Emilio de Miguel Calabia el 23 nov, 2023 (Tercer Foro de la IFR) La tendencia después del Segundo Foro fue a favorecer proyectos más pequeños y a tener una mayor preocupación por la sostenibilidad. La tendencia decreciente de la financiación china continuó, al tiempo que los efectos deletéreos de la deuda se hicieron evidentes: entre 2019 y 2021 China tuvo que destinar 104.000 millones de dólares al rescate de proyectos problemáticos. En varios casos, China tuvo que actuar como prestamista de último recurso para evitar males mayores. Según el American Enterprise Institute el 10% de los proyectos de la IFR podían ser definidos como problemáticos. Los problemas de la deuda no sólo afectaban a los países de la BRI, sino también a los bancos chinos. Y fue entonces que llegó la crisis del COVID. Cerca de dos tercios de los proyectos de la BRI se vieron frenados por las políticas de confinamiento que aplicaron muchos países. Los proyectos digitales adquirieron mayor importancia (la Ruta de la Seda digital), así como las infraestructuras asociadas a la sanidad. Los países que ya tenían problemas para hacer frente a sus deudas vieron agravados tales problemas. El COVID puso de manifiesto la vulnerabilidad de las cadenas de valor y para muchos la necesidad de reindustrializarse y recuperar cadenas producción que habían externalizado,- a menudo a China-, muchos años antes. La globalización no era el lema del día. El Tercer Foro de la Iniciativa de la Franja y de la Ruta Y así llegamos al Tercer Foro de la Franja y de la Ruta, que se celebró los pasados 17 y 18 de octubre en Pekin bajo el lema “High-quality Belt and Road Cooperation: Together for Common Development and Prosperity.” Los lemas en estos encuentros nunca son inocentes. Siempre quieren transmitir algo. En este caso, lo que me parece que quiere decir es: 1) Frente a las críticas que se nos han hecho, la IFR ofrece proyectos de gran calidad; 2) Estamos unidos en este proyecto, no es simplemente China más una turbamulta de países; 3) Desarrollo y prosperidad, dos fórmulas que se han utilizado en muchas reuniones internacionales y que a pesar del manoseo, siguen sonando más optimistas que estancamiento y miseria. Al Foro acudieron más de 130 países, de los que 21 lo hicieron a nivel de Jefe de Estado y de Gobierno (Argentina, Camboya, Chile, Congo, Egipto, Etiopía, Hungría, Indonesia, Kazajstán, Kenya, Laos, Mongolia, Mozambique, Pakistán, Papúa Nueva Guinea, Rusia, Serbia, Sri Lanka, Tailandia,Uzbekistán y Vietnam). Caben destacar las ausencias: la India, los países anglosajones (EEUU, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Reino Unido) y la UE, de la que sólo acudió el Presidente húngaro como representante de alto nivel. A un nivel más inferior estuvieron presentes Francia y Grecia. Resulta interesante ver cuál fue el nivel de asistencia en el Segundo Foro: 36 Jefes de Estado y de Gobierno; los que entonces estuvieron presentes a ese nivel y no lo han estado en esta ocasión son: Austria, Azerbaiyán, Belarus, Brunei, Chipre, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Filipinas, Grecia, Italia, Kirguistán, Malasia, Myanmar, Nepal, Portugal, la República Checa, Singapur, Suiza, Tayikistán, y Yibuti. He subrayado arriba los países que no asistieron al Segundo Foro, pero sí que asistieron a éste. Este tipo de listas nos divierten a los diplomáticos; pueden ser bien un indicio del interés que despierta una determinada iniciativa o bien un indicio de cuáles son los países que de verdad interesan al organizador. Vemos que del Segundo al Tercer Foro, la representación a alto nivel ha descendido mucho y esto es especialmente notable en el caso de Occidente, algo que no sorprende, y de ASEAN, que sí que sorprende. El Tercer Foro no ha hecho más que confirmar las tendencias que se venían viendo desde el Segundo Foro: preferencia por proyectos más pequeños; mayor preocupación medioambiental; la conectividad digital cobra una nueva importancia; menor financiación china que en los tiempos más gloriosos (el China Development Bank y el Export-Import Bank of China pondrán cada uno de ellos 48.000 millones de dólares en facilidades de crédito para apoyar futuros proyectos de la IFR, más 10.000 millones adicionales para el Fondo de la Ruta de la Seda). Tal vez lo más novedoso del