William Morris (1834-1896) fue un artesano, impresor, poeta, escritor, activista político, pintor y diseñador británico, fundador del movimiento Arts and Crafts.
Fue una persona que no estaba nada de acuerdo con la revolución industrial que se produjo entre la mitad del siglo XVIII y el XIX, ya que conllevó la industrialización del trabajo y como consecuencia de ello a una degeneración de lo realizado. Con lo que le llevó a dar una vuelta a tras en el pasado y recuperar la artesania realizada en los siglos anteriores. Fundó la Kelmscott Press dónde realizó esta obra maestra que presento: “The works of Geoffrey Chaucer” (1896). Una obra de 556 páginas que tardó cuatro años en acabarse, y contiene 87 xilografías hechas a partir de dibujos de Burne-Jones y 14 marcos decorativos y otros 18 marcos más peuqeños que rodean las ilustraciones talladas a partir de los diseños de Morris. Fue impreso en dos columnas en papel hecho a mano especialmente diseñado, con letra grande gótica en rojo y negro, con 116 planchas a toda página. La apertura a doble página deslumbra a la vista con la riqueza misma de su aparición.
William Morris estaba particularmente preocupado de que sus libros se concibiesen como una unidad total, de modo que los motivos de papel, tinta, tipo y decorativos tenían un estilo uniforme y complementario.
La paradoja de Morris es que, al buscar refugio en la artesanía del pasado, desarrolló actitudes de diseño que determinaron el futuro. Su llamamiento a la destreza en la ejecución, a ser fiel a los materiales, a hacer bello lo útil y a adecuar el diseño a la función son actitudes que fueron adoptadas por generaciones siguientes para tratar de unificar, no el arte y la artesanía, sino el arte y la industria. Morris enseñaba que el diseño podía poner el arte al alcance de la clase trabajadora, pero los libros que realizaba sólo estaban al alcance de los ricos.
Morris resultó ser un magnífico diseñador de motivos en dos dimensiones. Creó más de quinientos motivos para papeles pintados, tejidos, alfombras y tapices.
La influencia de William Morris y la Kelmscott Press sobre el diseño gráfico y en particular sobre el diseño de libros no sólo se puso de manifiesto en la imitación estilística directa de sus marcos decorativos, iniciales y tipografías, porque el concepto que tenía Morris de un libro bien hecho, sus hermosos diseños de tipografías basados en modelos anteriores y su sentido de la unidad del diseño, por lo cual hasta el menor detalle se relacionaba con el concepto total, inspiración a toda una nueva generación de diseñadores de libros. Curiosamente este defensor de la artesanía sirvió de inspiración para el resurgimiento del buen diseño de libros que duró hasta bien entrado el siglo XX y se filtró en la impresión comercial. Sus libros alcanzaron una totalidad armoniosa y sus páginas tipográficas se concibieron y ejecutaron para facilitar la lectura.
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