Ayer en consulta me trasladaron una duda que se repite muchas veces y que hoy aprovecho este espacio para poder resolver , y es que cada vez es más frecuente el consumo de suplementos alimenticios, especialmente desde la pandemia en la que la venta de este tipo de productos experimentó un crecimiento del 75,4% en valor frente al mismo periodo del año anterior.
El colágeno es uno de esos productos que mayor aceptación tiene en el mercado y que realmente nos debemos plantear si es tan eficaz como nos cuentan o no.
Lo podemos encontrar de muchas maneras, en polvo, comprimidos, cápsulas, ampollas, combinado con otras sustancias como vitaminas, ácido hialurónico y los beneficios que nos prometen son múltiples: mejora la salud de las articulaciones y huesos, regenerador de tejidos, potenciador del sistema inmunitario, rejuvenecimiento de la piel. Pero, ¿es realmente el colágeno la panacea?
Empecemos por el principio, el colágeno es una proteína, y como todas ellas, está compuesta por una serie de aminoácidos (su fracción más simple). Cuando ingerimos el colágeno, nuestro organismo lo degrada en aminoácidos (que ya no serán colágeno), para que sean utilizados por el mismo. Estos aminoácidos formarán después nuevas proteínas que nada nos asegura que vuelvan a ser ese colágeno inicial. Es como romper una figura de lego y esperar que por arte de magia se forme de nuevo sola y quede perfecta.
El colágeno y sus precursores también está en los alimentos
Los alimentos también contienen colágeno, de hecho, el que encontramos en las distintas presentaciones de suplementos vienen de los huesos, piel y otros tejidos de los alimentos, aunque también podemos encontrar fórmulas veganas (que provienen de la manipulación de bacterias y levaduras)
La carne, los huevos, pescado contienen colágeno y aminoácidos que serán precursores de la formación del mismo.
De vital importancia en la formación del colágeno es la ingesta de alimentos ricos en vitamina C, que es precursora del mismo. Recuerda añadir a tu alimentación pimientos, kiwi, fresas y cítricos.
Así que si quieres mejorar tus articulaciones y salud ósea, solo tienes que mejorar tu alimentación, añadir más vitamina C (procedente de alimentos, no de suplementos), hacer ejercicio y si es de fuerza mejor (que ayudará a fortalecer tus huesos), descansa adecuadamente y será la mejor suplementación que puedas recibir.
Elisa Escorihuela Navarro
Nutricionista y Farmacéutica
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