Foro fuese el anuncio de Xi Jinping de que impulsaría un marco de gobernanza global para la inteligencia artificial. Del discurso inaugural de Xi, otra cosa que conviene retener son sus alusiones al apoyo a una economía abierta, el apoyo a los intercambios entre sociedades civiles, al fortalecimiento institucional para la cooperación internacional en la IFR y la construcción de una red de conectividad multidimensional. Tradicionalmente se venía diciendo que China defendía un modelo de conectividad muy centrado en infraestructuras, frente al modelo europeo más polifacético y amplio. ¿Será que el concepto chino se está acercando al europeo? Todos queremos jugar a la conectividad Cuando pensamos en conectividad, tendemos a pensar en la Iniciativa de la Franja y de la Ruta, que es la que ha dado más titulares. Pero ha habido otros actores internacionales que se han dado cuenta del valor geopolítico y geoeconómico de la conectividad y han decidido entrar en ella. Después de China, el país asiático que se ha preocupado más por la conectividad ha sido Japón. Los rasgos más característicos de la aproximación de Japón a la conectividad son: su preocupación por ofrecer infraestructuras de calidad (no pudiendo igualar las capacidades inmensas que tenía China cuando lanzó la IFR, apostar por la calidad representa una manera de diferenciar su oferta) y su foco en el Sudeste Asiático (después de la India, el Sudeste Asiático es la región que ha suscitado más interés tras la emergencia del concepto de Indo-pacífico). En lo que se refiere a la calidad, Japón ha propuesto cuatro principios: apertura, transparencia, eficiencia económica y solidez fiscal, y los ha promovido en el G20 y en la OCDE. En lo que se refiere a ASEAN, Japón ha apoyado su Plan Maestro de Conectividad, sobre todo el establecimiento de corredores, con una financiación que asciende a 18.500 millones de dólares, que queda muy atrás de las cantidades manejadas en la IFR. Los proyectos se han centrado en infraestructuras de transporte, conectividad digital, cooperación marítima, cadenas de suministros, conectividad eléctrica y conectividad humana y de conocimiento. El 28 de diciembre de 2022 Corea del Sur lanzó su Estrategia para el Indo-pacífico. El nuevo leit-motiv de Corea es “GPS-Global Pivotal State”. Mi interpretación de esta autodefinición es que Corea desea convertirse en un actor global, capaz de dictar su propio curso y con el peso suficiente como para influir sobre el futuro del equilibrio de poder global. Dado este objetivo ambicioso, uno habría esperado más referencias a la conectividad en su Estrategia. Pues va a ser que no. La única referencia que he encontrado es que aumentará sus inversiones en infraestructuras sostenibles. El interés por la conectividad también llegó a APEC (Cooperación Económica Asia-Pacífico), que en 2014 publicó su Mapa de Conectividad en el horizonte 2025. El Mapa recogió iniciativas que ya existían, animó a que se retomasen iniciativas que quedaron paradas por falta de incentivos y propone iniciativas futuras para conseguir un flujo más eficiente de bienes, servicios, capital y personas. El Mapa se quiere amplio y adaptable a los cambios de circunstancias en Asia-Pacífico. Más que comentar el Mapa en sí, que tampoco ofrece tanto interés, me interesa destacar lo que el Mapa muestra sobre la conectividad y que le es aplicable tanto a él como a otras iniciativas y estrategias de conectividad que se han presentado: 1) La conectividad se ha convertido, más allá de la economía, en el gran terreno de juego geopolítico. Ello ha llevado a distintos actores a presentar estrategias y hojas de ruta sobre la conectividad; 2) Se ha confundido a menudo la fijación de los principios que deberían guiar la conectividad con una estrategia; 3) A veces se ha recurrido a la fórmula facilona de tomar proyectos ya hechos y otros apenas pergeñados y que apenas han abandonado la mesa de diseño y juntarlos en algo que parece una estrategia concreta; 4) La madre del cordero, la que diferencia si estamos ante un brindis al sol o ante una verdadera estrategia de conectividad es si hay un compromiso dinerario. Otros temas Tags APECChinaCorea del SurIniciativa de la Franja y de la RutaJapónTercer Foro de la Franja y de la Ruta Comentarios Emilio de Miguel Calabia el 23 nov, 2023