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Blogs Bukubuku por Emilio de Miguel Calabia

La desmesura (y 2)

Emilio de Miguel Calabia el

Tal vez el momento definitorio de la campaña se produjera el 23 de julio, cuando Hitler promulgó la Directiva del Führer nº45. Esta Directiva partía de la premisa de que en las semanas anteriores los alemanes habían destruido en lo esencial las defensas soviéticas. Hitler definió en la Directiva como el principal objetivo del Cuerpo de Ejército B “lanzarse hacia Stalingrado, aplastar a las fuerzas enemigas allí concentradas, ocupar la ciudad y bloquear las comunicaciones terrestres entre el Don y el Volga, así como el mismo Don.” Hasta ese momento, Stalingrado no había sido un objetivo prominente de la campaña. Anthony Beevor en su libro sobre la batalla de Stalingrado señala cómo al decidir conquistar Stalingrado los alemanes se metieron en una lucha de casa por casa, en la que su superioridad táctica y en movilidad no servían de nada. Un ejército inferior que en campo abierto se vendría abajo, puede hacer frente a un ejército superior en una lucha urbana. Hubiera sido mejor para los alemanes simplemente establecer un cordón sanitario en torno a Stalingrado para evitar que los rusos lo utilizasen como trampolín para un ataque. La batalla de Stalingrado absorbió una buena parte de la fuerza aérea disponible en el teatro de operaciones, así como al 4º Ejército pánzer, que hubiesen venido muy bien en el Cáucaso. También hay quienes señalan que si se hubiera procedido por etapas, como inicialmente se había previsto, los alemanes habrían podido concentrar sus fuerzas en el ataque sobre Stalingrado, que podría haber caído sin demasiada dificultad en julio. Para el 23 de agosto, cuando se inició el ataque sobre la ciudad, la oportunidad ya había pasado.

La Directiva también estableció que el Cuerpo de Ejército A debería, en una primera fase, envolver y destruir a las fuerzas enemigas que se hubieran retirado al sur del Don. A continuación ocuparía toda la ribera oriental del Mar Negro, eliminando de esta manera los puertos del Mar Negro y la flota enemiga del Mar Negro”. En el curso de esta fase, ocuparía los pasos de montaña del Cáucaso. Mientras esa fase se desarrollaba, fuerzas móviles protegerían su flanco izquierdo, ocupando el área de Grozny y desde allí lanzándose hacia Bakú. Aunque se hablase de fases, en la práctica se estaba forzando al Cuerpo de Ejército A a dividirse en dos: una parte tenía que dirigirse hacia el oeste para ocupar los puertos indicados y la otra ir hacia el este para conquistar los campos petrolíferos y llegar a Bakú en el Mar Caspio. Entre Batumi, el puerto más al sur del Mar Negro soviético, y Bakú había prácticamente 1.000 kilómetros de distancia y estaban muy mal comunicados entre sí. Se mire como se mire, la Directiva introdujo una divergencia en los objetivos del Cuerpo de Ejército A, sin establecer claramente cómo se iban a conseguir y sin advertir que las fuerzas y el combustible necesarios para alcanzarlos simultáneamente eran muy insuficientes.

Justo, el exceso de confianza de la Directiva era tan grande, que instruyó que la división Grossdeutschland se retirase del Cuerpo de Ejército A y se enviase al Oeste. Por otra parte, el 11 Ejército, que el 4 de julio había culminado el asedio de Sebastopol, aunque con muchas pérdidas, habría sido una adición valiosa a los Cuerpos de Ejército A y B. Pero Hitler tenía otros planes: mandó cinco de sus siete divisiones a Leningrado para la Operación Nordlicht.

Para terminar de complicar las cosas, los oficiales a cargo de las operaciones no eran los más indicados. Friedrich Paulus, el que estaba al frente del 6º Ejército que sería destruido en Stalingrado, era un oficial de estado mayor inteligente y concienzudo, pero su experiencia de conducción de tropas en el terreno antes de 1942 no había ido más allá de mandar un batallón. En la práctica se revelaría como un comandante indeciso. Wilhelm List, que estaba al frente del Cuerpo de Ejército A, tenía 62 años y no se había adaptado a la guerra relámpago. Condujo sus tropas de manera poco imaginativa, como si estuviese luchando todavía en la I Guerra Mundial.

