La adorada fascista de esta historia es, en realidad, comunista, se llama Camila Vallejo, es una líder estudiantil chilena y acaba de iniciar una gira europea para difundir sus ideas totalitarias en nuestro continente. Pero me he permitido este pequeño truco en el título del post para plantear si sería posible que la derecha europea o americana encumbrara como adorada líder a una figura de la extrema derecha antidemocrática, es decir, a una equivalente de Vallejo, pero en el otro lado.
Me parece que no, que ninguna líder fascista, una Vallejo del otro extremo, haría portadas admirativas en las revistas más famosas del mundo, o sería nombrada “personaje del año” por un periódico de referencia de la derecha, como sí lo hizo The Guardian en diciembre pasado con Vallejo.
Y es que Camila Vallejo ha recibido cientos de artículos elogiosos en los medios más prestigiosos del planeta, hoy, por ejemplo, en The New York Times (“Just Don´t Call Her Che”, de William Moss Wilson). ¿Algún problema con su comunismo? ¿Algún problema con sus ideas antidemocráticas? Ninguno, todo lo contrario, este tipo de totalitarismo tiene mucho éxito en los medios socialistas de todo el mundo.
Vallejo es una firme defensora, entre otras cosas, de la dictadura cubana. Lo explicó en la entrevista que dio recientemente a El País, otro de los medios que la adora, Cuba no es perfecta, pero es mucho mejor que Chile:
“Cuba no es el mejor modelo de democracia que uno pueda reconocer mundialmente, pero se han logrado muchos avances que en Chile, por ejemplo, no hemos logrado. Siempre hay sectores reaccionarios que porfiadamente defienden las libertades individuales sobre los derechos universales. Los chilenos resguardan la libertad de empresa sobre el derecho a la educación.”
Millones de asesinatos, décadas de represión, varias dictaduras vivas en el mundo, y la izquierda adora sin el más mínimo complejo a su orgullosa y reivindicativa heredera chilena.
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