Ludmila Vinogradoff el 04 abr, 2010 Buenos amigos, por ahora. El que Vladimir Putin le lavara la cara a Hugo Chávez por su presunta conexión con grupos terroristas como la ETA y las FARC ha debido caerles como un balde de agua fría a los españoles, especialmente al juez Eloy Velasco de la Audiencia Nacional, que afirma tener indicios de su presunta “cooperación” y solicita la captura y extradición de un etarra que ha recibido protección del gobierno venezolano. El primer ministro ruso hizo su primera visita oficial, fugaz pero productiva, a Caracas el viernes pasado después que el presidente venezolano le insistiera que lo visitara durante los últimos ocho años. Lo único que tienen en común es que ambos son tenientes coroneles y pragmáticos. Para el resto no pegan ni con “pega loca”. Por eso sorprendió que Putin dijera de su aliado venezolano, sobre el que pesa un “compromiso de cooperación ” con España para la entrega de los etarras solicitados, que “Venezuela no ayuda a los terroristas porque yo no estaría aquí, aunque la visita fuese rentable”. ¿Y desde cuándo el ex jefe de la KGB es tan escrupuloso?, ¿por qué viene ahora a Caracas y no lo hizo en los ocho años anteriores? y ¿cuál es el trasfondo de esta visita relámpago?. No hubo oportunidad para formular estas preguntas porque en las ruedas de prensa en Miraflores, sede del gobierno, los periodistas invitados son seleccionados previamente. Según analistas anónimos la declaración de Putin es “una burla a las autoridades españolas” pero también Chávez ha tenido que pagar un alto precio para que el primer ministro ruso viajara de repente de tan lejos y le limpiara los vínculos con las organizaciones terroristas de cara a las acusaciones del juez Velasco. En esta largamente esperada visita por Chávez, en la que se firmaron 31 acuerdos de cooperación bilateral, Putin fue el gran ganador de la partida. El internacionalista Pedro M. Burelli, en su artículo publicado en el diario “El Universal”, analiza las razones por las cuales Putin no quiso visitar antes Caracas a pesar de las ocho invitaciones que le hizo Chávez en sus anteriores encuentros en Moscú y los jugosos contratos de compra de armamento que hoy ascienden a 6.600 millones de dólares. Burelli alega que los rusos han visto con recelo al gobierno chavista por su falta de seriedad e incumplimiento en los convenios, es decir, le tienen desconfianza. Sin embargo, “la posibilidad de conseguir términos y condiciones irrepetibles de un gobierno que busca salvavidas aconsejan obviar, por ahora, la falta de palabra y las otras carencias de los bolivarianos”. En los acuerdos de cooperación militar los rusos imponían la cláusula de auditoría para ver el destino de las armas que le vendían a Caracas por el temor de que fueran a parar a manos de la guerrilla colombiana como las FARC, según informaciones de las laptops de Raúl Reyes. Chávez nunca quiso firmar un convenio militar con el cual los rusos pudieran fisgonear en los cuarteles venezolanos, según afirma Burelli. Sin embargo, cedió en su amor propio, y ahora los soldados venezolanos no sólo tienen a los cubanos mandando sino también a los rusos husmeando en su territorio. Por si fuera poco, Putin también logró participar en un 40 % en una empresa mixta con Petróleos de Venezuela para la explotación de más de 450.000 bd de un yacimiento en “Junín 6” en la Faja del Orinoco. La inversión supera los 20.000 millones de dólares. El consorcio creado incluye a las grandes empresas petrolíferas rusas en la zona de la Faja, que antes era el bastión de las multinacionales norteamericanas y que fueron expulsadas por órdenes de Chávez. Los rusos temen que Chávez los eche como a los norteamericanos. Por ello, Putin logró que Chávez le entregara por 40 años uno de los yacimientos de hidrocarburo más ricos del mundo. “Putin vino a torcer los brazos y dejar claro que no serán burlados. Pero nada garantiza que con mano firme se revierte el ciclo de incompetencia y corrupción que paraliza todo en la Venezuela socialista”, añade el analista. “Con esta visita apresurada Putin hace una apuesta riesgosa en Viernes Santo, sin garantía alguna de que su socio tenga otro domingo de resurrección“, sentencia Burelli. Otros temaspolítica Tags chávezeconomiaetarraextradiciónfaja orinocofarcguerrillainversionperiodistaspetroleoputin Comentarios Ludmila Vinogradoff el 04 abr, 2010