ABC
| Registro
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizABC
Blogs Crónicas de un nómada por Francisco López-Seivane

El delta del Danubio

Un paseo por el lugar donde el Danubio muere plácidamente entre cisnes, pelícanos, patos y cormoranes

El delta del Danubio
Francisco López-Seivane el

La trayectoria de este gran río está marcada por abruptos cambios de rumbo. El último, el más dramático, se produce en Calarasi, en la frontera entre Rumania y Bulgaria, tras un recorrido de casi tres mil kilómetros. El Danubio se divide allí inexplicablemente en dos brazos, para volver a juntarse más adelante y, de inmediato, separase otra vez esquizofrénicamente hasta que, al fin, en Galati, recupera su compostura, encauza sus aguas en un solo caudal y gira resueltamente hacia el este hasta Tulcea. A partir de ahí, ya son tres los brazos que se abren imitando la letra griega delta, para morir plácidamente entre cisnes, pelícanos, patos y cormoranes.

El Delta del Danubio es un laberinto de canales llenos de sorpresas

Toda la tierra que queda entre el río y el mar se denomina Dobruja y ha sido objeto de múltiples batallas y conquistas. Primero, los griegos, después, los romanos y, más tarde, los turcos otomanos han poseído esas llanuras onduladas donde se cultiva el trigo. En la actualidad es territorio rumano. Al norte de Dobruja, en la frontera con Ucrania, el Danubio ha ido acumulando sedimentos procedentes de los Alpes y los Cárpatos, hasta modificar notablemente la geografía de la región y crear el tercer delta más importante del mundo, tras los del Amazonas y el Nilo. En este inmenso paraje deshabitado, numerosos canales y lagos comunican los tres brazos en que se divide el río, entre tupidos cañaverales y exuberante vegetación. Es un mundo sin hombres en el que reinan las aves. Más de trescientas especies viven o descansan aquí de sus agotadoras singladuras migratorias. En pocos lugares se puede disfrutar tanto de un paseo en barco, o mejor aún, en precarias chalupas a motor que se mueven con soltura por el laberinto de canales y lagunas interiores que constituyen el corazón del delta.

El delta suele surcarse en pequeñas embarcaciones que se mueven despacio por sus numerosos canales

De todas las aves, el pelícano es el rey. Fáciles de divisar, pero difíciles de aproximar, estos enorme ánades pescan a sus anchas en un entorno libre de enemigos. Las principales colonias de pelícanos se encuentran en el canal de San Jorge. Pero, además, abundan los cormoranes, las garzas, los martinetes, los cisnes, los patos salvajes, los gansos bravos…

El paseo puede durar horas y no cansa nunca

Es un lugar ideal para amantes de la naturaleza en estado puro, aunque, justo es advertirlo, la infraestructura turística resulta muy precaria. Tal vez por ello, la sensación de pisar territorio virgen no abandona al viajero en ningún momento. Lejos de los agobios de la civilización, los sentidos se agudizan, haciendo que olores, colores y sonidos se conviertan en una experiencia única, en un terreno donde no hay más caminos que los del agua.

Si le tienta el asunto y quiere vivir la experiencia a fondo, la mejor alternativa es trasladarse por carretera desde Tulcea al pueblecito de Murighiol, en la rivera derecha del canal meridional, conocido como canal de San Jorge, donde una chalupa del Cormorán Resort le recogerá y transportará hasta el propio hotel, situado en plena marisma, junto al lago Uzlina. Esta opción permite múltiples actividades, como la pesca con diversas artes (hay más de ciento veinte especies de peces), la observación ornitológica y los paseos en chalupa al amanecer y al atardecer. Pero, sobre todo, permite disfrutar del paraje en soledad, algo impagable cuando se trata de un santuario como este.

Otra opción es alojarse en Tulcea, el último puerto fluvial del Danubio, ya mencionado por Heródoto y considerado como “la puerta del Delta”. Desde allí salen cada día excursiones en barco con siete itinerarios diferentes. La mayoría discurren por el canal central, llamado Sulina, el más recto y navegable, que atraviesa el delta como una flecha hasta llegar al puerto del  mismo nombre, fundado por los bizantinos en el siglo X.

Desde Tulcea salen también embarcaciones más grande para surcar los canales

Finalmente, también se pueden hacer interesantes excursiones a las riveras occidentales del Mar Negro, salpicadas de rastros de antiguas civilizaciones que dejaron muestras patentes de su paso. Basta asomarse al Museo Arqueológico de Constanza, la capital, que ya fuera puerto griego en el siglo VI antes de Cristo y conserva magníficas reliquias de la época, para constatar la importancia histórica de la región, que se disputaron sucesivamente griegos, romanos, bizantinos, otomanos, dacios y tracios. Resulta curioso que, a pesar del glorioso pasado de la ciudad, el edifico más importante de Constanza sea el Casino, aunque, bien mirado, es un hecho que ya revela la vocación turística de la región, que fue en su día el mayor centro turístico de los países del Este. Mayo es una de las mejores épocas. Si te animas a visitar Rumanía y el Delta del Danubio, aquí encontrarás información y servicios de toda confianza en español.

El increíble Casino de Constanza, un edifico único que atesora siglos de cultura

Escucha aquí mis Crónicas de un nómada en Radio5 (RNE)

 

Europa

Tags

Francisco López-Seivane el

Entradas más recientes