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Blogs Fahrenheit 451 por Pablo Delgado

Suite veneciana ilustrada en re mayor

Suite veneciana ilustrada en re mayor
Pablo Delgado el

La ciudad italiana de Venecia va asociada a sus canales, palacios, y sobre todo a un turismo masivo. Pero esta ciudad tan distinguida y diferente fue en un tiempo atrás una de las más prolíficas, abiertas y cosmopolitas que podían existir. En ese apogeo fue la capital de la Serenísima República de Venecia, una ciudad-estado situada en el norte de Italia, a orillas del mar Adriático, y que luego reunió bajo su dominio a todos los vénetos del Triveneto, Istria y Dalmacia. Estaba gobernada por un sistema oligárquico-ciudadano y existió como estado independiente desde el siglo IX hasta 1797 cuando el 12 de mayo de ese año, el Gran Consejo declaraba la disolución de la Serenísima República de Venecia. La orden venía impuesta por expreso deseo de Napoleón y poco después las tropas francesas entraban en la ciudad..

La ciudad era muy viva a comienzos del siglo XVII gracias a su activo comercio. Este período está marcado por la estabilidad, pero como a todo gran imperio le llega un cierto retroceso y decadencia, en su caso en el comercio mediterráneo, en parte por la concentración de la propiedad agraria, la vigencia de una agricultura tradicional y la decadencia de la clase dirigente. Este último aspecto fue primordial para el desarrollo y la estabilidad política que proviene de la constancia de los ingresos comerciales, dándose muchas exportaciones de cerámicas, objetos de vidrio y obras de arte, llegando a declararse la ciudad puerto franco en 1735. La clase política era conservadora, anclada en las instituciones tradicionales y dominada por la aristocracia (Gran Consejo de Nobles, Senado y Señoría) opuestos a cualquier conato de reforma.

Venecia entró en el siglo XVIII en una abierta decadencia política y financiera mientras la aristocracia veneciana se mantenía en el gobierno como un núcleo cerrado que impedía a la burguesía el ascenso social. En esta época la política se hallaba completamente dominada por familias antiguas de la aristocracia como los Bragadin, Dandolo, y Mocenigo. No obstante la decadencia acelerada en la economía y en la política dejó paso a la vitalidad cultural que sí emerge con los burgueses como Antonio Vivaldi (música), Giovanni Battista Tiépolo (pintura), y Carlo Goldoni (teatro).

Sin poder enfrentarse a sus nuevos competidores en el comercio del Mediterráneo (y en el mismo Adriático), sin industrias de gran tamaño, y sin colonias ricas que sostengan el Estado, la República halla un nuevo filón de riqueza en la lotería y los juegos de azar, así como en la prostitución oficialmente tolerada, atrayendo a Venecia visitantes adinerados de toda Europa, así como espectáculos de ópera, teatro, y otras diversiones destinadas a los extranjeros.

Pues todo esto y más, lo cuentan en un maravilloso cómic de corte franco-belga con trasfondo histórico Eric Warnauts y Guy  Raives con “Suites venecianas. Integral 1” (Ponent Mon). Publicado el primer volumen en 1996, ahora llega a España su traducción de los tres primeros, para introducirnos, a través de Alessandro Beltrame y Dorina Tron, en un mundo de intrigas amorosas y manipulaciones políticas de una aristocracia que se aferra al poder en esa sociedad veneciana en decadencia. A través de una historia vibrante y con una trama que no deja respiro, nos llevan a través de unos asesinatos en cadena, sin resolver, que hará que a lo largo de los tres volúmenes no pare el lector de sumergirse en cada página acompañando a Alessandro Beltrane en busca de la verdad. A través de un dibujo magnífico cargado de realismo, los autores nos llevan por esa Venecia palaciega y lúgubre en dónde esos días no para de llover generando así una atmósfera mucho más misteriosa y decadente, un lugar en dónde el exceso y el lujo están por excelencia. Solo cuenta el placer en esta sociedad libertina, la máscara y la bauta (gorro de seda negro y capa de encaje) junto a las pelucas y maquillajes venidos de la ilustración, se convierten en objetos imprescindibles, accesorios mágicos que permiten el travestismo, las transgresiones y el anonimato.

“… Se que amáis los retos y la aventura. Venecia es, de lejos, demasiado rígida como para poder hacer gala de vuestras cualidades (…) Sabéis que la habéis forzado como si fuera una furcia. Pero Venecia es una cortesana hábil, hay que fingir que se la seduce aunque la cosa esté vista para sentencia.”

Eric Warnauts y Guy Raives asociados desde hace veinticinco años. Juntos llevan ya en su haber unos treinta álbumes publicados. Warnauts reservando las palabras, y los colores de Raives, el resto de su trabajo está realizado a “cuatro manos”, en los que abordan temas cada vez relacionados con la naturaleza humana, los hechos históricos generando obras sensibles y comprometidas.

Este primer tomo (el segundo saldrá publicado en febrero de 2017 también por Ponent Mon) de “Suites venecianas” es una fiesta del cómic de bande dessinée por excelencia. Un gran carnaval ilustrado en la que la composición de la obra gráfica está integrada por unos movimientos muy variados, dinámicos, atrayentes y sobre todo muy, pero que muy entretenidos, basados en una misma tonalidad, la  intriga. Suite ilustrada en re mayor, produciendo así un sonido especialmente brillante de las calles y plazas que se convierten en el escenario de una improvisada mascarada. Una diversión transgresora que se extiende por todos los rincones de la ciudad para continuar en próximas entregas.

“Suites venecianas. Integral 1” // Ponent Mon //  Eric Warnauts y Guy  Raives // Traducción de Sergio España // 2016 // 34 euros

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