.
Frank Lloyd Wright, Antoni GaudÃ, Frank O. Gehry, Shigeru Ban, Peter Behrens, Mies van der Rohe, Walter Gropius, Victor Horta, Robert Maillart, Le Corbusier, Alvar Aalto, Eero Saarinen, Charles y Ray Eames, Koolhas, Norman Foster, Massimilano Fuksas, Oscar Niemeyer y muchos más, recorren los 31 capÃtulos, organizados cronológicamente, situando al lector en una lectura visual inmersiva con el propósito de poder ver el desarrollo y la evolución de la arquitectura moderna. Con páginas ilustradas con cientos de fotografÃas espectaculares en gran formato, y complementado con una gran variedad de dibujos y planos.
Un gran libro (y no solo por sus medidas: 25 x 34 cm) de casi 4 kilos de papel cargado de la mejor arquitectura del siglo XX. 600 páginas de una arquitectura que está ahà (o estaba), que se presenta ante nosotros incluso cuando no la buscamos o incluso cuando decidimos ser conscientes de su existencia, tiene sentido pensar en ella en términos ligeramente distintos a los que podrÃamos usar para examinar lo que significa y lo que representa. Partiendo desde el problema básico de la modernidad: nuevos objetivos que podÃan denominarse de forma abstracta, rechazo casi unánime de las formas estilÃsticas existentes, pero el canon estético básico no era sustituido por un nuevo sistema de parecida coherencia.
Los autores Peter Gössel y Gabriele Leuthäuser, nos llevan por esa arquitectura moderna, hacia los gigantes de hierro y las construcciones de cristal de finales del siglo XIX que contextualiza toda la arquitectura que iba a llegar, desde la Escuela Chicago, pasando por el auge de la decoración floral del Art Nouveau, las nuevas fábricas, la creatividad del hormigón, la Bauhaus, el estilo internacional, la estética de la violencia empleada por los nazis, las Case Studies, el predominio del blanco o la curvatura del espacio.
Una gran prueba para el poder de la memoria arquitectónica, esencial para su entendimiento y su disfrute, para todos aquellos que admiramos la arquitectura como espacios transformadores para una mejor forma de habitar, combinada con el buen diseño de paisajes de hormigón, ladrillo o cristal. Una obra obligatoria, esencial, precisa para todos los amantes de la arquitectura y el diseño. Para conocer, recordar o estudiar los grupos, los movimientos y los estilos que definieron una era de una arquitectura que nunca nace aislada. Un libro para emocionarse con la mejor arquitectura de cualquier estilo y cualquier periodo, con su espacio, simbolismo y forma, y sobre la relación de los edificios corrientes con los especiales.
Arquitectura del siglo XX // Peter Gössel y Gabriele Leuthäuser // Taschen // 2021 // 50 euros
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