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Blas de Lezo, mucho más que bronce

Blas de Lezo, mucho más que bronce
Carolina Aguado, Salvador Amaya y Mariela Beltrán, junto a la estatua de Blas de Lezo
Jesús García Calero el

Inauguración de la estatua de Blas de Lezo from Jesus Calero on Vimeo.

Blas de Lezo ya tiene su estatua en Madrid. “Y no es solo de bronce” como decía Mariela Beltrán, parte del equipo responsable de erigir el monumento. El acto de inauguación en la fría mañana de noviembre estuvo marcado por la grandeza de una figura a la que finalmente España reconoce. Después de más de un año de esfuerzos, la iniciativa popular ha puesto en la Plaza de Colón el monumento que merecía el Mediohombre, uno de los grandes héroes de nuestra historia.

Estatua de Blas de Lezo que Don Juan Carlos inauguró en Madrid. FOTO José Ramón Ladra

La felicidad que puede verse en la fotografía, sobre estas líneas, en la que posan, bajo el brillante sol de noviembre y la impresionante estatua, el escultor que ha realizado el maravilloso bronce, Salvador Amaya, y las dos comisarias de la exposición “Blas de Lezo, el valor de Mediohombre”, Mariela Beltrán y Carolina Aguado, que han guiado la investigación para que sea fidedigna hasta en los últimos detalles, resume bien los sentimientos que ayer presidieron la inauguración en la madrileña Plaza de Colón.

Para los lectores del blog, solo unos breves apuntes sobre el día de ayer. Primero la asistencia de Don Juan Carlos que, con su uniforme de la Armada, presidió la ceremonia. Estuvo acompañado por el Almirante general Jaime Muñoz-Delgado y Díaz del Río, jefe de Estado Mayor de la Armada; Ana Botella, alcaldesa de Madrid, Fernando Carrillo, Embajador de Colombia, y José María Lasalle, Secretario de Estado de Cultura. Entre los cientos de personas que han tratado de hacer realidad este sueño, muchas de ellas ayer presentes en Colón, el presidente de la Asociación Pro-Monumento a Blas de Lezo, Íñigo Paredes. Nada mejor que una dosis de sociedad civil activa para nuestra adormecida vida pública. El ejemplo, este monumento.

En cuanto a los discursos, solo dos notas. La primera, por emocionante, debida a la elocuencia del embajador colombiano, Fernando Carrillo, que trasladó a todos los presentes la importancia de don Blas de Lezo para la historia de la Hispanidad, es decir, para lo que somos hoy, para la mejor versión de lo que, unidos, podremos ser. “Es un acto de justicia”: con estas palabras resumió Carrillo su impresión sobre la erección del monumento al marino español en el centro de Madrid. En Colombia ya es un héroe nacional, como sabemos, pero en España, donde ni se enseñan sus hazañas en la escuela, está empezando a hacérsele esa justicia que invocaba el diplomático. A todos los que admiran la batalla de las Termópilas, habría que sugerirles que tienen en Blas de Lezo lo más parecido a Leónidas en versión hispana. Estaba en Cartagena ante la mayor fuerza desatada contra la América hispánica hasta el momento. En franca inferioridad numérica. Y cumplió su deber. Y Vernon y su gran flota no pudieron pasar.

El embajador colombiano, Fernando Carrillo, durante su alocución de ayer

La segunda, y muy importate por venir de la sociedad civil, fue la alocución de Íñigo Paredes. El presidente de la Asociación que ha logrado este milagro de memoria colectiva, y ha sabido recabar el apoyo de las instituciones que terminaron patrocinando el empeño en este tiempo de tanta carestía en las arcas públicas. Ayer supo conjugar el ejercicio de la memoria con la modernidad desde la que se ejerce. Así, definió el patriotismo que inspiraba el homenaje a Blas de Lezo sin asomo de las nostalgias tóxicas de la memoria histórica ni las rutas imperiales que resultan intransitables en nuestro mundo actual y mucho mejor conectado.

Dijo Íñigo Paredes: “Estoy seguro de que Don Blas de Lezo no hubiera aspirado a mayor honor que éste”. Dio las gracias “a los miles de ciudadanos que nos han acompañado y también -es necesario decirlo- gracias a las instituciones que nos han apoyado desde el primer momento”. Así se ha puesto en pie la estatua, con la ayuda de todos.

