Un astrónomo que se llamaba Kolón…, que salió en busca de Antyle…y la descubrió. Hoy la ruta es muy conocida y su mapa llegó hasta nosotros.
Dedicatoria de Piri Reis al sultán Solimán, al final del pergamino “El libro de las materias marinas”. 1526
El mar ha sido el espejo de los grandes exploradores. Y el barco, el escenario perfecto de sus aventuras , necesidades y estrategias.Con él atravesaban océanos, lagos, ríos, avistaban grandes ciudades y costas recónditas.El mundo al alcance de sus manos, desde las inhóspitas costas de los Patagones hasta el centro de Madrid, de los mares brumosos de Saint-Malo a las gélidas de Ushuaia, de la florida Guayaquil a las exóticas Salomón. Junto a los días eternos de azul, siempre en su mente los enrollados pliegues de gacela o de cuero que les guiaba entre las olas y las estrellas…
En un mundo en el cual actualmente existen cartas náuticaselectrónicas que te detallan con pelos y señales los peligros para navegar, la ruta siempre más conveniente, las cotas de profundidad de cualquier punto de los siete mares; los faros, las corrientes, los nudos del viento. El software informático de los plotters de navegación, te hacen olvidar aquellos valiosos pergaminos coloridos y tan vitales para la historia de la navegación. Hoy los monitores HD te pintan sobre las pantallas las líneas de costa, sus cabos y sus ensenadas, la directriz más clara para arribar al punto deseado. Líneas de costa que tanto tiempo y esfuerzo, e incluso vidas, costaron para dibujarlas e imaginarlas a marinos, cosmógrafos,exploradores y aventureros de todos los países, de todas las condiciones. Finalmente la tecnología funciona y en muchas ocasiones nos hace el mundo más pequeño, disponiéndonoslo al alcance de la mano y de nuestras embarcaciones. Parece que ya está todo conocido, y no es así. Todo el trabajo que se hizo durante siglos en la superficie del agua, se traslada ahora a las profundidades, quedando en muchos casos por hacer todo en la era; que en la cuestión submarina, es aún de las exploraciones.Y es lo que se está haciendo actualmente, desde hace años, por buena parte de las potencias del mundo, que con algunos equipos reducidos y especializados, a través de sus cámaras pueden ver cañones, llanuras, montañas y canales submarinos. Mares y océanos…Es uno de los retos que tienen actualmente nuestro presente. Y estamos en pleno siglo XXI…Aun con estos retos.Imagínense, dibujar y “dar luz al mundo durante siglos” de todo lo conocido. Todo eso ocurrió durante siglos al plasmar lo visible, en aquellos trozos de piel…
Las cartografías adquirían hasta hace bien poco tiempo la salvaguarda de “secreto de estado”. Siempre fue codicia de espías y militares. Monarcas y marinos. Que se lo digan precisamente al libro que da lugar al presente blog, “espejo de navegantes”. Fueron las instrucciones para navegar en el mundo, en el tiempo de los descubrimientos. Islas atlánticas y el golfo de Guinea. El inglés lo quería a toda costa.Todo plasmado en derroteros y diarios de navegación. Y por supuesto las cartografias; preocupados por mejorar las cartas marinas, para hacer más segura la navegación.Llenando espacios vacíos. Esbozando rotulaciones de base muy clara. Coloristas. En muchos casos utilizando oros. Recreaciones para la vista y las mentes, pese a las dificultades que desbordaban. Ocupando cartas en las que surcan carabelas de velamen hinchados y coloristas rosas de los vientos, banderas y escudos. Serpientes marinas turquesas y azuladas.Unión de utilidad y belleza. Líneas y accidentes costeros. Territorios a cubrir con imaginación apoyadas en leyendas.
Los portulanos con costas próximas, como es el caso del Mediterráneo, podían tener validez, pero al perder su centralidad y trasladarse la navegación a los grandes océanos tuvo que dejar lugar a los mercator. Y así, con el paso del tiempo la belleza fue dando paso a la utilidad.Y así vino el tiempo de la imprenta. El avance que suponían las nuevas técnicas cartograficas con las nuevas máquinas.Los paralelos y meridianos se superponen a los portulanos en las nuevas tintas.Su deseo era trazar rumbos con precisión. Y así lo hicieron.Lopo homen, Joao Freire, Pedro nunes, mercator, los Reynel. Podremos deleitarnos con el Theatrum orbis terrarum de Abraham Ortelius, junto a las plumas de Joan Martines. Escrutaban los papeles en las casas y monasterios de Felipe II.Con estos y con Jansonius y Blaeu, la patria de los mapas se trasladaba a los Países Bajos. En Amberes y Amsterdam se pintan los nuevos mapas, se pintan porque los nuevos imperios nacen de las nuevas arcas. Ocurrió desde Estrabon y Ptolomeo. El omphalos del mundo se trasladaba de un lado a otro. Todo dependía siempre donde estuviese el poder, y así elaboran los mapas del mundo.
