Emilio de Miguel Calabia el 21 ene, 2024 En “Los años de la Casa Blanca” Kissinger recoge el período que va de diciembre de 1968, cuando Richard Nixon le escogió para que fuera su Consejero de Seguridad Nacional, a enero de 1973, cuando al inicio del segundo mandato de Nixon se firmó la Paz de Vietnam. El libro es un gran tocho,- casi tan grande como el ego de Kissinger-, de 1476 páginas, que merece la pena leer. Resulta instructivo ver cuáles fueron las prioridades norteamericanas en política exterior en esos momentos. La primera, sin lugar a dudas, fue la guerra de Vietnam y las negociaciones de paz a las que hay que añadir las derivadas camboyana y laosiana de la guerra. Vietnam se lleva 9 de los 34 capítulos, 483 páginas en total y eso sin contar las veces que aparece en el contexto de conversaciones entre EEUU, la URSS y China. Que casi un tercio de las memorias se dedique a Vietnam indica la importancia de la guerra de Vietnam para EEUU en esos momentos. Nixon heredó de la Administración Johnson a una sociedad norteamericana que estaba harta de la guerra y quería irse de Vietnam a cualquier precio. Lo peor es que quienes vociferaban más eran los miembros del Establishment y sus hijos que estudiaban en la universidad. A éstos había que añadirles los medios más influyentes, empezando por el Washington Post, el periódico que años después sacaría a la luz el escándalo del Watergate, y terminando por el Baltimore Sun, así como a muchos congresistas que se habían dado cuenta de que apoyar a EEUU en Vietnam no daba votos. Después del desastre vietnamita de la Administración Johnson, nadie se creía ya nada de lo que dijera la Administración. Kissinger relata con pelos y señales las exasperantes negociaciones con los norvietnamitas y las relaciones con Saigón que fueron sólo marginalmente menos exasperantes. En todas las páginas que les dedica Kissinger insiste en tres puntos: 1) Tenían que negociar con una mano atada a la espalda, desde el momento en que EEUU había anunciado que retiraría las tropas de Vietnam; 2) El acuerdo final de paz que finalmente firmaron en enero de 1973 era el mejor que podían conseguir y desde luego lograron mucho más de lo que hubieran conseguido los congresistas demócratas, que se hubieran conformado con la retirada de las tropas y la liberación de los prisioneros de guerra. A Kissinger le escuece que ni los medios, ni los congresistas reconocieron lo conseguido por Nixon-Kissinger; 3) EEUU no abandonó a Saigón a su suerte. Es el punto 3) el que más molesta a Kissinger, toda vez que tras la caída de Saigón en 1975, muchos afirmaron que a EEUU lo que le importaba era salir de Vietnam y que sus declaraciones de que seguiría apoyando a la República de Vietnam hay que tomarlas a beneficio de inventario. En tanto hubiera transcurrido un plazo suficiente entre la firma de la paz y la conquista de Saigón, EEUU podría declarar que su honor estaba a salvo. Transcurrieron exactamente 2 años y 3 meses, que no sé si es suficiente lapso como para considerar que has cumplido con las obligaciones para con tu aliado con honor. Sobre esto cabe hacer dos observaciones. La primera es que el propio Kissinger no se fiaba de que Vietnam del norte fuera a respetar muchas de las cláusulas del Acuerdo. Spoiler: no las respetó. Por ejemplo siguió manteniendo tropas dentro de la República de Vietnam. El Ejército de Vietnam del Sur era un Ejército que se había vuelto muy dependiente material y psicológicamente de la ayuda norteamericana (a este respecto resulta muy instructivo leer “How we lost the Vietnam War?” del ex-primer ministro survietnamita Nguyen Cao Ky). Era un Ejército decente en la defensa, pero muy regular en el ataque. La población survietnamita ascendía a 19.500 millones, mientras que la norvietnamita era de 23.800 millones, estaba muy militarizada y había integrado a la mujer en las FFAA. El resultado era que los norvietnamitas tenían un pool de ciudadanos bastante mayor a los que poder reclutar. Esa desventaja survietnamita se veía agravada por el hecho de que tenía que defender una frontera larguísima, toda vez que los norvietnamitas podían infiltrarse por cualquier punto a partir de la Senda Ho Chi Minh. Para los norvietnamitas el único lugar de preocupación era la cortísima zona desmilitarizada que separaba a los dos países, y ni tan siquiera porque sabían que no había arrestos en Vietnam del Sur para atacar el norte. A lo anterior hay que añadir el cambio de Administración que se había producido en Washington en agosto de 1974. Nixon tenía cierto pundonor y tenía un compromiso moral con el acuerdo de paz de París. Cuando los norvietnamitas violaron groseramente el acuerdo de paz de 1973 e iniciaron su ofensiva final en enero de 1975 (lo conté aquí en junio de 2021), sin lugar a dudas Nixon habría enviado los B-52 a machacar Vietnam del Norte como ya hiciera en diciembre de 1972 y eso habría cambiado la situación. Pero quien gobernaba en ese momento era Gerald Ford y tanto él como el Establishment habían pasado página y no querían volver a oír hablar de Vietnam. Historia Tags CamboyaGuerra de VietnamHenry KissingerLaosNguyễn Cao KyRelaciones internacionalesRichard NixonVietnam del NorteVietnam del Sur Comentarios Emilio de Miguel Calabia el 21 ene, 2024