Cuando se produce una guerra, la primera vÃctima que sale perjudicada es la verdad. Esa conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa está a la cabeza para ser manipulada, por los intereses de cada bando, que han entrado a enfrentarse en una contienda de la que -además de la verdad- la gente, la sociedad, la cultura, el pensamiento y, sobre todo, los que luchan, son los principales valedores y perdedores de un acto que ha perseguido al ser humano a lo largo de toda la historia de su existencia.
El enfrentamiento, para aquellos que no lo sufren y lo observan desde la distancia, la información que se les transmite es esencial para un entendimiento. Desde la propaganda que se distribuye dentro del perÃmetro en guerra, hasta aquella que se exporta, y de la que puede llegar a ser parte importante para la resolución del conflicto, a lo largo de la historia de las guerras ha sido un factor determinante para su desarrollo.
La Guerra Civil española, fue un claro ejemplo de dicha manipulación y distribución interesada de información. Una guerra que se materializó en un frente poco común y de trincheras alejadas, en las que los soldados se las ingeniaban para intentar desmotivar a su adversario con consignas gritadas y tergiversadas, para conseguir asà el derrumbe moral de una tropa que sufrÃa agazapada y mal vivÃa, en un huecos hechos por ellos mismos en la tierra. Por ello, a la hora de estudiar un conflicto como la Guerra Civil española, es de gran ayuda poder acceder a testimonios de primera mano de aquellos que estuvieron en primera lÃnea de fuego, desde Chaves Nogales hasta el mismo George Orwell, entre otros.
Sus relatos han contribuido a entender lo que se sufrÃa por una lucha, que en el caso del bando republicano -en el que luchó Orwell-, por su falta de disciplina y entendimiento entre esas «muchas izquierdas», estuvo casi desde el principio -por desgracia- abocada a una derrota.
Orwell, contribuyó a dar luz a un conflicto armado con Homenaje a Cataluña. Ya se interprete como forma interesada o no, es un relato personal escrito en primera persona y publicado por primera vez en 1938, sobre su experiencia durante la Guerra Civil. Nos relata su experiencia sufrida como soldado raso y como oficial en partes de Cataluña y Aragón desde diciembre de 1936 hasta junio de 1937, hasta los sucesos de mayo de 1937 cuando el partido polÃtico en el que se encontraba (el POUM) fue declarado organización ilegal y se vio forzado a huir y volver a casa en contra de su voluntad o si no enfrentarse al encarcelamiento como otros muchos compañeros de lucha.
Un juicio o proposición que no se puede negar racionalmente. La verdad, desde un enfoque personal cuenta -o nos ha querido contar- cómo se movÃan, ejercitaban, sufrÃan las tropas republicanas, aquello que «parecÃa increÃble que los defensores de la República fueran esa turba de chicos zarrapastrosos, armados con fusiles antiquÃsimos que no sabÃan usar. Recuerdo haberme preguntado si de pasar un aeroplano fascista por el lugar, el piloto se hubiera molestado siquiera en descender y disparar su ametralladora. Sin duda, desde el aire podrÃa haberse dado cuenta de que estábamos lejos de ser verdaderos soldados».
Un libro del que recientemente se ha realizado su adaptación al cómic por parte de la ilustradora de origen colombiano Andrea Lucio y el periodista Jordi De Miguel. Homenaje a Cataluña (Debate), en su versión gráfica transmite el espÃritu orweliano de mostrar una realidad vivida por parte del autor en la que la guerra no estaba siendo como él se la imaginaba: «me unà a la milicia para pelear contra el fascismo y, hasta ese momento, casi no habÃa luchado, limitándome a existir como una suerte de objeto pasivo, sin hacer otra cosa, a cambio de mis raciones, que padecer frÃo y falta de sueño. Quizá sea ése el destino de casi todos los soldados en casi todas las guerras».
El historiador Paul Preston calificó el ensayo de Orwell como «intenso, bien escrito, un testimonio agudo», pero predomina en él la mirada de «un partisano arrogante que dice al lector lo que ha de pensar». Partidista o no, libre de interpretaciones, lo que estaba claro es que fue una crónica de un momento determinado de una guerra, que puede ser interpretado de diferentes maneras, sÃ, pero lo que ayuda no es a leer un solo relato o crónica, sino a abrirse a leer e interpretar muchos más y a través de diversos enfoques y formatos. Un texto que podrÃa pasar como un arte de ficción, pero no es asÃ.
La versión gráfica es una adaptación fiel de un relato que debe encajar en su nuevo formato, y asà lo hace. Mostrando y poniendo imágenes de un Orwell optimista en su lucha y que se va desvaneciendo poco a poco por un entorno al que paradójicamente se le vuelve hostil. Con un trazo sutil y unos colores cercanos, la ilustradora Lucio pone imagen a ese momento de una España cruel y difÃcil para muchos. Un cómic que acerca la Historia de nuestro paÃs, una adaptación de uno de los libros que cuando se leen no dejan indiferente por la fuerza del relato, por mostrar cómo el ser humano se comporta ante las adversidades, para que asà se siga conociendo y estudiando, además el cómic abre una ventana fundamental a leer Ãntegro el texto de Orwell para aquellos que todavÃa no lo han hecho y por tanto de lectura fundamental sobre la guerra ocurrida en España.
Cómic