Entre la realidad y la fantasía, la cartografia cobran la capacidad de “abrir mundos”, de representar tanto esperanzas como temores y alentar las divagaciones de la mente. Los mapas se expresaban antes que la palabra escrita. Tenían la necesidad de situarse y de controlar espacios. Tornarse en estrategias de nuevos territorios en ámbitos de invasión y conquista. Del asombro por el mundo desconocido, interactúa la fantasía con el conocimiento geográfico, surgiendo una de las más maravillosas expresiones del movimiento científico y artístico de cada época, transformándose al compás de los ritmos del tiempo. Decía Mercator, que los mapas son “los ojos de la historia”. Acompañan y documentan la evolución de las exploraciones, del descubriendo, del pensamiento.
Vertiginosamente estos cambios de las ciencias, inducen a documentar los avances y delinear planos y cartas gráficas. Así nos encontramos que la interpretación religiosa del mundo forzaba a “orientar” respecto al oriente, es decir, con el este, que se pensaba como el “paraíso terrenal” y se situaba en la zona superior de las cartas. Y así dibujaban, entre sus esmeraldas y los ocres, a las rosas de los vientos. Y así, estos cartógrafos árabes, ubicaban el Sur en la parte superior de los pergaminos a los que nombraban como mapas “sureados”. El Norte se convertía en el sur. Sencilla lección. Será otro de los remansos que utilizáremos en el estudio de las cartógrafias. Al igual que poder vislumbrar las técnicas artísticas utilizadas en su elaboración, representaban las formas de los manuscritos iluminados, que irán transformándose con las nuevas incorporaciones tecnológicas. Son tiempos en los que se experimenta con trazos y esbozos. Con límites y descubrimientos. Y llegan los metales imantados y aparece la utilización de la brújula. En las aventuras por descubrir nuevos horizontes, se utiliza en Europa de la mano de los comerciantes en sus rutas y nos podemos ilustrar de apasionantes expediciones “perdiéndonos” en las lecturas de los viajes de Marco Polo , John Mandeville o los Sarmiento de Gamboa, los Ponce de León y los Elcano.
Estos impulsos conducen al desarrollo de tecnologías capaces de construir embarcaciones adecuadas para explorar los horizontes del mar. Parece que todo iba muy unido. En la ciencia, los cosmógrafos, inventan instrumentos como esferas armilares, astrolabios, del que se valían para mediciones del firmamento. Y así surgen personas como Abraham Cresques. Relojero y constructor de instrumentos de navegación. Astrónomos, geógrafos naturalistas y cartógrafos. Y de ahí a la observación directa de la esfera celeste estudiando su división y la posición de la tierra en el cielo, en relación con el resto de los cuerpos celestes. Y así con el tiempo, conocer conocer en todo momento su situación, orientarse y a los cartógrafos fijar con fiabilidad la ubicación de cualquier lugar u objetos en la tierra y los océanos. Mucho por contar. Demasiado.
Aun recuerdo cuando empece a investigar antiguos mapas. “Abrí mi libreta, pensé en apuntar ese nombre”. En la primera página estaba escrito: “Los países sensatos dan a sus habitantes raíces, alas y la inquietud de amar su propio pasado”. Ese fue un bonito lema a las hora de descubrir mapas. Siempre el pasado se puede modificar. Siempre se puede “revisar la historia” y no solo centrarnos en los hitos que nos inducen las líneas del tiempo escritas. Y mapas que hablan por sí solos. Con una clave especial. Pero hablan…
Las islas Antillas, Satanazas, Saya y Yamana pintadas en colores vivos, dos de ellas Puerto Rico Y Guadalupe. Luego esta la luz. Hay que acostumbrares a trabajar con ella. Es tu gran aliada. En el papel del pergamino aparecían distintas manchas, marcas que hablaban de su antigüedad. ¿Cómo sabríamos que es un mapa de mediados del siglo XV?. Datacion cronométrica y datación relativa. En el caso de nuestro mapa, no se trataba de papel sino de vitela, piel de gacela, entonces podíamos utilizar un método radiométrico de carbono 14, que se utiliza en restos orgánicos. Así, se descubrirían aquellas impresionas. Es la forma “secreta” de hablar de aquellos mapas. “Que alcanza un muelle o puerto seguro”. La forma de hablar de estos “ojos de la historia”, que a modo de diversión y encantamiento iremos desgranando aquí. Afortunadamente ya existen grandes exposiciones, instituciones, museos y grandes profesionales que nos han maravillado durante años. En Espejo de navegantes simplemente, con toda la humildad del mundo traeremos mapas poco conocidos a curiosos y estudiosos. Forma parte de nuestra pasión, y Andrea Zucas. Su fiel y apasionada observadora nos dará a conocer una parte importante de nuestra historia marítima. La de los “ojos de la historia”.