La Acrópolis y todos los sitios arqueológicos de Grecia, más de 200, abrieron el 18 de Mayo, tras un cierre de dos meses. Los museos lo hicieron semanas más tarde, siguiendo los protocolos sanitarios del país. En todos los lugares, tanto sitios al aire libre como museos, hay medidas preventivas: distanciamiento, uso de líquidos antisépticos, protección para quienes están en las taquillas, guardias y vigilantes todos ellos con mascarilla. Y se aconseja también el uso de mascarillas para los visitantes.
Tuve el privilegio de recorrer el conjunto monumental, casi sola, una semana después de su apertura el lunes 18 de Mayo , cuando la nueva Presidenta de la República Katerina Sakellaropoulou (pronunciado Sakelaropúlu) y la Ministra de Cultura Lina Mendoni lo visitaron juntas y distanciadas nada más abrirse al público. Fue una presencia simbólica de regreso a la nueva normalidad y de apertura de la temporada turística.
A la izquierda, la Ministra Lina Mendoni y a la derecha la nueva Presidenta de la República Helena Katerina Sakellaropoulou
Cuando yo fui varios días después, a las 8.30, éramos solo 4 los visitantes. Pude ver como la venta de entradas está mejor organizada y explicada, hay una máquina en la que se podrán recoger las entradas reservadas con antemano y una nueva tienda de recuerdos y reproducciones de buen gusto. Faltaba aun la cantina en la que se podrá tomar un zumo, refresco o agua y seguramente habrá alguna cosa para comer (no ha terminado aún el proceso de adjudicación de la contrata). Y ya se conoce el nuevo protocolo: no más de 2.200 visitantes al día por ahora, respetar la distancia (al menos un metro y medio), grupos de un máximo de 15 personas, los guías con mascarilla y todo el grupo utilizando un sistema inalámbrico para la visita guiada, conocido como whisper guide system. Se acabó ya el escuchar todos los idiomas del mundo a grito pelado en una Acrópolis llena de gente con colas desde la calle peatonal de Dionisio el Aeropagita, en la que había que esperar largos minutos para poder sacar una foto sin mucha gente.
La entrada sigue siendo por el camino usual, a la derecha de los Propíleos, todo impecable y reluciente. Se suben las escaleras de esta monumental entrada, que ahora tiene una mampara de separación entre los visitantes que entran y los que salen del conjunto monumental.
Al seguir andando ya hacia el Partenón, me di cuenta de que había más de 30 personas a mi alrededor y a distancia, entre vigilantes, conservadores, restauradores, maestros canteros, personal de limpieza y electricistas. Todos con mascarilla y sonrientes me iban saludando, algo que nunca me había pasado. En un día normal antes de la pandemia, aunque fuera en invierno, los visitantes superaban los cinco o seis mil al día y en días concretos de agosto pasado, mas de 17.000. Porque en 2019 visitaron el país nada menos que 34 millones de personas (en un país de casi 11 millones) y el 75 por ciento lo hizo entre los meses de abril y septiembre. En el día de mi visita, la encargada de las entradas me dijo con cierto apuro que había días de 200 visitantes y otros de 1.200, pero que se alegraba porque había muchos padres con hijos que aprovechaban para ir juntos, así como muchos matrimonios y gente joven, todos griegos o residentes (algunos accidentales, ya que se habían quedado atrapados en Atenas).
Hablo de emitir billetes de entrada y no de cobrarlos, porque no todos los visitantes pagan: la lista de quienes entran gratis o con descuento es larga y está llena de buenas sorpresas. Pero para quienes pagan el precio normal, abonarán 20 euros sólo para visitar la Acrópolis (10 euros si son mayores de 65 años y pueden demostrarlo con un documento) y 30 euros para los restantes sitios arqueológicos de Atenas en los siguientes días (Ágora y la Galería (Stoa) de Atalo, Ágora Romana, Museo del Cerámico, Liceo, Librería de Adriano, parte sur de la Acrópolis y Olimpio). La parte norte de la Acrópolis no se puede visitar por ahora, ya que es dónde se están haciendo los preparativos para el nuevo ascensor que utilizarán los visitantes en silla de rueda.
Y hay que dejar claro que quienes quieran visitar el Museo de la Acrópolis, que se encuentra a menos de 150 metros, necesitará otra entrada, ya que es un organismo autónomo que celebra 11 años de funcionamiento. Sus entradas se adquieren o bien de forma digital o haciendo cola ante el propio museo, cuya entrada normal cuesta ahora. Se prefiere el pago con tarjetas de crédito o débito para evitar el contacto con el dinero, hay que respetar 2 metros de distancia, ya no se puede utilizar prestados los carritos de niños y las sillas de rueda. Y el máximo de personas en un grupo es 8, utilizando el sistema inalámbrico. La entrada normal hasta el 31 de Octubre cuesta 10 euros y la reducida 5 euros (en invierno son 5 euros y con descuento 3 euros). Si se va únicamente a la cafetería es gratis, pero hay que ir a solicitar una entrada.
Y volviendo a la Acrópolis, ahora el Partenón, sin masas de gente a su alrededor, se ve espléndido. Se han retirado muchos de los andamios, dejando los mínimos necesarios. Y han comenzado las labores de restauración del interior del templo, conocido como cella.
Se ve claramente cuales son las piezas de mármol nuevas añadidas para poder continuar colocando otras antiguas: son todas de la misma cantera del Monte Pendéli, al norte de la ciudad. Y también se sabe que dentro de unos cien años no se podrán distinguir las partes añadidas de las originales, dado el proceso de envejecimiento del mármol, un material poroso al que afecta tanto el tiempo como la contaminación.
Él Erecteión y su palco con las Cariátides (copias, ya que las originales están en el Museo de la Acrópolis menos una, que se exhibe sola en el Museo Británico) se encuentra tambien libre de visitantes. Y se puede apreciar como resaltan menos los nuevos mármoles colocados por los canteros y escultores que trabajan sin cesar, la mayoría descencientes de los primeros en trabajar en la Roca Sagrada, como tambien se conoce al conjunto monumental, originarios de la isla de Tinos, en las Cíclades.
Y nada mas dejar los Propíleos hacia la salida, se puede observar con detalle el bonito y pequeño templo de Atenea Victoriosa (Niké), en las alturas. Lo diseñó Calicrates y es de estilo jónico, un ejemplo de elegancia y harmonía. Parece una miniatura comparada con el resto de los edificios cercanos, porque su cella, dónde se encontraba la diosa Atenea, tiene una superficie de 4 metros x 4. En general había siempre tanta gente entrando y saliendo que nadie podía pararse a contemplarlo.
Las reformas y mejoras anunciadas por la Ministra de Cultura Lina Mendoni se están llevando todas a cabo o ya han terminado: mejor acceso para sillas de ruedas (nuevo ascensor y un camino asfaltado que bordea los principales monumentos), mejor iluminación del monumento y sus alrededores con lámparas de bajo consumo y nuevo generador eléctrico, mejor sistema de venta de entradas, protección contra rayos (el verano pasado resultaron heridos cuatro visitantes), menos andamios, cooperación con Cruz Roja para que haya siempre que el monumento esté abierto una ambulancia con personal médico. El ascensor se retrasa debido a que es un tipo especial que se fabrica en Italia y la propia fábrica cerró varios meses. Se convocará pronto el concurso internacional para la futura restauración y uso del antiguo museo, vacío ahora. Un mensaje esperanzador: Grecia espera a sus visitantes con seguridad y buena organización.