Sin duda sabrán que la sinécdoque es una figura retórica en virtud de la cual se designa una cosa con el nombre de otra, aplicando a un todo el nombre de una de sus partes. Pues bien, el señor Sánchez, entre otras cosas que seguidamente comentaré, confundió a los votantes socialistas con todo el pueblo español, al declarar “ayer España respiró aliviada, se generó una corriente de esperanza y de ilusión a la que el PSOE debe dar respuesta”.
No es la primera vez, ni sin duda será la última, en la que el señor Sánchez tiene el descaro y la osadía de hablar en nombre de España, lo cual implica hacerlo en nombre de la generalidad de los españoles. Puedo llegar a admitir que todos los votantes del PSOE puedan haberse sentido aliviados al saber que el Rey lo propuso como candidato a Presidente del Gobierno. Pero el 20 de diciembre tales votantes no pasaron de algo más de cinco millones y medio de españoles.
Lo que no estoy dispuesto a aceptar en modo alguno es que pueda incluir entre los “aliviados” a los más de siete millones doscientos mil españoles que votaron al Partido Popular. La sorprendente afirmación de Pedro Sánchez es una nueva falta de respeto a los españoles que votaron al PP, toda vez que, primero se negó a hablar tajantemente con el líder al que votaron, y ahora parece excluirlos a todos ellos de quienes componen España.
Estoy tan sorprendido por la actitud del señor Sánchez que daría lo que fuera por poder entrar en su mente para ver de qué modo concibe sus pensamientos.
Permítanme que ponga algunos ejemplos. Le acabo de oír hace unas horas que se considera como la persona que ha desbloqueado la situación creada por Rajoy y por tal razón pidió tiempo para poder lograr la investidura. Pues bien, lo que me gustaría saber es cómo consigue que su cerebro olvide que fue él y nadie más que él quien bloqueó la situación al negarse tajantemente a hablar con Mariano Rajoy.
Otra cosa que me gustaría saber es cómo pudo generarse en su mente la afirmación de que es hora de que se “abandonen los vetos” cuando ha sido él el único que ha vetado a alguien. ¿Por qué ahora no valen los vetos y antes sí? ¿Qué es lo que ha cambiado? ¿Es porque ya ha conseguido lo que ansiaba desesperadamente: ser candidato a la presidencia del gobierno?
Un último ejemplo: me encantaría saber qué entendió su cerebro cuando el Rey le dijo que lo proponía como candidato a presidente del gobierno. Lo digo porque, al ver lo exultante que salió y la intervención que tuvo ante la prensa, llegué a pensar que se había creído que ya era presidente del gobierno y no un mero candidato. Por lo menos a mí me parece que confundió claramente los papeles y que, en vez de hablar como un simple aspirante a la investidura, casi nos desgranó un programa de investidura.
Por eso, me veo obligado a decir que, lejos de sentir el alivio y la corriente de esperanza y de ilusión de la que habla el señor Sánchez, lo que tengo es una gran preocupación, porque no entiendo cómo capta y procesa su mente la realidad, ni como a partir de ella genera sus razonamientos. Y eso para alguien que quiere ser nada más y nada menos que presidente del gobierno me parece, como poco, profundamente inquietante.
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