Puede parecer algo extraño leer la primera novela publicada por un autor ya consagrado y además superventas. La gran serpiente (Salamandra) de Pierre Lemaitre (París, 1951) no es una excepción. Es bien sabido que el célebre autor de la trilogía Nos vemos allá arriba (2013), Los colores del incendio (2018), y El espejo de nuestras penas, que incluye, entre otros, el Premio Goncourt 2013, comenzó su carrera en 2006 escribiendo novela negra. Pero, al parecer, había escrito un primer libro del género mucho antes, en 1985, un manuscrito nunca presentado a un editor y que había permanecido en sus cajones todo este tiempo.
Lemaitre es un apasionado del género, muestra de ello es su fantástica serie del comandante Camille Verhoeven (Alfaguara), y no solo un apasionado, sino un experto que además sabe de lo que habla en su Diccionario apasionado de la novela negra (Salamandra), en el habla como novelista y como lector, mostrando una instantánea de sus gustos, más que recomendable e imprescindible para todo aquel que disfrute y engulla este tipo de novelas, marcadas por la modestia de sus orígenes.
Puesto que se acusa a la novela negra de abusar de los estereotipos, los clichés, los tópicos, los lugares comunes y las trivialidades en general, Lemaitre en esta su primera novela, escrita en 1985, huye de muchos de ellos ya que comienza con una protagonista de sesenta y tres años que mata gente con una Magnum 44.
Una novela protagonizada por Mathilde Perrn, mujer experimentada y diligente en el manejo de armas de gran calibre, capaz de dar esquinazo a la policía y agotar a sus perseguidores, una sicario inusual dada su edad, tamaño y amante de los perros. Pero su cerebro, que empieza a notar el paso de los años, y su carácter templado, la hacen cada vez más incontrolable e inquietante. Entonces, nos adentramos en un juego de masacres que se va acelerando poco a poco y que parece que no se sabe cuando va a terminar. De esta forma atrapa al lector sin darle tregua alguna para soltar la novela y ver cómo esta anciana va actuando y cuales son los motivos que le llevan ha realizarlo junto con el retrato psicológico de los personajes que acompañan en la trama.
Mathilde es una ex miembro de la Resistencia francesa durante la guerra, mata sin discernimiento y sin escrúpulos por encargo de un misterioso comandante cuando no está cuidando su jardín de las afueras de París; y admito, llega un momento en que realmente quieres que la atrapen pero a su vez quieres que se salga con la suya. Pero la dama es tan inteligente como afortunada, y obviamente eso no es lo que está sucediendo.
Lemaitre parece haberse deleitado con tantas descripciones macabras que todo está contado con un tono irónico y un tanto distante, junto a una sensación de imágenes improbables que golpean la mente del lector. Además, tiene un lado antiguo, todo transcurre en 1985 tiempos felices de cabinas telefónicas y mapas de carreteras donde el autor no tenía por qué temer que su historia fuera imposible por los teléfonos móviles, el GPS, las redes sociales, las cámaras de vigilancia, el reconocimiento de voz, el ADN, los archivos digitales, etc, que no existían, lo que la hace más interesante y entretenida. Una época en la que el ser policía era algo más complicado y el ser un maleante era más fácil para así pasar desapercibido.
Dicho esto, el final es realmente impactante, original e incluso me atrevía a decir que divertido, gracias a esa originalidad y tenacidad en la escritura de Lemaitre que ciertamente se ha refinado con los años, pero que ya tenía todos sus grandes activos en esta novela.
En definitiva, esta novela es un pequeño placer de verano, con descripciones escalofriantes en las que ya se ven los trucos del oficio y el arte de contar historias en las que se enlazan los desastres, con frases cortas y concisas, diálogos contundentes con un mínimo de palabras bien escogidas para dotar de máxima acción a la trama. Se mete en la cabeza de la asesina y nos regala los sabrosos pensamientos de una loca que nada ni nadie puede detener. Un libro deliciosamente inmoral: los malos siempre ganan y los buenos son tomados por tontos. Afortunadamente, el autor lo compensa en las últimas páginas. Siempre con ese humor persistente en los momentos más oscuros.
La gran serpiente // Pierre Lemaitre // Salamandra // 2022 // 20 euros
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