El boniato es un tubérculo que cobra cada vez más protagonismo en nuestras cocinas y no es de extrañar. Tras años en el olvido las redes sociales se inundan de recetas que sin duda son una tentación para volver a tenerlos en cuenta cuando planificamos nuestras comidas.
Su sabor dulce lo hace un indispensable en la cocina, especialmente de las personas más golosas (pero que se quieren cuidar), ya que con él se pueden elaborar muchos dulces eliminando gran cantidad de azúcar. Además es muy versátil también en platos salados como bases de cremas y sopas, para hacer purés, pizzas, chips, salsas,… solo de escribirlo se me hace la boca agua.
El boniato es un tubérculo con muchos nombres: batata, camote, patata dulce, moniato, siendo el científico ’Ipomoea batatas’. De origen americano, se fue difundiendo su cultivo hasta la actualidad.
En cuanto a su valor nutritivo y propiedades podemos destacar que es una planta rica en fibra, vitaminas (A, C, riboflavina y niacina), proteínas, minerales y compuesto bioactivos (antioxidantes, con una considerable cantidad de carotenoides) que hacen del boniato una alternativa interesante para añadir a nuestra alimentación.
El boniato contiene una relación de sodio de 19 – 55 mg/100g y potasio de 200 – 385 mg/100g. De manera que es interesante añadirlo a la alimentación en casos de hipertensión arterial.
Dicha composición le confiere múltiples beneficios para la salud, entre ellos:
- propiedades cardioprotectoras
- es hepatoprotector
- anticancerígeno
- preventivo de la obesidad
- preventivo de la diabetes
- mejoran la función inmunológica
- su alto contenido en antioxidantes protege las células del estrés oxidativo y el envejecimiento celular.
Durante el cocinado, el boniato experimenta cambios en su composición nutricional aumentando o disminuyendo ciertos componentes, por ejemplo:
La cantidad de proteínas del boniato hervido es de 4.36 – 5.03g/100g. Mayor en comparación con el boniato horneado (3.54 – 4.56g/100g)
La *concentración de glucosa es mayor en el boniato horneado (1.72 – 4.90mg/100 g) comparado con el boniato hervido (1.34-3.94 mg/100 g). Esto es debido a la deshidratación del mismo que hace que se concentre la glucosa. Pero ambos procesos de cocción presentan una disminución de la glucosa en comparación con el boniato crudo.
Además cabe destacar que el ácido ascórbico (vitamina C) aumenta cuando se somete al boniato a altas temperaturas.
*Fuente: https://hortintl.cals.ncsu.edu/sites/default/files/documents/81357541001.pdf
En general, el boniato es un tubérculo excelente para añadir a nuestra alimentación.
¿Qué no sabes cómo? Para el próximo artículo prometo darte ideas que te ayuden a integrarlo en tus preparaciones, no sabes la cantidad de recetas deliciosas se pueden hacer con él.
Elisa Escorihuela Navarro
Nutricionista y Farmacéutica
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