José Manuel Otero Lastres el 07 jun, 2016 En el reciente cara a cara que mantuvieron Pablo Iglesias y Albert Rivera, en el programa de Jordi Évole, Rivera le recordó al líder de Podemos que había llamado terrorista nada más y nada menos que a Amancio Ortega, el fundador y máximo accionista de Inditex. Como no recordaba este suceso y me costaba creerlo, lo comprobé y resultó que era verdad. El 7 de agosto de 2012, Pablo Iglesias publicó en Twitter un texto que decía: “25% de paro y Amancio Ortega tercero en el ranking mundial de millonarios. Democracia ¿Dónde? Terrorismo ¿Quién?” Y la verdad no salgo de mi asombro. Hay que sufrir un severo “desparrame” mental para relacionar la tase de paro con Amancio Ortega, su puesto en el ranking de Forbes, la democracia y el terrorismo. Lo malo es que estos estados de enajenación mental transitoria que se suben a la red quedan ahí como pruebas. Y es que si tomamos los datos de 2015, en 30 años, Amancio Ortega Gaona, un hijo del pueblo, sin más fortuna que su capacidad de trabajo y su inteligencia, dotes que, como es sabido, proporciona la naturaleza y no se pueden adquirir hereditariamente, arriesgando sus bienes fundó una empresa, Inditex, que hoy tiene más de 7.000 tiendas en los cinco continentes y que da trabajo a más de 141.000 personas. Esta es la pequeña síntesis de lo que ha hecho en la vida el insultado, señor Amancio Ortega. Qué fue lo que hizo Pablo Iglesias para sentirse legitimado para llamar al señor Ortega “terrorista”, es decir alguien que practica el terrorismo que significa: “1. Dominación por el terror. 2. Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror. 3. Actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos”. Pues, en el ámbito puramente profesional y al margen de la política que es una ocupación ocasional, acabó la carrera de ciencias políticas, defendió su tesis doctoral y fue profesor interino de la Universidad. Comparen ustedes mismos la contribución de cada uno a la riqueza nacional y a la disminución del desempleo. Lo única disculpa que se me ocurre ante tamaño desatino es que el señor Iglesias se hubiera equivocado de palabra y que en lugar de “terrorismo” hubiera querido decir “terrorífico” en su significación de “excesivo” para calificar el enorme esfuerzo personal que llevó a cabo durante su vida Amancio Ortega. Otros temas Comentarios José Manuel Otero Lastres el 07 jun, 2016