Pero fíjense qué hermoso párrafo entresacamos de su discurso. Y lo suscribimos:

“El de hoy es sin duda un acto patriótico, pero la raíz del patriotismo no está en la exaltación de la Nación como concepto geográfico, sino en el orgullo que uno siente por sus compatriotas. No hay Patria sin compatriotas a los que admirar. Y eso es precisamente lo que marca nuestro deber como ciudadanos: La Patria somos nosotros. Muchos -en todas partes- buscarán la Patria en un territorio, en una batalla, en una fecha. No la encontrarán. La Patria es el ideal donde habitan los hombres que nos sirven de ejemplo. La Nación que olvida a esos hombres, en realidad lo que hace es,simplemente, olvidarse a sí misma. Hoy estamos aquí para recordar a uno de esos hombres y de paso para recordar quiénes somos. Para, como comunidad, establecer que los valores que le sirvieron de guía, han de ser también los nuestros: La superación personal, el esfuerzo, la humildad, el sacrificio. Éste es el monumento de una Nación que se niega a olvidar a uno de sus mejores hijos, que se niega a olvidarse a sí misma”.

inauguración de la estatua de Blas de Lezo en Madrid from Jesus Calero on Vimeo.

Sin complejos, a los que la vida pública nos tiene acostumbrados en este país de tantos nacionalismos bien vistos, Paredes puso el punto sobre la i del patriotismo. Ayer mismo, algunos ediles catalanes criticaban que España dedicase un monumento a Blas de Lezo porque participó en el bombardeo de la Barcelona austracista, en el contexto de la Guerra de Sucesión. No cabe más estulticia, en contraste con el embajador colombiano que venía a celebrar al héroe que salvó, y a qué precio, la hispanidad, que hoy es de todos, y que hoy todos compartimos.

Como bien dijo Paredes, ayer era un día para dar las gracias a quienes, a lo largo de la historia, nos han defendido y aún lo hacen. En sus hechos y en sus vidas hay mucho sacrificio que es el cimiento de la convivencia de la que disfrutamos y que no podemos ni debemos olvidar por ningún motivo. “La raíz del patriotismo está en el orgullo que uno siente por sus compatriotas y por los ideales que comparte con ellos. Hoy, señoras y señores, con toda humildad puedo decirles que me siento orgulloso de ser compatriota de todos ustedes”, terminó su alocución el presidente de la Asociación Pro-Monumento a don Blas de Lezo.

Suena la marcha Blas de Lezo bajo la bandera de Plaza de Colon from Jesus Calero on Vimeo.

Si hay algo que figuras como Blas de Lezo y Jorge Juan simbolizan, por poner dos ejemplos egregios, es sin duda la mejor versión de España en el pasado, un país fuerte y avanzado, científicamente, capaz de mantener el esfuerzo naval (que no solo era artillería, que también era ingeniería naval puntera y astronomía) durante más de tres siglos para mantener una flota que unía todos los costados de nuestro mundo en los que se hablaba español. Gracias a aquellos marinos nuestra historia es más grande. Sería necio no recordarlo. Y esa es, precisamente la España en la que podemos mirarnos hoy con orgullo y con el deseo de reencuentro con los países hermanos de América, con los ojos puestos en compartir proyectos aprovechando precisamente esa hermandad de la que partimos.

 

Por eso en este blog, donde tanto nos gustaría que el patrimonio subacuático tuviera la atención que merece y que esa atención permitiera estudiar los restos de aquella sociedad compleja desperdigados por los mares de todo el mundo, queremos rendir homenaje a todos los que hicieron ayer posible la erección del monumento a Blas de Lezo. No dejaremos de exigir mayor compromiso a las instituciones culturales con este patrimonio abandonado. No se ha estudiado a fondo un barco de Lepanto, ni de Trafalgar, ni de la Gran Armada; no se ha excavado un solo navío de Indias, ni se ha puesto en marcha todo el potencial educativo para mejorar la sociedad que subyace en esta historia maravillosa que es nuestra y hemos olvidado.

Se han dado los primeros pasos para cooperar con México en este terreno, pero ahora hay que exigir que se den más y se den bien. Convocando a la sociedad a participar de ese esfuerzo y no tomando las decisiones alejados de la luz de quien quiere compartir la mejor historia que debemos aún contar, para seguir sabiendo quiénes somos. Esa es, en consonancia con lo que dijo Íñigo Paredes, nuestra noción de patriotismo. Mira al futuro y quiere reencontrarse con América en proyectos de alto nivel científico en el que todos veremos el lugar de donde partimos. Es un “win-win”, como dicen los descendientes de Vernon. Una situación en la que todos ganaremos. No aprovechar la oportunidad sería una ceguera imperdonable.

Carolina Aguado, Salvador Amaya y Mariela Beltrán, junto a la estatua de Blas de Lezo
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