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Blogs El rincón del gato por Roberto Macedonio

Madrid casi tuvo un puerto marítimo en el siglo XVIII

El sueño de Carlos III se vio truncado por una serie de desgracias

Madrid casi tuvo un puerto marítimo en el siglo XVIII
Roberto Macedonio el

Parece una locura pensar que una de las ciudades españolas más interiores, como es Madrid, podría haber tenido su propio puerto marítimo, pero la historia nos habla de un ingeniero que estuvo a punto de conseguirlo. Las circunstancias personales del susodicho y una sucesión de catástrofes meteorológicas impidieron llevar a cabo el proyecto.

La llegada de los Borbones a España con Felipe V afrancesó el país. Muchos arquitectos e ingenieros cruzaron los Pirineos para ponerse al servicio de la corte borbónica. Fernando VI, “el prudente”, hijo de Felipe V y padre de Carlos III, no dudó en trabajar con un ingeniero que ya gozaba de buena reputación en Francia, Carlos Lemaur. El joven francés pronto se asentaría como uno de los profesionales más respetados en su campo dentro de nuestras fronteras. Lemaur construyó el Palacio de Rajoy en Santiago de Compostela y proyectó la fachada de la catedral de Lugo. Además, publicó un gran número de ensayos técnicos. Años después, Carlos III pensó que Lemaur era la persona idónea para llevar a cabo su gran proyecto personal: el puerto de Madrid. Sin embargo, el rey se equivocó, desconocía que la vida del ingeniero estaría marcada por la tragedia.

La gran obra de su vida

Carlos Lemaur se apresuró en la que sin duda estaba destinada a ser la gran obra de su vida. Observó los estudios que ya en el siglo XVI había llevado a cabo Felipe II con este mismo objetivo y se dio cuenta de que la corte del entonces rey erró al intentar conectar Madrid con el Atlántico a través del Tajo. El nuevo proyecto tendría como base un canal navegable que partiera del río Guadarrama para desembocar en Sanlúcar de Barrameda aprovechando el curso del Guadalquivir. Las obras comenzaron en 1787, un año antes de que muriera Carlos III. Por lo que sería su hijo, el rey Carlos IV, quien acabó supervisando el proyecto. Madrid estaba a punto de tener su propio puerto, pero los problemas no se hicieron esperar.

Restos de la presa del Gasco en Torrelodones.

El Banco de San Carlos financió con poco entusiasmo la construcción de una presa que ha pasado a la historia como la del “Gasco”. Esta primera parte de la obra era fundamental para acumular la escasa agua del río Guadarrama y que este pudiera ser realmente navegable. Pero la presa estaba abocada al fracaso. Los problemas de financiación se sumaron a una epidemia de paludismo entre los obreros que hizo imposible cumplir con los plazos previstos. A esto hay que sumar que Carlos Lemaur se suicidó con el proyecto a medias, el 25 de noviembre de 1785. Las causas nunca se supieron.

Los hijos del ingeniero intentaron continuar el último proyecto de su difunto padre. Pero la mala suerte se volvió a cebar con ellos. Una sucesión de lluvias torrenciales hizo que la presa a medio construir se viniera abajo. El proyecto se abandonó definitivamente en 1799.

Ningún otro rey ha vuelto a intentar crear “el puerto de Madrid” en vista de los fracasos de Felipe II y Carlos III. Parece que la capital no está destinada a tener su propio puerto. Quizá sea porque a los gatos nunca les ha gustado el agua.

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