«Comandante Eterno Hugo Chávez». Con tan «norcoreano» nombre, la Armada Bolivariana de Venezuela botó este mes -el dÃa 12 de julio- el cuarto buque de vigilancia del litoral encargado a Navantia y construido este en el astillero venezolano de Dianca, en Puertocabello. Se trata del último buque de guerra que la empresa estatal española construye para la marina venezolana.
«El contrato de ocho patrulleros –cuatro de vigilancia del litoral y cuatro de vigilancia oceánica– fue firmado el 28 de noviembre de 2005 y contemplaba la construcción de las siete primeras unidades en Navantia y la última en Venezuela, bajo transferencia de tecnologÃa de Navantia. La transferencia de tecnologÃa cubre un amplio espectro de actividades, tanto en el ámbito de la construcción naval, como en el de la operación y el mantenimiento de los buques, garantizando la autonomÃa del paÃs en la gestión de su capacidad de defensa naval», informó Navantia en su dÃa.
Aquel contrato del «siglo», anunciado por José Luis RodrÃguez Zapatero y el difunto Hugo Chávez resulta que lleva tiempo empantanado por culpa de las comisiones pagadas, tal y como ha venido informando ABC, para que la operación pudiera fructificar. Incluso con el expresidente de Navantia en 2005, Juan Pedro Gómez Jaén, y el que fuera su director comercial, Jesús Arce, como imputados; además de Antonio RodrÃguez AndÃa (exalto cargo del INI) y Javier Salas Collantes (exjefe del INI).
La empresa pública española tiene aún pendiente de recuperar los 312 millones de euros que entregó como garantÃa (informa hoy El PaÃs), y todo ello habiendo roto relaciones con su intercolutor en Venezuela, la firma Rebazve.
Mientras tanto la «eternidad» del comandante Hugo Chávez está en proceso de culminación tras su botadura: 79,90 metros de eslora y capacidad para desplazar 1.500 toneladas y para alcanzar una velocidad máxima de 22 nudos (40,7kmm/). «Este buque podrá realizar diferentes misiones como vigilancia y protección de la zona litoral, protección del tráfico marÃtimo, asistencia sanitaria a otros buques, lucha contraincendios externo, lucha y control de la contaminación marina, transporte de personal y provisiones, operaciones de búsqueda y rescate, intervención rápida, apoyo a buceadores, defensa de superficie y guerra electrónica pasiva», explican desde el astillero español.
Por cierto, y a modo de curiosidad, la serie de los buques de vigilancia litoral (BVL) venezolanos se llama «Guaicamacuto» (nombre del primer buque de esta clase construido), haciendo referencia al «cacique indÃgena, que se distinguió en la lucha contra los conquistadores españoles en el año 1558», explica la página web de la Armada Bolivariana de Venezuela.
El segundo («Yavire») y el tercero («Naiguatá») también rinden tributo a caciques locales que lucharon contra la conquista española. El cuarto también iba a tener nombre de un cacique local, Tamanaco; no obstante, el fallecimiento del expresidente venezolano produjo el cambio.
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