Emilio de Miguel Calabia el 05 ene, 2022 (Spinoza o los peligros de pensar libremente) Si en el siglo XII, Maimonides había intentado conciliar razón y fe, desde el punto de partida de que la fe es verdadera, en el siglo XVII Baruch Spinoza en su Tratado Teológico-Político también se acercará a la religión desde la razón. Pero en su caso,- es el signo de los tiempos-, sus conclusiones serán muy diferentes. El “Tratado” no es una obra de pensamiento específicamente judío. Spinoza no lo escribió pensando en su comunidad, de la que había sido expulsado unos años antes, aunque abordase cuestioes que ya habían preocupado a Filón de Alejandría y a Maimónides. Spinoza es contemporáneo de Descartes y de Newton y está en los albores de una explicación materialista y mecanicista del mundo. Su libro está dirigido a los intelectuales de su tiempo que empezaban a explorar nuevas sendas filosóficas. Alejándose del Dios de la Biblia, Spinoza defiende un Dios inmanente; Dios es la totalidad de lo que existe. “… porque el poder de la naturaleza no es nada más que el poder de Dios mismo, es cierto que dejamos de entender el poder de Dios en tanto que ignoramos las causas naturales”. Dios es perfecto en el sentido de que Dios/la naturaleza no podría ser de otra manera que como es. Pero esa manera de entender su perfección no implica que sea perfectamente justo, amoroso o sabio. Todo está determinado por las leyes de la naturaleza, lo que implica que no tenemos libre albedrío. No somos entes independientes, sino modalidades de la existencia de Dios. Amar a Dios significa aceptar la necesidad absoluta de todo lo que existe, de la misma manera que aceptamos los principios matemáticos. Esta aceptación es lo que nos hace felices. El Dios de Spinoza no interviene en los asuntos humanos, ni escucha las oraciones, ni siente emociones. La única manera de aproximarse a él es mediante la comprensión que proporciona el intelecto. La aproximación de Spinoza implica que la Biblia no es un registro de acontecimientos verdaderos dictada por Dios. En la Biblia, la manera habitual por la que Dios se comunica con los hombres es mediante la profecía y la revelación. Pero si Dios es la naturaleza, la totalidad de lo existente, también podemos conocerle mediante la ciencia. “Las leyes naturales son sencillamente los decretos de Dios y se siguen de la necesidad y la perfección de la naturaleza divina”. El poder divino no se manifiesta en milagros (por ejemplo en la suspensión de la ley de la gravedad), sino en el curso regular de los acontecimientos (esto es, en la aplicación ininterrumpida de la ley de de la gravedad). Esa lectura de la Biblia le llevó también a plantearse la afirmación de que los judíos eran el Pueblo elegido por Dios, que recibió Sus leyes y vive bajo Su gobierno. Spinoza considera que creerse el Pueblo elegido es una vanidad infantil por parte de los judíos. El Dios de Spinoza no singulariza a individuos o a pueblos. La bienaventuranza es simplemente la sabiduría y el conocimiento de la verdad, que son comunes a toda la raza humana. Hay también una bienaventuranza interna, que es el disfrute de la paz, la salud y la abundancia, que los hombres tratan de preservar dándose constituciones justas y equilibradas. Los judíos de los tiempos bíblicos gozaron de esa bienaventuranza interna, gracias a las leyes que les dio Moisés. Pero ahora, al no existir un Estado judío, las leyes de Moisés han periclitado. No obstante, al ser la bienaventuranza interna equivalente al éxito mundano, Spinoza no descarta que en un futuro los judíos puedan restablecer su propio Estado. La obra de Spinoza retoma temas que ya habían preocupado a Maimónides y a muchos otros pensadores judíos: ¿qué sentido tiene la Ley judía? ¿cómo se concilian razón y fe? ¿cómo se ha de leer la Biblia? La respuesta de Spinoza es que razón y fe son irreconciliables y él opta por la razón. Su ruptura con la tradición fue tan profunda, que haría falta que pasase más de un siglo para que el pensamiento de Spinoza comenzase a ejercer su influjo sobre el pensamiento judío. Literatura Tags Baruch SpinozaDiosFilosofiaJudaísmoJudíosRazón Comentarios Emilio de Miguel Calabia el 05 ene, 2022