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Blogs Puentes de Palabras por José Manuel Otero Lastres

Rajoy es James McKay en Horizontes de Grandeza

José Manuel Otero Lastres el

En la tarde de ayer proyectaron en Telemadrid la magistral película de Willian Wyler “Horizontes de Grandeza” (“The Big Country”). Seguramente, muchos de ustedes, al igual que yo, la habrán visto más de una vez. Pero en esta ocasión el conflicto que se plantea en la película entre un hombre culto, pacífico y educado del este y los toscos, rudos y violentes vaqueros del oeste, me recordó al desafío lanzado contra la unidad de España por el independentismo catalán. Y me pareció también que Mariano Rajoy era el marino civilizado del este norteamericano, James Mckay, interpretado por Gregory Peck, mientras que Puigdemont y compañía eran el mayor Terrill y sus secuaces.

Como recordarán, el capitán Mckay llega al salvaje oeste para casarse con la hija de Terrill. Y allí el atildado marino sufre numerosos desafíos de los chulos y broncos vaqueros que éste evita aun a pesar de pasar ante los ojos de todos como un cobarde.

Pero no solo no lo es, sino que se trata de un verdadero valiente. Lo que pasa es que McKay rechaza pasar en público las pruebas que le van poniendo los provocadores. Es él quien decide cuándo se enfrenta con la doma del caballo y el que elige el momento para pelearse con el capataz, pruebas ambas que el marino dandi supera airoso casi en la intimidad.

Pues bien, –y por aquí enlazo con la figura de Mariano Rajoy- no son pocos los españoles que piensan que Rajoy está rehuyendo cobardemente el grave problema del desafío catalán. Tanto es así que, en una línea menos visceral y mucho más analítica, hay politólogos tan prestigiosos como Xosé Luis Barreiro, que escribía ayer en La Voz de Galicia: “España se está quedando sin bandera, sin himno, sin rey, sin fuerzas de orden público y sin un Gobierno que pueda pasearse libremente entre su pueblo, para presumir de un momento que fuera de aquí se tiene por ejemplar y exitoso”.

Es aguda y penetrativa la mirada de Barreiro. Pero pienso que Rajoy todavía está interpretando el papel del McKay pacífico y educado. Cuando toque se enfrentará contra el independentismo catalán. Porque estoy convencido de que llegado el día 1 de octubre se verá al Rajoy políticamente valeroso que impedirá que se celebre el tan cacareado referéndum. Después vendrán las elecciones autonómicas plebiscitarias, ganará el astuto Oriol Junqueras, y gobernando Esquerra Republicana volverán las aguas a su cauce como sucedió con Ibarretxe en el País Vasco. Eso sí, el odio y el rencor avivado durante este tiempo por los irresponsables secesionistas tardará en desaparecer, si es que alguna vez lo hace.

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