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Blogs Bukubuku por Emilio de Miguel Calabia

Antes de que Buda fuese Buda

Emilio de Miguel Calabia el

El budismo tiene a gala ser una religión sin Dios, que es algo así como tomar leche sin lactosa o café descafeinado. Sus fundamentos son las enseñanzas de un sabio que mostró cuál era la esencia de la vida (esencialmente una caquita) y la manera de abandonar el ciclo de las reencarnaciones sin término y alcanzar el nirvana, que es algo muy apetitoso, aunque nunca quede del todo claro en qué consiste. Puede que sea otra caquita, pero distinta de la vida y cambiar un poco siempre está bien. Este planteamiento primitivo no requería la existencia de una divinidad. Buda había descubierto por sí mismo, en su meditación, al cabo de innumerables vidas, la manera de salir de este carajal que llamamos existencia. Punto pelota.

Con el tiempo, los budistas empezaron a pensar que una religión sin Dios es como un jardín sin flores o un desierto sin arena y la figura de Buda comenzó a engrandecerse. Cuatro siglos después de la muerte de Buda, ya aparecen los primeros textos de inspiracion mahayana, donde comenzamos a ver la transformación del Buda histórico en un ser transcendental, eterno, omnisciente y omnipresente, casi indistinguible del Dios creador de las religiones monoteístas. De pronto nos encontramos a Buda dirigiéndose a asambleas de miles de monjes y bodhisattvas, a las que también asisten divinidades, demonios y todo el que es alguien en el mundo sobrenatural. Buda conoce todo el pasado y el futuro, su palabra alcanza a millones de mundos, tantos como gotas de agua hay en el mar… ¿ha quedado claro que este Buda de textos como el Sutra del Loto tiene poco que ver con el sabio Sakyamuni, que anduvo por los caminos de la India por el siglo V a.C?

Después de haber leído textos mahayanas, resulta un alivio encontrarse con una recopilación de discursos como la del “Sutta Nipata”, que posiblemente sea uno de los textos más antiguos de la tradición budista.

El Buda del Sutta Nipata es un sabio, que ha renunciado a los bienes terrenales y a los apegos y que, a la manera de un maestro socrático, está dispuesto a entablar diálogo con quien quiera que se le acerque. Aquí no hay asambleas de miles de discípulos y dioses y demás acompañantes, sino encuentros con un dueño de reses, que anda muy ufano con sus riquezas, con el modesto herrero Cunda, con brahmanes que, o bien quieren ponerle a prueba o bien quieren someterle dudas que tienen… Sí, algunos de los suttas de la colección recogen encuentros de Buda con devas (divinidades) y yaksas (ogros), pero aún estamos muy lejos de elaboraciones posteriores. Se ve que para sus contemporáneos, un sabio que no tuviera contactos con entes sobrenaturales como que valía menos.

Buda se autodescribe con cierto humor de la siguiente manera:

“Libre de ira, mi testarudez ida, vivo por una noche en las riberas del río Mahi; el techo de mi cabaña está abierto, mi fuego apagado [es decir, que duerme al raso]: así, si quieres, dios de la lluvia, ve y llueve.”

Las enseñanzas del Buda del Sutta Nipata carecen de metafísica, son consejos útiles para la vida cotidiana. Lo mejor que tienen es su simplicidad:

“Lo que debe hacer uno que es hábil en lo saludable para alcanzar un estado de paz es esto: debería ser hábil, honesto, recto y no orgulloso, alguien con el que sea fácil hablar, templado y contento, fácilmente satisfecho y no atrapado por demasiado bullicio, y frugal en sus maneras, con los sentidos apaciguados, inteligente, no temerario, no siendo envidioso cuando está con otros, no haciendo ni tan siquiera cosas nimias que los sabios desaprueben.”

“Por la fe se cruza el río.

Por la vigilancia, el mar.

Por el esfuerzo se supera el sufrimiento [se refiere a “dukkha” el sufrimiento que permea la vida y que es uno de los tres sellos de la existencia].

Por la sabiduría, la pureza [entiendo que quiere decir que si uno alcanza la sabiduría, la pureza deja de representar un problema, porque todo lo que hace es puro].”

Uno de los textos, el “Muni Sutta”, describe con cuidado los rasgos del sabio: alguien que no tiene familia; no desea nada, está libre de codicia y no lucha; lo ha abandonado todo; no le afectan ni el elogio ni la crítica; está libre de lascivia y no le interesa el sexo… En resumen, según una imagen poética: “… es como un león que no tiembla ante los ruidos, o como el viento que la red no puede atrapar, o como la flor de loto que el agua no ensucia…”

En resumen, el “Sutta Nipata” presenta a un Buda anterior a su ensalzamiento y ofrece una imagen que debe de estar muy próxima a lo que el Buda histórico y sus enseñanzas fueron. Es una obra fresca y práctica, que no ofrece ideales inalcanzables. Tiene un algo de estoicismo: el mundo es lo que hay, pero no tienes que dejar que te afecte demasiado.

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