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El rincón de la pasta italiana en Madrid

El rincón de la pasta italiana en Madrid
Javier Corcuera el

Como cada 25 de octubre, hoy se celebra el Día Internacional de la Pasta. Esta celebración, dedicada a homenajear a uno de los productos gastronómicos más consumidos en el mundo, comenzó hace 23 años cuando fabricantes de pasta de todo el mundo se reunieron en Roma para poner de relieve la importancia de este alimento de gran valor energético y nutritivo al alcance de cualquier bolsillo.

Mi relación con la pasta siempre ha sido bastante satisfactoria, desde los inicios hace ya unas décadas con los  sencillos espaguetis o macarrones con tomate y queso. A lo largo de tiempo, poco a poco, fui evolucionando, primero con los tortellini rellenos (echando la vista atrás, he de reconocer que no estaban tan buenos; aún no había catado la pasta fresca). La llegada de la pasta fresca a los supermercados españoles supuso toda una revolución para mí, durante una época se convirtió en una especie de obsesión culinaria que me llevaba a comerla prácticamente a diario: sola con aceite y ajo, con diferentes salsas tradicionales o inventadas (mi carbonara modificada ultracalórica fue todo un hit en los albores del siglo XXI entre mis amistades), rellenas de todo tipo de componentes (podría decir que me gustan todas las opciones, pero sin duda la calabaza se puede considerar mi tótem).

Volviendo al Día Mundial de la Pasta, qué mejor sitio para celebrarlo que el restaurante Gioia. En mi caso fue la víspera el momento elegido. Ponerse en las manos del gran Davide Bonato siempre es una buena idea y si hablamos de cocina italiana creativa, entonces se puede decir que estamos ante una de las principales referencias en ese campo en Madrid. Un éxito seguro cuyo secreto reside en excelentes materias primas aderezadas por una gran técnica.

 

Il vitello tonnato

 

Echando un ojo a la suculenta carta me entraron ganas de probar todos los platos, aunque hubiera sido un exceso. Así que me dejé asesorar por Davide, que me recomendó el menú degustación. Un acierto. Tras un delicioso “Vitello tonnato” consistente en una curiosa mezcla entre ternera (estilo roast beef) y atún, anchoas y alcaparras regado con una copa de Prosecco, comenzó el festín de cocina piamontesa con toques sicilianos y de Cerdeña. Uno de los puntos fuertes de la cocina del capocuoco Bonato es el equilibrio en las mezclas de sabores, algo que consigue en todas y cada una de sus creaciones.

 

L’uovo morbido

 

El primer plato, “L’uovo morbido”, es simplemente espectacular, un huevo escalfado en polvo de arroz negro Venere en forma de trampantojo de trufa que, perdonadme el tópico, supone una auténtica explosión de sabores y texturas en el paladar. A continuación, la innegociable pasta (elaborada como mandan los cánones en el propio restaurante): “Il tagliolino al tartufo”. Los tallarines van generosamente acompañados de trufa y queso cacio nerone y el plato se termina de montar en la propia mesa. El resultado es sublime.

Como plato principal te dan a elegir entre “La Guancia”, una tierna carrillera de ternera con crema de calabaza dulce y puré de patatas con aroma de chocolate amargo y un atún delicioso. Ambas elecciones son sobresalientes, no hay fallo. Por último, un postre especialidad de la casa, un tiramisú extraordinariamente cremoso emplatado sobre una crujiente galleta.

 

Tiramisú maridado con Marsala

 

La verdad es que la elección no pudo ser mejor. El trato dispensado por Daniele a los clientes es de mención y la comida te traslada al Piamonte italiano, logrando mimetizar la tradicional comida de aquella región con la creatividad del Gioia. La relación calidad-precio del menú degustación es para destacar. Volveré.

Cocina Exótica
Javier Corcuera el

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