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Blogs Tras un biombo chino por Pablo M. Díez

Velázquez en Corea del Norte

Pablo M. Díez el

La pintura de Velázquez es tan universal que llega hasta Corea del Norte. A pesar de ser el país más hermético y aislado del mundo, su servicio de Correos le dedicó al autor de “Las Meninas” una serie de sellos con motivo del 400 aniversario de su nacimiento, que se celebró en 1999.

Los sellos norcoreanos conmemorando el cuarto centenario de Velázquez.

Los amantes de las rarezas filatélicas pueden encontrar dichos sellos en los paquetes de contrabando que los pescadores norcoreanos venden por 100 yuanes (12 euros) a los turistas chinos en la frontera de Dandong, en la provincia nororiental de Liaoning. Al otro lado del río Yalu, que separa ambos países, se erige el pueblo de Sinuiju, cuyas humildes afueras pueden ser vistas desde las lanchas que cuelan sin visado a los turistas hasta cinco kilómetros dentro de Corea del Norte. Junto a los sellos de Velázquez, destacan otros sobre los Juegos Asiáticos celebrados en Harbin en 1996 y unos muy curiosos de fútbol fechados en 1994, justo cuando el Mundial tuvo lugar en Estados Unidos, archienemigo del régimen estalinista de Pyongyang. Otro claro ejemplo de que la pasión futbolera es tan universal como el genio español de la pintura.

En 1994, en plena hambruna, Corea del Norte emitió unos sellos sobre el Mundial de fútbol de EEUU.

Pero, como no podía ser de otra manera en un Estado alienado por la propaganda y la represión, los motivos que más abundan en los sellos norcoreanos son los retratos de sus dirigentes, como el padre de la patria y “Presidente Eterno”, Kim Il-sung.

Los líderes, como el "padre de la patria" Kim Il-sung, monotemáticos en el país del "Gran Hermano".

Aunque Corea del Norte sufría una “Gran Hambruna” que diezmó la población cuando dichos sellos fueron lanzados, tienen un valor incalculable no sólo para los coleccionistas, sino como documento sociológico de un país encerrado en sí mismo que una vez, hace ya mucho tiempo, se asomó brevemente al mundo. Al menos a través de sus sellos.

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