Como se sabe, el Cuerpo de Ejército B se enciscaría en la batalla por Stalingrado, una inútil batalla de desgaste que no podía ganar, porque no podía permitirse las bajas que los rusos sí que podían. El 17º Ejército del Cuerpo de Ejército A, dirigido por el poco imaginativo y bastante obtuso Richard Ruoff, fue bajando por el litoral del Mar Negro hasta que el 11 de agosto llegó al puerto de Tuapse, que, protegido por montañas representaba una posición defensiva magnífica. Los siguientes dos meses las tropas de Ruoff los pasarían intentando romper las defensas de Tuapse, cuando hubieran hecho mucho mejor servicio apoyando al XXXX Cuerpo pánzer que avanzaba en dirección a Grozny. La ofensiva del XXXX Cuerpo pánzer en dirección a Grozny y del LII Cuerpo de Ejército hacia Astraján fue la parte más exitosa de la campaña. Aun así, para comienzos de octubre empezaba a ser evidente que esas dos ofensivas ya no daban más de sí. El propio Hitler se dio cuenta y el 9 de septiembre sustituyó al inepto List por el eficaz von Kleist. Pero el daño estaba hecho. Las líneas de defensa soviéticas ya habían empezado a solidificarse y su capacidad de resistencia había mejorado.

El 19 de noviembre se produjo la ofensiva soviética contra el Cuerpo de Ejército B que llevó al aislamiento del 6º Ejército. El fracaso de la Operación Wintergewitter que intentó romper el cerco del 6º Ejército significó tanto la sentencia de muerte de dicha fuerza como el fin de la campaña del Cáucaso. La posibilidad de que los soviéticos avanzasen hacia Rostov y aislasen a las tropas alemanas en el Cáucaso era elevada. Hitler autorizó a regañadientes la retirada que comenzó el 2 de enero de 1943 y que von Kleist ejecutó con habilidad. La última oportunidad alemana de no perder la II Guerra Mundial se había esfumado.

¿Hubiera podido conseguir la Operación Fall Blau sus objetivos? Creo que si se le hubiese dotado de más medios, si las tropas alemanas no se hubiesen ofuscado con Stalingrado, si hubiesen dejado quieto el litoral del Mar Negro y si los mandos hubieran sido mejores, la operación habría podido conseguir sus objetivos. Son muchos “síes”, pero hubieran podido darse. Aun así, dada la manera en que los rusos saboteaban los pozos de petróleo antes de que cayeran en manos de los alemanes, cabía esperar que muchos de los pozos no estuviesen en condiciones de producir hasta seis meses después de su conquista y que no estuviesen a pleno rendimiento hasta un año después.

En mi opinión, Hitler perdió la guerra en noviembre/diciembre de 1941, al no haber sido capaz de noquear a la URSS en los compases iniciales de la Operación Barbarroja y al haber entrado en guerra EEUU. El verano de 1942 fue su última oportunidad para intentar no perder la guerra. Por no perder la guerra quiero decir, crear una posición defensiva tan fuerte que los aliados se estrellasen contra ella y acabasen pidiendo la paz por agotamiento. Para que esa estrategia hubiese funcionado, habría necesitado que Stalin saliese de la guerra, algo que no hubiese sido del todo imposible, ya que fue una idea a la que Stalin le dio vueltas. Stalin temía que la URSS y la Alemania nazi se desgastasen combatiendo entre ellas, para regocijo de los Aliados, que serían quienes recogerían los frutos. La pérdida del Cáucaso hubiera podido llevar a Stalin a negociar una tregua, que era la única manera que tenía Hitler de no perder la guerra. Con la URSS y los Aliados cooperando bélicamente, la conquista del Cáucaso como mucho habría estirado la guerra uno o dos años extras.

¿Había alguna opción militar mejor para Hitler en el verano de 1942? La única que se me ocurre, pero no me convence del todo, es la campaña de Rommel en el norte de África. Fue la logística básicamente lo que hizo que en julio/agosto de 1942 Rommel no consiguiera llegar al Canal de Suez. Si la Alemania nazi hubiese conquistado la isla de Malta (no conquistarla fue un descuido imperdonable que perjudicó la logística del Eje en la guerra del desierto) y hubiese destinado a la ofensiva sobre Suez parte de los medios que se destinaron a la ofensiva sobre el Cáucaso, estoy seguro de que Suez habría caído. Habría sido un golpe duro para los británicos, pero no mortal. Y la siguiente cuestión para los alemanes habría sido: ¿y ahora qué? La opción más evidente habría sido continuar hasta Iraq y el Golfo Pérsico para hacerse con su petróleo. Si en la URSS se les atragantaron los 1.300 kilómetros que los separaban de Bakú, ¿qué no habría ocurrido con los 2.500 kilómetros que separan El Alamein (punto más alejado al que llegaron los alemanes) de Basora? Logísticamente habría sido complicado, aunque no imposible.

El problema de concentrarse en África y pasar a la defensiva en el Frente Oriental, era que suponía dejar la iniciativa a los rusos y permitir que se reforzasen. Si en el invierno de 1941-42 habían sido capaces de montar una contraofensiva de invierno a pesar de las derrotas de los meses precedentes, ¿de qué no habrían sido capaces en 1942, si los alemanes les hubiesen dejado la iniciativa?

En resumen, la Operación Fall Blau era la mejor opcion que le quedaba a Alemania para no perder. Por eso sorprende que no centrasen todos sus recursos humanos y materiales en ella. Moraleja: Nunca desestimes la incompetencia como factor rector de los asuntos humanos.

 

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