Esta tarde tendrá lugar en Madrid la ya tradicional manifestación del Orgullo. El pasado 2020 no se llevó a cabo ante la situación pandémica que en ese momento estaba atravesando el país. En la actualidad, los organizadores han tenido en cuenta que el coronavirus aún no se ha ido, por eso no será una marcha como las anteriores. En esta ocasión habrá control de aforo y distancia de seguridad entre los participantes pero, quizás lo más llamativo es que no habrá carrozas.
En los últimos datos de asistencia se puede observar que esta manifestación se ha convertido en un evento de masas. Según la Delegación del Gobierno en 2019 hubo 400 mil participantes. La cifra del año anterior es todavía más alta, 700 mil personas. Si nos fijamos en el World Pride que se celebró en la capital en 2017, el número de asistentes supera el millón. Pero la diferencia está, sin duda, en los datos de la primera manifestación, a la que acudieron 7 mil personas.
Ley sobre peligrosidad social
En el año 1978 se llevó a cabo en la calle Menéndez Pelayo la primera marcha del Orgullo. Lo que se pedía entonces era la derogación de la ley sobre peligrosidad social que penaba, entre otros, a los homosexuales. La ley se derogó en 1989, pero antes hubo varias modificaciones. Un año después de esta manifestación pionera se eliminaron del texto legal los artículos referidos a los homosexuales.
El Orgullo, tal y como lo conocemos hoy en día, no surgió en 1978, se fue gestando con el paso de los años en el epicentro de la diversidad y la tolerancia en Madrid, Chueca. En la década de los 80 el colectivo LGTBI se instala en este barrio, entonces una zona deprimida de la capital, para revitalizarlo social y económicamente. Poco a poco se empiezan a organizar conciertos, pregones y otras actividades. Así evoluciona esta reivindicación que va adquiriendo con el paso de los años un carácter más festivo.
Una de las características más reconocibles del Orgullo de Madrid son sus carrozas. Lo cierto es que hasta 1996 no hubo ninguna y, la primera de todas, no tenía nada que ver con las que circulan por el Paseo del Prado en la actualidad. La revista Shangay acudió a la marcha con un pequeño camión que acabó convirtiéndose en la primera de todas. Estaba decorado con globos y colores y causó sensación, tanto es así que el siguiente año fue la propia cantante Alaska la que decidió subirse a la carroza.
Sin duda la manifestación de este año también pasará a la historia por llevarse a cabo en un momento tan complicado como este, en el que la sombra del COVID19 sigue estando muy presente en cualquier evento. Por ello, habrá control de aforo y no veremos las carrozas. Esto hace que vaya a ser un acto con un carácter especialmente reivindicativo. Porque el Orgullo no es más que eso, una reivindicación que con el paso de los años ha conseguido visibilizar e incluir al colectivo LGTBI en España.
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