Jobs
Como aperitivo del biopic que se estrena mañana en España sobre el fundador de Apple, esta semana vi con cierta desgana otra cinta de 2013 (Jobs) en la que un siempre atractivo Ashton Kutcher daba vida a Steve Jobs desde su paso por la universidad hasta la presentación del ipod.
Sin ánimo de convertirme ni por un momento en crítico de cine, la película me pareció un rollazo larguísimo que muestra a Jobs como un auténtico hijo de puta egocéntrico y pirado (lo que por otra parte sospechaba cierto, por alguna nota biográfica que leí a su muerte).
Pero lo que me impactó durante las más de dos horas que me obligué a permanecer mirando el televisor fue la ausencia absoluta de mujeres en esta aventura. Todos los colaboradores de Jobs, todos los profesionales de Apple que protagonizaron el inicio, casi caída y auge de la puntera empresa tecnológica californiana hasta el año 2001 (periodo que retrata la película Jobs) fueron hombres.
Increíble pero cierto: ninguna mujer tuvo participación relevante en el desarrollo de la primera empresa que fabricó un ordenador con interfaz gráfica y ratón. Consulto en Internet información actualizada sobre Apple y leo que las personas claves en esta compañía también hoy son hombres: Arthur D. Levinson (Presidente), Tim Cook (Director General), Craig Federighi (Ingeniero jefe de software), Jonathan Ive (Director de diseño), Eddy Cue (Servicios y Software Internet), Dan Riccio (Ingeniería Hardware), Luca Maestri (Director Financiero), Philip Schiller (Director de Marketing), Bruce Sewell (Director Jurídico), Johny Srouji (Director Tecnológico), Jeff Williams (Director de Operaciones). Claramente la alta dirección de Apple continúa libre de mujeres, con la única excepción de Angela Ahrendts, responsable de las tiendas.
Quizá es por esto que cuatro años después de la muerte de Jobs, pese al glamour de su sofisticación tecnológica y su diseño de vanguardia, la empresa sigue siendo criticada por la ausencia de políticas de conciliación y sus prácticas laborales abusivas, que afectan no solo a sus empleados sino también a sus proveedores y socios de negocio.
Pero para no fiarme únicamente de lo que otros dicen, entro en el sitio web oficial de la compañía y descubro un capítulo sobre diversidad. En él presenta con grandes letras que el año pasado contrató a un 35% de mujeres, acompañado de una poco creíble foto con un primer plano de un oriental con cierto aspecto andrógino trabajando con una mujer de aire hipster, ambos contemplados a distancia por una hindú y un afroamericano. Uf, qué tufazo a marketing…
Nota: cuando escribí una novela sobre la ambición profesional femenina, elegí el escenario ultra-competitivo de una gran multinacional de software, aunque no estaba pensando concretamente en Apple. Ahora creo que las peripecias de la protagonista del libro son más reales de lo que imaginé. Si quieres leerlo, en amazon Los objetivos – diario de una ambición
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