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Blogs El bochinche venezolano por Ludmila Vinogradoff

De la amnistía a la dictadura

Ludmila Vinogradoff el

La amnistía es un arma peligrosa de doble filo que puede convertirse en un cuchillo para su garganta. Eso fue lo que recibió el militar golpista Hugo Chávez y vean en lo que convirtió a Venezuela en un país arruinado y empobrecido, de donde se han fugado más de 7 millones de personas.

Hugo Chávez

La historia de Chávez y de cómo fue amnistiado podría servir de ejemplo en el caso del prófugo catalán Carles Puigdemont, que con sus exigencias de obtener una amnistía para formar gobierno ha puesto de cabeza a los españoles.

Carles Puigdemont

Parece increíble que España quiera parecerse a Venezuela, pero si se descuida y si se deja llevar por los inescrupulosos podría lamentar caer en ese abismo. Las consecuencias negativas no se notan al principio por la anestecia “progre” sino después gradualmente cuando el daño ya está hecho y cuesta mucho revertirlo.

El teniente coronel del ejército venezolano Hugo Chávez dio un cruento golpe de estado el 4 de febrero de 1992 contra el presidente democráticamente elegido Carlos Andrés Pérez. Estuvo dos años en prisión y el entonces presidente Rafael Caldera tuvo la infeliz idea de amnistiar al golpista que después se convertiría en el verdugo de la democracia.

Caldera es el origen de la actual tragedia venezolana. Pensó que perdonando a los golpistas iba a pacificarlos. Le dio miedo tener a los sediciosos encarcelados y que fueran un foco de conflicto, cuando lo elemental era juzgarlos por traición a la patria y condenarlos a 30 años de prisión, como ordena la ley.

Caldera creyó que era más fácil dictar un sobreseimiento a favor de Chávez en 1994 y así se liberaba de un problema. Craso error, el problema se lo dejó a los venezolanos para que padecieran su falta de determinación de aplicar la ley.

Chávez gana la Presidencia en 1998 y a lo largo de los 13 años que estuvo en el poder hasta que murió de cáncer convocó muchos referéndum y elecciones para reformar la constitución, consolidarse y controlar todos los poderes e instituciones. Y  dejó a su heredero Nicolás Maduro para que terminara de destruir lo poco que quedaba en el país.

El militar golpista siempre nos decía que necesitaba “10 años más” para gobernar. Ya llevamos 24 años viviendo esta miserable tragedia y dictadura. Su sucesor pide unos 30 años. Y el segundón en el mando, Diosdado Cabello, unos 200 años más.

Es como decía el ex presidente del gobierno español, Alfonso Guerra, con su teoría de rebanar el chorizo. Cada vez es una rebanada, después viene otra rebanada y al final se lo tragan todo, al referirse a que los amnistiados son insaciables y siempre quieren más y más.

“Esta amnistía es la condena de la Transición, pido que no la hagan porque es muy grave”, clama Guerra.

Los socialistas serios pueden evitar que la historia se repita, la de impedir que Puigdemont siga los pasos de Chávez y usar la amnistía para blanquear su delito y derivar en una autocracia.

Chávez blanqueó su golpe, justificando la sublevación militar como algo necesario. Se daba golpes en el pecho insistiendo en su “inocencia”. Incluso decretó un día feriado para glorificar su traición a la patria y se construyó un monumento o panteón  del 4F en el Museo Histórico Militar, llamado por los chavistas el Cuartel de la Montaña. ?Cómo irá a glorificar Puigdmont su delito?.

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